Los civiles palestinos e israelíes están singularmente unidos en su desdén y desacuerdo con las estrategias ejecutadas en esta guerra no deseada. La destrucción causada por el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y por la organización terrorista Hamas, ha hecho que la popularidad de ambas partes en conflicto disminuya en sus respectivas poblaciones.
En teoría, “la guerra es política por otros medios”. En realidad, los actores en conflicto siempre experimentan consecuencias no deseadas de sus decisiones y acciones. Las bajas civiles –ya sean intencionadas o no–, son la consecuencia más nefasta de la guerra.
Hamas no se ha comprometido, ni se ha preocupado, por el regreso de los rehenes israelíes, y continúa causando estragos entre soldados y civiles de zonas urbanas subterráneas y densamente pobladas. Las acciones, estrategia, doctrina y campañas públicas de la organización terrorista, han mostrado un total desprecio por la vida humana a expensas de su agenda política.
Mientras Israel actúa como la parte en guerra contrainsurgente, con apoyo estadounidense de alto perfil, recae en ellos la responsabilidad de actuar con cautela y adherirse a una guerra táctica y operativa razonable. Sus objetivos declarados son dobles: eliminar a Hamas, y convencer a los habitantes locales de Gaza de abrazar un futuro político que no deje a Israel estratégicamente vulnerable. Cualquier maltrato a civiles o combatientes enemigos capturados, disuadirá el objetivo número dos, y posiblemente persuadirá a aquéllos que están en la cerca, a unirse a Hamas, disuadiendo así el objetivo número uno. En el escenario internacional, las narrativas negativas abren la puerta a malas relaciones internacionales, sanciones, desinversiones y comercio.
Siete miembros del personal de la ONG benéfica de alimentos World Central Kitchen murieron recientemente en un ataque aéreo israelí en Gaza, la mayoría de los cuales eran de países fuera de Palestina, incluidos Australia y Estados Unidos. En octubre, 471 personas murieron y 342 resultaron heridas en el infame atentado con bomba en el hospital Al Ali. El Ministerio de Salud de Gaza culpa a Israel, mientras que el ejército israelí dice que la explosión se debió a un cohete de la Jihad Islámica que falló. ¿Quién defenderá a quienes murieron y a quienes sufrieron heridas directamente por las decisiones egoístas tomadas por ambos actores en esta guerra?
De todos modos, la población de Gaza seguirá sufriendo desplazamientos internos, catástrofes humanitarias y víctimas civiles. Según la Oficina de Coordinación Humanitaria de las Naciones Unidas (OCHA), las autoridades israelíes han negado 30% de la ayuda humanitaria al norte de Gaza desde el 1° de Marzo. Según USAID, Israel ha violado directamente un requisito de la Casa Blanca como receptor de asistencia militar, al ignorar el derecho internacional humanitario e impedir la entrega de apoyo humanitario financiado por Estados Unidos a los civiles de Gaza.
Bassem Youssef, comediante y cirujano egipcio-estadounidense, señala el “tipo de cambio” entre las vidas perdidas entre israelíes y palestinos. Antes del 7 de Octubre, esta proporción era de aproximadamente 400 israelíes por cada 7.000 palestinos, más de 17 veces los palestinos muertos en el conflicto durante “tiempos de paz”. Después de que se señaló ésto, muchos comenzaron a darse cuenta del enfoque de “tierra arrasada” de Netanyahu para erradicar a Hamas, incluidos muchos líderes extranjeros adyacentes. El primer ministro británico expresó su deseo de evitar una “creciente espiral de violencia”, mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, prometió intentar “convencer a Israel de que no debemos responder con una escalada”.
Sin embargo, los calamitosos acontecimientos antes mencionados no significan necesariamente que la población de Gaza apoye a Hamas. En enero, los habitantes de Gaza salieron a las calles de Dir al-Balah para protestar contra la retención de rehenes israelíes por parte de Hamas, y expresaron su deseo de poner fin a la guerra. El coronel Adraee, un portavoz militar israelí que supervisa el evento, publicó en X un video de la manifestación. Ésta no fue la primera vez que los habitantes de Gaza protestaron contra sus líderes autoritarios y extremistas. En Julio de 2023, se protagonizaron marchas en la ciudad de Gaza y en ciudades del sur, incluida Khan Younis, con cánticos contra Hamas y ceremonias de quema de banderas. Las fuerzas de seguridad de Hamas dispersaron violentamente a las multitudes, lo que sin querer demuestra la hostilidad que todos los días enfrentan los civiles bajo su gobierno.
En un mundo ideal, tanto Hamas como el gobierno israelí considerarían daños y consecuencias imprevistos para los civiles inocentes que ya apenas se ganan la vida. Las necesidades humanitarias como alimentos y agua podrían volverse aún más escasas en las zonas de conflicto, especialmente a medida que se acerca el calor abrasador del verano.
Ha llegado el momento de que las poblaciones israelíes y palestinas pidan un alto el fuego inmediato, una pausa humanitaria a largo plazo, y una estrategia sensata de protección civil. Ésto ha sido abordado formalmente por el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en negociaciones anteriores de alto el fuego. Como enfatizó, existe la “necesidad de que Israel tome todas las medidas posibles para proteger a los civiles palestinos en Gaza, incluso mediante la facilitación rápida y efectiva de asistencia humanitaria crítica en toda Gaza”. Tanto los civiles israelíes como los palestinos están hartos del derramamiento de sangre, mientras sus líderes juegan al ajedrez con los peones de vidas inocentes.
Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko