Israel no está deteniendo su genocidio

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    El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró el Jueves que, con su continuo ataque genocida contra la población civil de la Franja de Gaza, la intención de Israel es controlar militarmente todo el territorio.

    El Viernes, en contra de las recomendaciones del ejército israelí que ya ha declarado 86% de Gaza como “zona militarizada” o ha emitido órdenes de desplazamiento, el gabinete de seguridad de Netanyahu aprobó un plan para completar la toma del norte de Gaza mediante el control de la ciudad de Gaza y la evacuación forzada de decenas de miles de palestinos que permanecen allí.

    Fuente: Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, 6 de Agosto de 2025

    El Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) objetó el plan, argumentando que pondría en peligro la vida de los rehenes israelíes y agotaría al ejército.

    Al preguntársele en una entrevista con Fox News si Israel tomaría el control de toda Gaza, Netanyahu respondió: “Tenemos la intención de hacerlo”.

    Continuó afirmando que Israel no pretende controlar Gaza permanentemente, sino derrocar a Hamas, que ha gobernado la zona desde 2006, y reemplazarlo por otro gobierno.

    Desde el principio, Netanyahu se ha opuesto a la idea de que la Autoridad Palestina (AP) gobierne la Franja de Gaza.

    Durante años, antes de los ataques liderados por Hamas en Israel el 7 de Octubre de 2023, Netanyahu mantuvo la política de utilizar a Hamas como aliado estratégico para impedir cualquier avance hacia las negociaciones de paz con los palestinos.

    Tras la elección democrática de un gobierno liderado por Hamas en 2006, Israel respondió imponiendo un asedio para castigar colectivamente a la población civil, y se coludió con el gobierno estadounidense y con Al-Fatah, partido del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, para derrocar a los líderes legítimos.

    Este esfuerzo resultó en violentos enfrentamientos, los que finalmente llevaron a la expulsión de Al-Fatah de Gaza y a un liderazgo palestino dividido, con Hamas continuando con el gobierno, mientras que la Autoridad Palestina continúa gobernando Cisjordania bajo el liderazgo de Abbas, a pesar de que su mandato legal concluyó en 2009.

    La Autoridad Palestina fue establecida en virtud de los Acuerdos de Oslo para servir esencialmente como colaboradora de Israel en la imposición de su régimen de ocupación, lo que es una de las razones clave por las que Hamas obtuvo tan buenos resultados políticos en las elecciones municipales y legislativas.

    Israel ha sido la potencia ocupante en Gaza desde Junio de 1967, cuando lanzó lo que los israelíes llaman la “Guerra de los Seis Días” con un ataque sorpresa contra Egipto. Durante esa guerra, Israel invadió y ocupó los territorios palestinos de la Franja de Gaza y Cisjordania, incluyendo Jerusalem Oriental. Un estribillo común entre los defensores del régimen de ocupación israelí, es que éste se retiró de Gaza en 2005. Sin embargo, si bien es cierto que Israel retiró sus fuerzas militares y desmanteló los asentamientos judíos construidos ilegalmente, Israel ha seguido siendo la potencia ocupante en Gaza gracias a su control sobre sus fronteras, aguas territoriales y espacio aéreo, además de su gestión administrativa continua.

    La unidad del Ministerio de Defensa israelí responsable de implementar las políticas civiles del gobierno israelí en los Territorios Palestinos Ocupados, es conocida como el Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT).

    Si bien Netanyahu negó cualquier intención de establecer presencia militar permanente en Gaza, la anexión efectiva es precisamente lo que los miembros de su coalición gobernante han buscado desde el principio.

    Tras los ataques liderados por Hamas en Israel el 7 de Octubre de 2023, denominados “Operación Inundación de Al Aqsa”, Israel respondió con el asedio total a Gaza, cortando la energía eléctrica y el agua potable, y bloqueando la entrada de alimentos, combustible y otros bienes esenciales para la supervivencia.

