Si alguien hiciera una película sobre algo así, dejaría de verla a la mitad porque me parecería demasiado fantasiosa.
Imagine que existiera una secta violenta que usara escrituras de una religión antigua para convencer a sus seguidores de cometer actos malvados y perversos.
Imagine que le dieran un estado propio.
Imagine que le proporcionaran armas de fuego, tanques y aviones de guerra.
Imagine que consiguiera armas nucleares.
Imagine que perpetrara un genocidio contra los indígenas que viven en la zona donde estableció su estado.
Imagine que la secta tuviera grandes filiales en la nación más poderosa del mundo, y que ésta defendiera a la secta sin importar lo que hiciera.
Imagine que la secta se volviera loca y comenzara a atacar e invadir sin descanso a las naciones vecinas.
Imagine que la secta tuviera tanta influencia y apoyo en la sociedad occidental, que los gobiernos e instituciones occidentales censuraran, silenciaran, despidieran, marginaran y deportaran a cualquiera que criticara sus acciones.
Imagine que los medios occidentales simpatizaran profundamente con la secta y se pasaran todo el tiempo presentando sus atrocidades como acciones defensivas completamente razonables, y acusando a sus críticos como intolerantes maliciosos.
Imagine que la secta se volviera cada vez más loca y violenta, pero nadie pudiera encontrar la manera de detenerla, porque sus acciones están respaldadas por esta gigantesca estructura occidental de poder.
Todo eso sería horrible, ¿no?
Creo que sería la situación más descabellada que podría imaginar.
¿Una secta de la muerte con armas nucleares, asesinando y masacrando montañas de seres humanos con total impunidad, respaldada por las personas más poderosas de la Tierra? Sería una locura insondable.
Si alguien hiciera una película sobre algo así, la dejaría a mitad, porque me parecería demasiado fantasiosa.
Diría: “Vamos, inventa una trama más creible. Y un antagonista más creíble; nadie es tan malvado”. Diría algo como: “Vamos, Hollywood, ¿en serio esperan que suspenda mi incredulidad cuando están estrenando una película sobre estos caricaturescos malvados que vuelan hospitales, asesinan periodistas, asesinan a trabajadores humanitarios y masacran deliberadamente a civiles hambrientos que buscan comida?”
Diría algo como: “¿De verdad esperan que crea que una secta violenta puede conseguir todo este poder, perpetrar todas estas atrocidades y salirse con la suya, sólo mintiendo todo el tiempo? ¡Con el tiempo la gente dejaría de creerse sus mentiras!”
Diría algo como: “Alguien los detendría”. Esta película no sólo tiene antagonistas increíbles, sino que también carece de protagonistas creíbles. La más mínima decencia humana obligaría al mundo a detener todas estas atrocidades que son abiertamente perpetradas. ¿Dónde están los héroes en esta historia?
Y entonces saldría furiosa del cine, feliz de estar fuera de ese horrible mundo ficticio, donde ocurrían tales absurdos.
Y luego me pararía en el estacionamiento, miraría al cielo, y agradecía a Dios por estar nuevamente en la realidad.
Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko
