Capitalismo de vigilancia: Ud. es el commodity

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    Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” – Evangelio según Marcos Apóstol 8:36, Biblia traducción King James

    En el Nuevo Orden Mundial del Capitalismo de Partes Interesadas, los Modelos de Negocios impulsan la Economía, la Economía impulsa la Política, y las Corporaciones controlan todo.

    ¿Alguna vez ha dedicado tiempo a pensar seriamente en el modelo de negocio compartido que sustenta la explosiva ganancia y capitalización de Amazon, Google/Alphabet y Facebook/Meta?

    La mayoría responde reflexivamente que estas tres empresas líderes de la nueva economía tienen diferentes modelos de negocio y, de manera superficial, eso es cierto. Pero en un nivel más profundo, todas se basan en el mismo modelo de negocio central: el capitalismo de vigilancia. Muchos están familiarizados con la frase: “Si no estás pagando por el producto, tú eres el producto”. Esta observación se ha convertido en un lugar común, que sugiere que cuando un servicio es gratuito, los datos, la atención o el comportamiento del usuario se convierten en la mercancía vendida a anunciantes o empresas de terceros. Este concepto se aplica a menudo a muchas plataformas en línea, incluidas las redes sociales, los motores de búsqueda y los sitios web de contenido. En realidad, se trata de una simplificación excesiva.

    El capitalismo de vigilancia es un modelo de negocio basado en la reivindicación unilateral de las experiencias privadas humanas, como materia prima gratuita para su traducción en datos de comportamiento. Estos datos personales luego son extraidos, procesados y comercializados para predecir e influir en el comportamiento humano. Los datos específicos sobre los individuos son la mercancía. En esta versión del capitalismo, el producto principal es la predicción y la influencia del comportamiento (político y económico), más que la producción de bienes y servicios.

    Esta verdad tiene más que ver con la metáfora que sustenta la serie de películas Matrix, que con el capitalismo de mercado clásico. En Matrix, los seres humanos son cultivados como baterías y cosechados por su energía, que sirve para alimentar a la propia Matrix. El concepto de los seres humanos como baterías es una representación metafórica de su esclavitud y explotación por parte de las máquinas.

    En el modelo de negocio del capitalismo de vigilancia, se le atrae y se le cultiva para que Ud. participe obsesivamente en la plataforma, y ​​luego sus pensamientos, emociones, sentimientos y creencias son cosechados de todas las fuentes disponibles, incluidas las interacciones basadas en la plataforma. El valor extraído de estos elementos es luego procesados algorítmicamente para producir “futuros” predictivos, tanto individuales como colectivos.

    En cambio, Murray Newton Rothbard considera que el capitalismo es una “red de intercambios libres y voluntarios”, en la que los productores trabajan, producen e intercambian sus productos por los productos de otros (“El capitalismo de libre mercado es una red de intercambios libres y voluntarios…”). Según Rothbard, las verdaderas fuentes de riqueza son:

    1. Emprendimiento individual: la innovación y la asunción de riesgos por parte de los individuos impulsan el crecimiento económico y la creación de riqueza.
    2. Intercambio voluntario: los mercados libres y el comercio voluntario permiten una asignación eficiente de los recursos y la creación de riqueza.
    3. Patrón oro: un sistema monetario vinculado con el oro, o con un patrón similar basado en materias primas, restringe la oferta monetaria y evita la manipulación gubernamental.

    En La anatomía del Estado, Rothbard sostiene que existen dos medios para producir riqueza:

    Los medios económicos se refieren a la producción e intercambio de bienes y servicios a través del esfuerzo humano voluntario, la creatividad y el espíritu emprendedor. Los medios económicos son aditivos, y generan riqueza para todas las partes involucradas.

    Los medios políticos se refieren al uso de la fuerza o coacción para arrebatar la riqueza a otros. Los medios políticos son reductivos, distorsionan los incentivos, y socavan la prosperidad a largo plazo. Los impuestos son una forma de robo, en la que se utilizan medios políticos para depredar la riqueza de otros. Razonando por analogía, el capitalismo de vigilancia es una forma de robo, en el que la riqueza personal acumulada en forma de aspectos fundamentales, personales y patrimoniales de su alma, es extraída y commoditificada sin su permiso.

    En el capitalismo de vigilancia, el robo por commoditificación es practicado por máquinas que actúan en nombre de un pequeño subconjunto de la humanidad, para extraer (o apoderarse) involuntariamente valor (riqueza) de los seres humanos. Según la formulación lógica de Rothbard, se trata fundamentalmente de una transacción política. Una vez reformulado, reempaquetado y comercializado, este valor genera riqueza para el capitalista de vigilancia al eliminar –y, por lo tanto, disminuir– la riqueza personal del individuo que, por lo general (e intencionalmente), no está informado de la pérdida.

    En el caso de las versiones de Facebook y Google del capitalismo de vigilancia, los futuros conductuales y emocionales son repetidamente subastados con terceros, los que utilizan la información para diversos fines económicos y políticos. En la mayoría de los casos, el valor extraído es revendido repetidamente a múltiples compradores. Amazon hace lo mismo, pero está más integrado verticalmente. Al igual que Facebook y Google, Amazon extrae la información de Ud. y la procesa para construir futuros predictivos. Sin embargo, en lugar de vender a terceros, Amazon utiliza esta información internamente para respaldar el marketing directo de sus productos y los de terceros proveedores.

    En el modelo de negocio del capitalismo de vigilancia, Ud. no es el producto, sino que sus pensamientos, emociones, creencias y conocimientos son los recursos naturales que son extraídos para producir las materias primas que luego son utilizadas para construir productos predictivos del “futuro”. Ésto va mucho más allá del análisis del siglo XX, e incluso del XXI, sobre la base psicológica del totalitarismo descrito por Mattias Desmet. La mercantilización de sus pensamientos, sentimientos, emociones y necesidades a través del modelo de negocio del capitalismo de vigilancia, es lo que permite y potencia la realidad cotidiana en expansión del tecno-totalitarismo globalizado.

    ¿Qué es la commodificación, y en qué se diferencia de la commoditización?

    La commodificación transforma cosas inalienables, gratuitas o regaladas (objetos, servicios, ideas, naturaleza, información personal, personas o animales) en mercancías u objetos para la venta. Significa perder una calidad inherente o una relación social cuando algo se integra en un mercado capitalista. Los conceptos argumentados son que se han commodificado artículos amplios como el cuerpo, la intimidad, los bienes públicos, los animales y las vacaciones.

    Los bienes intangibles, no producidos (el amor, el agua, el aire, Hawaii) son commodificados, mientras que los bienes producidos (el trigo, la sal, los microchips) son commoditizados. Karl Marx criticó extensamente el impacto social de la mercantilización bajo el nombre de fetichismo de la mercancía y alienación.

    En la teoría económica marxista, antes de convertirse en mercancía, un objeto tiene un “valor de uso individual específico”. Después de convertirse en mercancía, ese mismo objeto tiene un valor diferente: la cantidad por la que puede intercambiarse por otra mercancía. Según Marx, este nuevo valor de la mercancía deriva del tiempo que lleva producir el bien, y otras consideraciones son obsoletas, incluida la moralidad, el impacto ambiental y el atractivo estético. En cierto sentido, el valor de una mercancía refleja tanto el valor intrínseco de un artículo o servicio como el valor agregado por factores extrínsecos (escasez, marketing) que aumentan su valor percibido.

    Antes de que se creara el término, Marx predijo que todo acabaría convirtiéndose en mercancía: “las cosas que hasta entonces se habían comunicado, pero nunca intercambiado, dadas, pero nunca vendidas, adquiridas, pero nunca compradas –la virtud, el amor, la conciencia–, todas entran finalmente en el comercio”.

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    ¿Hacia dónde nos dirigimos a partir de ahora?

    Una vez que haya comprendido ésto, continúe y explórelo más a fondo.

    Muchas adyacencias, corolarios y derivados están asociados con los fundamentos del capitalismo de vigilancia. Tómese un momento para considerar la interfaz entre el modelo de negocio del capitalismo de vigilancia y el negocio del complejo industrial de censura. O el capitalismo de vigilancia y la política –siendo Cambridge Analytica Ltd. una de sus primeras encarnaciones. O el capitalismo de vigilancia y el negocio del complejo industrial de biodefensa. O el capitalismo de vigilancia y el transhumanismo. O mil más.

    Todos estos modelos y dominios económicos no reconocen fronteras. Todos existen en una especie de Salvaje Oeste, rechazando y desviando activamente todas las restricciones legales y éticas a las actividades económicas, políticas y médicas. Estas condiciones son consideradas inaceptables para el avance de la “innovación”, la dominación del mercado y la acumulación de capital. Las restricciones éticas, morales, religiosas y legales deben ser ignoradas o eludidas en nombre del progreso y el beneficio.

    Por encima de todo ésto se encuentra lo que es esencialmente un conjunto emergente de tecnologías de marketing, consistentes en estrategias y tácticas de guerra psicológica de grado militar: PsyWar. El capitalismo de vigilancia proporciona el modelo económico, la lógica, los datos extraídos, y el valor que alimentan y guían el despliegue de la guerra psicológica moderna.

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    Me preocupan profundamente las muchas interacciones observables entre las estrategias, tácticas y tecnologías de guerra psicológica modernas, y las observaciones y predicciones de Mattias Desmet sobre la psicología del totalitarismo y el capitalismo de vigilancia.

    Temo el mayor desarrollo de bucles de retroalimentación entre estas fuerzas sociales, políticas y económicas fundamentales. Siento que estos bucles de retroalimentación permitirán e impulsarán a la sociedad humana hacia el oscuro futuro colectivista y globalista transhumanista con el que el Foro Económico Mundial [WEF] parece tan cautivado.

    Al implementar las capacidades de PsyWar sobre estos otros modelos de negocios, que están siendo expandidos y mejorados por los productos de “futuros” predictivos del capitalismo de vigilancia, la humanidad será conducida hacia una nueva realidad surrealista, en la que todos los sentimientos, creencias, moralidad y comportamiento serán un producto sintetizado, en el que la acumulación de riqueza se convertirá en el derecho exclusivo de una pequeña élite controladora que ya no reconoce la existencia de sus propias almas, sino que existe en la interfaz del hombre y la máquina, y busca dar a luz una nueva especie de fusión hombre/máquina. Girando y girando en un giro cada vez más amplio, disociándose del halconero. Dando lugar intencionalmente e irreflexivamente a una bestia áspera y desgarbada.

    A corto plazo, también estoy profundamente preocupado por el desafío que todo ésto plantea a mi fe en el capitalismo de libre mercado, y mi fascinación por la lógica de la Escuela de Economía Austriaca y su encarnación moderna, el “anarcocapitalismo”. Me preocupa que, cuando el absolutismo capitalista se desvincule de la ética cristiana fundamental, y todo se convierta en mercancía todo el tiempo, todas las almas humanas restantes corran el riesgo de ser aplastadas y convertidas en polvo bajo una losa tecnototalitaria globalista.

     

     

     

     

    Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko

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