    El asedio fue acompañado por una invasión militar y, a mediados de Octubre, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ordenaron a los 1,1 millones de palestinos que habitaban el norte de Gaza, que huyeran hacia el sur o serían considerados “terroristas”.

    El 14 de Octubre, la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967, Francesca Albanese, advirtió a la comunidad internacional sobre el grave peligro de que Israel perpetrara una limpieza étnica masiva en Gaza.

    En un documento de posición publicado el 17 de Octubre de 2023, el Instituto Misgav para la Seguridad Nacional y la Estrategia Sionista, que mantiene estrechos vínculos con el ejército y las fuerzas de seguridad israelíes, reveló la intención de llevar a cabo la limpieza étnica de los palestinos en Gaza.

    El periódico elogió el ataque militar de Israel contra Gaza como “una oportunidad única y rara para evacuar toda la Franja de Gaza”.

    Luego, el 24 de Octubre el medio de comunicación israelí Calcalist informó sobre un documento del Ministerio de Inteligencia Israelí que afirma que la operación en Gaza podría “producir resultados estratégicos positivos y a largo plazo”; es decir, la expulsión de los palestinos al desierto del Sinaí en Egipto.

    El documento completo en hebreo fue publicado por la revista israelí Mekomit, y la traducción al inglés fue publicada por la revista +972, salida independiente dirigida por un grupo de periodistas palestinos e israelíes.

    Según lo informado por Mekomit, el argumento fue que, “en comparación con el número de víctimas esperadas si la población permanece”, sería en el mejor interés de los palestinos aceptar la expulsión.

    Limpieza étnica o genocidio: esa fue la elección efectivamente ofrecida a los palestinos.

    El documento declaró que “la alternativa más peligrosa” para la limpieza étnica sería que la AP se haga cargo de Gaza, porque podría “llevar al establecimiento de un estado palestino”.

    Otra opción era establecer una “autoridad árabe local” que no sea la AP, pero esta idea también sufría de “deficiencias significativas”.

    El objetivo general era “motivar” a los palestinos a huir de Gaza, lo que resolvería el problema de tener que encontrar una manera de gobernarlos sin ninguna participación del liderazgo palestino existente.

    La Oficina del Primer Ministro israelí respondió a la publicación del documento diciendo que ningún plan para gobernar a Gaza después de “eliminar las capacidades gubernamentales y militares de Hamas” había sido oficialmente discutido, y mucho menos decidido.

    El 10 de Noviembre de 2023, cuando se le preguntó si apoyaba el reasentamiento israelí en Gaza, Netanyahu expresó su opinión de que ésto no era “un objetivo realista”, pero que apuntaba al “control total de seguridad”.

    Al día siguiente, el miembro del gabinete de seguridad israelí y ministro de Agricultura, Avi Dichter, dijo a los medios de comunicación: “Ahora estamos desplegando el Gaza Nakba”.

    “Nakba” significa “catástrofe” en árabe, y es utilizado por los palestinos para referirse a la limpieza étnica de Palestina en 1948, que es mediante la que surgió el “estado judío” demográficamente de Israel.

    El 19 de Noviembre, el Jerusalén Post publicó un artículo del ministro de inteligencia israelí Gila Gamliel que abogó por el “reasentamiento voluntario de palestinos en Gaza, por razones humanitarias, fuera de la franja”.

    Ilustrando cómo sería “motivada” la expulsión “voluntaria” después de obligar a los residentes del norte de Gaza a huir del sur, Israel procedió a intensificar su bombardeo indiscriminado del sur de Gaza.

    Refiriéndose a la segunda ciudad más grande de Gaza, en la parte sur de la franja, el ex ministro del Interior israelí, Ayelet Shaked, dijo que Israel “convertirá a Khan Younis en un campo de fútbol”, y luego “aprovechará la destrucción” para lograr que otros países acepten “todos los 2 millones” de palestinos que serían expulsados por la vida. “Esa es la solución para Gaza”.

    El 30 de Noviembre, la revista Israel Hayom informó que el “objetivo estratégico” de Netanyahu estaba “adelgazando la población de Gaza al mínimo posible”.

    En la mente del ministro de Seguridad Nacional Israelí, Itamar Ben-Gvir, esta “emigración voluntaria” fue “la solución correcta”.

    Según lo informado por The Times of Israel, en Enero de 2024 Netanyahu declaró que “Israel no tiene intención de ocupar permanentemente a Gaza o desplazar a su población civil”. Al mismo tiempo, “un miembro senior de Likud insistió” en que el primer ministro “había expresado previamente su apoyo a la idea”, pero enfrentaba presión del gobierno de los Estados Unidos para no expresar tales pensamientos públicamente.

    Danny Danon, miembro de la Kneset (Legislatura de Israel), y actualmente embajador de Israel ante las Naciones Unidas, dijo al medio de comunicación israelí: “El primer ministro me dijo hace dos semanas en esta sala que es una buena idea”.

    Netanyahu le había dicho a Danon que el problema era encontrar países “dispuestos a absorber a los gazatíes”.

    Así pues, no hubo un debate real entre los líderes israelíes sobre si Gaza debía ser sometida a la limpieza étnica –sino sólo sobre si era políticamente viable lograr ese objetivo, con Netanyahu simplemente manteniendo una postura más pragmática que los extremistas aún más radicales de su gobierno.

    Unas semanas después, el 28 de Enero, Netanyahu asistió a un evento titulado “Conferencia para la Victoria de Israel: Los asentamientos traen seguridad: Regreso a la Franja de Gaza y el norte de Samaria”, en la que miles de personas se reunieron para pedir la limpieza étnica de los palestinos y el reasentamiento judío en Gaza, incluyendo miembros de la Kneset, ministros del gobierno de coalición de Netanyahu, rabinos y activistas de los asentamientos.

    En cuanto a la emigración “voluntaria” de palestinos de Gaza, el ministro de Comunicaciones Shlomo Karhi explicó que “‘voluntaria’ es a veces un estado que es impuesto hasta que dan su consentimiento”.

    Un evento similar, titulado “Preparándose para el Reasentamiento de Gaza”, fue celebrado en Octubre de 2024. Allí, políticos y líderes del movimiento de asentamientos “proclamaron su visión compartida” de “restablecer la presencia judía” en “cada franja” de la Franja de Gaza, según informó el periódico israelí Haaretz.

    Daniella Weiss, líder de la organización extremista de colonos que organizó el evento, dijo a la multitud: “Serán testigos de cómo los judíos se van a Gaza, y los árabes desaparecen de Gaza”.

    Sin embargo, la limpieza étnica y el reasentamiento en Gaza no fueron suficientes. “Las verdaderas fronteras del gran Israel”, añadió Weiss, “están entre el Éufrates y el Nilo”.

    El orador que recibió la más cálida bienvenida, según Haaretz, fue el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, quien reiteró el plan diciendo: “Fomentaremos el traslado voluntario de todos los ciudadanos de Gaza. Les ofreceremos la oportunidad de mudarse a otros países, porque esa tierra nos pertenece”. Mientras los líderes israelíes piden abiertamente la expulsión de los palestinos y el reasentamiento judío en Gaza, la organización israelí de derechos humanos B’Tselem instó a la comunidad internacional a “detener la limpieza étnica del norte de Gaza”, declarando:

    La magnitud de los crímenes que Israel está perpetrando actualmente en el norte de la Franja de Gaza en su campaña para desalojar a los pocos residentes que quedan, es indescriptible, no sólo porque cientos de miles de personas padecen hambre, enfermedades sin acceso a atención médica, y bombardeos y disparos incesantes algo incomprensible, sino porque Israel las ha aislado del mundo.

    … Desde que comenzó la guerra, durante un año la comunidad internacional ha demostrado una impotencia absoluta para detener los ataques indiscriminados contra la población civil de la Franja de Gaza. Ahora, cuando es más evidente que nunca que Israel pretende desplazar por la fuerza a los residentes del norte de Gaza, perpetrando algunos de los crímenes más graves según las leyes de la guerra, las naciones del mundo deben actuar.

    Pero los gobiernos del mundo permanecieron impotentes –o, como Estados Unidos, cómplices–, y el traslado voluntario de palestinos fuera del norte de Gaza prosiguió a buen ritmo.

    El director general del Ministerio de Salud de Gaza, Dr. Munir Al-Borsh, informó que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) estaban bombardeando los generadores del Hospital Indonesio, “cortando la electricidad y provocando la muerte de pacientes tras ser desconectados de los dispositivos de oxígeno”.

    “El olor a muerte está por todas partes, ya que los cuerpos yacen en las carreteras o bajo los escombros”, declaró la Comisión General del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (OOPS), principal agencia de ayuda humanitaria que opera en Gaza. “Son denegadas las misiones para retirar los cuerpos o brindar asistencia humanitaria. En el norte de Gaza, la gente simplemente espera morir”.

    Haaretz publicó un editorial en el que afirmaba que “la magnitud de las bajas civiles ocasionadas por los bombardeos diarios del ejército contra ciudades y campos de refugiados en el norte de Gaza niños, mujeres, ancianos y hombres inocentes es enorme”. El sistema médico se ha desplomado, cientos de miles corren el riesgo de morir de hambre, y se ordenó a los residentes huir al sur, lo que generó graves sospechas de que Israel estaba perpetrando una limpieza étnica para vaciar permanentemente esta zona de palestinos.

    La expulsión permanente de los residentes de Gaza se ajusta al llamado “Plan de los Generales”, concebido por el mayor general (en reserva) Giora Eiland, ex jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Israel, quien en 2004 describió a Gaza como un “enorme campo de concentración”, y argumentó públicamente desde el principio que es necesario “crear una grave crisis humanitaria en Gaza” y “convertirla en un lugar temporal o permanentemente inhabitable”.

    “Israel necesita crear una crisis humanitaria en Gaza”, reiteró Eiland en un artículo publicado en el medio israelí Ynet el 12 de Octubre de 2023, para que “toda la población de Gaza se traslade a Egipto o al Golfo”.

    Todo vehículo en movimiento sería atacado, escribió, “sin importar si transportaba agua u otros suministros esenciales”.

    Comparándolo con el bombardeo nuclear estadounidense sobre Japón, afirmó que “Gaza se convertirá en un lugar donde ningún ser humano podrá existir”, un medio para terminar la limpieza étnica que comenzó en 1948 con la Nakba, y que resultó en que aproximadamente dos tercios de la población actual de Gaza estuviera compuesta por refugiados.

    El ministro de Defensa, Yoav Gallant, negó que el Plan de los Generales estuviera siendo oficialmente implementado, señaló Haaretz, pero “los partidos supremacistas judíos de la coalición gobernante” están “persiguiendo abiertamente una política de expulsiones masivas y la renovación de los asentamientos judíos en el norte de Gaza”.

    Como decía el titular del editorial: “Si parece una limpieza étnica, posiblemente lo sea”.

    Al día siguiente, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a la comunidad internacional a actuar para prevenir lo que denominó “limpieza étnica” en Gaza.

    El 10 de Noviembre de 2024, Haaretz publicó otro editorial titulado “La limpieza étnica de Netanyahu en Gaza es visible para todos”, en el que citaba al general de brigada Itzik Cohen, oficial de alto rango de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), quien declaró a la prensa: “No hay intención de permitir que los residentes del norte de la Franja de Gaza regresen a sus hogares”. Y añadió: “Recibimos órdenes muy claras. Mi tarea es crear un espacio limpio”.

    Al preguntársele si las FDI estaban ejecutando el Plan de los Generales, Cohen negó tener conocimiento al respecto, pero como astutamente observaron los editores de Haaretz: “En lugar de hablar del Plan de los Generales, deberíamos hablar de las ‘Órdenes de Netanyahu'”.

    Más tarde ese mismo mes, en una reunión del Consejo de Yesha, organización que representa a los consejos municipales de los asentamientos israelíes en la Cisjordania ocupada ilegalmente, el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, afirmó que es “posible y necesario conquistar Gaza”, y “asumir la responsabilidad civil allí”.

    Anticipó que con la llegada de la administración Trump podría ser posible lograr el objetivo de la “emigración voluntaria”.

    “Es posible crear una situación”, dijo Smotrich, “en la que en dos años Gaza represente menos que la mitad de su población actual”.

    El 2 de Diciembre, The New York Times informó que Israel ha estado demoliendo sistemáticamente edificios para crear una “zona de contención” que divida Gaza, al tiempo que fortifica sus bases militares allí, lo que indica que las Fuerzas de Defensa de Israel “podrían estar preparándose para ejercer control de largo plazo sobre la zona”.

    Tras asumir el cargo en Enero de 2024, el presidente Donald Trump describió Gaza como “literalmente un campo de demolición”, y respaldó el plan de limpieza étnica de toda la franja, declarando a la prensa: “Estamos hablando de un millón y medio de personas, y simplemente las desalojamos por completo”.

    A principios de Febrero, Trump afirmó que Estados Unidos “tomaría la Franja de Gaza” y “la nivelaría” para “generar desarrollo económico”.

    Las palabras de Trump complacieron al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, quien publicó en X: “Donald, ésto parece el comienzo de una hermosa amistad”.

    El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, calificó el plan de Trump como una “excelente idea” que daría paso a los colonos judíos.

    El 4 de Febrero, durante una conferencia de prensa conjunta con Netanyahu en la Casa Blanca, Trump reiteró su plan de “tomar la Franja de Gaza” y “nivelarla” para crear “la Riviera de Oriente Medio”, sin palestinos, los que tendrían que ser reubicados “en otros países de interés con espíritu humanitario”.

    Al preguntársele posteriormente si aclararía cuántos palestinos proponía reubicar permanentemente, Trump respondió: “A todos”.

    A mediados de Febrero, Smotrich declaró que Israel estaba coordinando con la administración Trump la ejecución del plan de limpieza étnica de Gaza en pocas semanas, describiéndolo como “una gigantesca operación logística para sacar de aquí a una cantidad tan grande de personas”.

    El 25 de Febrero, Trump publicó un video generado por inteligencia artificial en su red social Truth Social, en el que mostraba “Trump Gaza”, pletórico de imágenes de un resort de playa de lujo, y una escena de Trump y Netanyahu descansando juntos en reposera de playa en traje de baño y bebiendo cocktails.

    Recopilación de capturas de pantalla del video “Trump Gaza” generado por IA

    El 19 de Enero, un día antes de la investidura de Trump, entró en vigor un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamas. La primera fase del acuerdo exigía que Hamas liberara a los rehenes israelíes, mientras que Israel abriría los cruces fronterizos para facilitar la entrada de seiscientos camiones diarios con la urgentemente necesaria ayuda humanitaria.

    Hamas cumplió su parte del acuerdo, incluyendo la liberación de 33 rehenes, pero Israel incumplió sus obligaciones con la entrega de ayuda, y continuó llevando a cabo frecuentes ataques contra Gaza.

    Posteriormente, el 10 de Febrero Trump dio a Netanyahu luz verde explícita para violar el alto el fuego y reanudar su ataque genocida contra la población civil de Gaza.

    En lugar de proceder a la siguiente fase del acuerdo de alto el fuego, que habría garantizado la liberación de los rehenes restantes, y exigido a Israel el cese de las hostilidades y la retirada de sus fuerzas, Trump aconsejó a Israel que incumpliera sus propias obligaciones, lanzando un ultimatum a Hamas para que libere a todos los rehenes y, si Hamas se negaba, que lo “cancelara” y “desatara el caos”.

    El 2 de Marzo Israel reimpuso su asedio total contra Gaza, bloqueando la entrada de toda ayuda humanitaria, mientras preparaba un “plan infernal” para presionar a Hamas a aceptar su ultimatum –Netanyahu lo denominó la “propuesta Witkoff”, en referencia a Steve Witkoff, enviado de Trump a Oriente Medio.

    Tres días después, Trump declaró en Twitter/X que ya estaba “enviando a Israel todo lo necesario para terminar el trabajo”.

    Aclarando que “el trabajo” era limpieza étnica o genocidio, amenazó explícitamente de muerte a toda la población civil si Hamas no accedía al ultimatum de Israel.

    Con plena aprobación y apoyo de Trump, Israel reanudó su ataque genocida durante la madrugada del 18 de Marzo, con un bombardeo masivo que asesinó a más de cuatrocientos palestinos antes del mediodía, incluyendo a 263 mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza.

    Entre los muertos se encontraban 130 niños a causa de los ataques aéreos israelíes contra refugios, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

    Una encuesta de opinión pública publicada por Haaretz el 22 de Mayo, revelando lo maniaca y genocida que se ha vuelto la sociedad israelí, reveló que 47% de los israelíes apoya la idea de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) asesinen a todos los habitantes de las ciudades de Gaza; 82% apoya la idea de la limpieza étnica en Gaza; y 56% apoya la idea de liberar a Israel de sus ciudadanos árabes mediante su deportación forzosa.

    El tenue velo se ha levantado, y se revela el verdadero rostro del sionismo político moderno.

    El plan de Netanyahu para completar la toma militar y la limpieza étnica del norte de Gaza es sólo un paso más hacia el objetivo final –respaldado por el gobierno estadounidense– de liberar a la Franja de todos sus habitantes, de una forma u otra.

    Si no se puede motivar a los palestinos a irse mediante la matanza indiscriminada y la destrucción sistemática de infraestructura civil, cuyo objetivo es convertir Gaza en inhabitable, su alternativa es quedarse y morir ante la mirada del mundo.

    A pesar de la retórica sin sentido que finge preocupación por la difícil situación de los civiles palestinos, el genocidio israelí contó con el pleno apoyo de la administración Biden. Cuando Trump asumió el cargo, existía un acuerdo de alto el fuego vigente entre Israel y Hamas, al que luego Trump instó a Israel a violar para reanudar su campaña de exterminio.

    La Corte Internacional de Justicia (CIJ) procesa actualmente un caso interpuesto por Sudáfrica contra Israel por violar la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948.

    El gobierno estadounidense también ha estado violando la convención, la que prohíbe a los estados actuar con complicidad y, de hecho, obliga a los gobiernos a prevenir actos de genocidio, deber que Sudáfrica pretendía cumplir al presentar su solicitud ante la CIJ en Diciembre de 2023.

    El 21 de Noviembre de 2024, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el exministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, incluyendo dirigir ataques contra civiles, y utilizar la hambruna como método de guerra.

    A pesar de estas acciones ante la CIJ y la CPI, el genocidio israelí continúa sin cesar, poniendo a prueba la credibilidad del actual “orden internacional basado en normas”.

    El mundo entero observa ahora cómo la aparente razón de ser de la ONU, la CIJ y la CPI es puesta a prueba. ¿Cumplirán estas instituciones gubernamentales su promesa, o demostrarán su propia obsolescencia?

    Ante la ineptitud e impotencia de los gobiernos del mundo, corresponde principalmente al pueblo estadounidense lograr el cambio de paradigma necesario para que sea políticamente inviable que el gobierno estadounidense continúe con su arraigada política de apoyar los crímenes de Israel contra los palestinos.

    Sólo entonces habrá una esperanza realista de ver el fin de la violencia criminal de Israel.

     

     

     

    Traducido por: Ms. Lic. Cristian Vasylenko

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