Putin puede convivir con la “esquizofrenia de Jano” de Trump, mientras las fuerzas rusas avanzan en todos los frentes clave de batalla.

La segunda etapa de la “cesión” a los europeos de la guerra en Ucrania por parte de Trump, quedó claramente expuesta en su publicación en Truth Social del 23 de Septiembre. En la primera fase, Trump dejó de ser el principal proveedor de armamento para Kiev e indicó que, a partir de ahora, Europa tendría que pagar prácticamente todo –todas las armas compradas a fabricantes estadounidenses.
Por supuesto, Trump sabe que Europa está en crisis fiscal. No tiene dinero para financiarse, y mucho menos para una guerra de gran escala. Luego, echó sal a la herida de esta crisis fiscal al desafiar a los países de la OTAN a ser los primeros en la fila para sancionar todos los combustibles rusos. Obviamente, eso tampoco ocurrirá. Sería una locura.
En esta última publicación en Truth Social, Trump lleva la línea de Keith Kellogg hasta su reductio ad absurdum. “Con el apoyo de la UE, Ucrania puede devolver al país a su forma original –haciendo que Rusia parezca un ‘tigre de papel’… ¡y quién sabe, quizás incluso algo más que eso!”
Seguro –¿Kiev avanzando a las puertas de Moscú? ¡Menuda broma, Mr. Trump! Claro que está provocando a Kellogg y a los europeos.
Luego, tras la reunión de Trump con Zelenski, Francia, Alemania y el Reino Unido en la ONU, fue propuesto un borrador de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, haciéndose eco de la exigencia sin tapujos de la Unión Europea y de la Coalición de la Voluntad de que Rusia se rinda. Trump permitió que funcionarios estadounidenses participaran activamente en el debate sobre la resolución –pero entonces, a último momento, Estados Unidos la vetó.
De esta forma enrevesada, Trump logra –como Jano– encarar dos direcciones a la vez: en una, apoya a Ucrania 100%, ensalzando su “gran espíritu” y adoptando la postura de Kellogg de que Putin está en serios problemas. Pero, mirando hacia otro lado, por el contrario Trump se compromete a “no restringir la posibilidad de conversaciones de paz ni a permitir que las tensiones se intensifiquen aún más”.
Putin puede convivir con la esquizofrenia de Jano de Trump –mientras las fuerzas rusas avanzan en todos los frentes clave de batalla. En resumen, la Casa Blanca ha señalado que no le interesa una guerra con Rusia. Es obvio. De todos modos, está gestándose una guerra aún más preocupante dentro de Estados Unidos.
Esta guerra es el Octavo Frente de Israel –recientemente Netanyahu ha comenzado a proclamarlo así: el Octavo Frente está en Estados Unidos. Y está ahí precisamente porque Estados Unidos domina los medios de comunicación mundiales. El llamado modelo del “Orden Basado en Reglas” (si es que alguna vez existió más allá de la narrativa) ha sido destrozado por Israel –de forma muy deliberada y a sangre fría.
Tom Barrack, amigo de Trump desde hace mucho tiempo y enviado a Oriente Medio –cuando se le preguntó sobre el objetivo final de Estados Unidos para la región–, descartó de plano la idea de conversación para la “paz”: “Cuando decimos paz, es una ilusión”, afirmó Barrack. “Nunca ha habido paz. Algunos dirán que se pelean por fronteras y límites. Pero no es por eso que se pelean. Una frontera o un límite es simplemente la moneda de cambio en una negociación”. Continuó: “El resultado final es que alguien quiere dominar, lo que significa que alguien tiene que someterse. En esa parte del mundo … no existe la palabra árabe para someterse. No entienden la idea de someterse …”.
La guerra sin límites, sin reglas, sin ley –y, en particular, sin límites éticos– se convierte en el requisito previo para lograr la subyugación total de toda oposición.
El ex asesor de Seguridad Nacional de Netanyahu, Meir Ben-Shabbat, en un artículo publicado en Foreign Affairs en Septiembre (junto con Asher Fredman), afirmó: “Israel ya no adhiere a las líneas rojas que sus vecinos creían que jamás cruzaría. Israel no concederá inmunidad a ningún líder de grupos hostiles, independientemente de su cargo político o ubicación”. Cuando Ben Shabbat escribe “hostil”, es una forma elíptica de referirse a “incumplidor”.
Esta nueva doctrina está centrada en el “dominio” israelí –y para ello, los demás deben “someterse”, insiste Barrack. El ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Ron Dermer, ha sugerido que una “sumisión” suficiente para que Israel “se sienta plenamente seguro” sólo surgiría si la conciencia árabe-musulmana se viera afectada por una radical derrota “desradicalizadora”.
La idea del “Octavo Frente” de Netanyahu, por lo tanto, deriva de la proposición de que el dominio judío total (tal como lo describe el enviado estadounidense Barack) requiere también cierto dominio en Estados Unidos. Israel no puede lograr este dominio solo –necesita el apoyo incondicional de Estados Unidos, el que mantiene el flujo de dinero, armamento y apoyo operativo.
Hasta hace poco, este apoyo incondicional era obtenido mediante la compra de políticos e influencers estadounidenses por parte de multimillonarios judíos ultrarricos –y comprando a los principales medios de comunicación. Sin embargo, el auge de los medios alternativos como principal fuente de noticias para los estadounidenses ha cambiado el panorama, y ha generado temor en la comunidad judía multimillonaria.
El asesinato de Charlie Kirk fue perpetrado tras las múltiples presiones ejercidas sobre Kirk por parte de multimillonarios judíos, preocupados por la posible “tergiversación” de la juventud estadounidense, como ha señalado Max Blumenthal. El conflicto con los grandes donantes judíos de Kirk expuso el problema más amplio de su dominio en la política estadounidense de influencia. La controversia resultante ha provocado un esfuerzo desmesurado por parte de los multimillonarios pro-israelíes para tomar el control de los medios de comunicación alternativos estadounidenses, en particular TikTok (todas las plataformas sociales estadounidenses tienen inclinación algorítmica hacia Israel, mientras que TikTok no. Los multimillonarios proisraelíes que planean comprar TikTok insisten en que su algoritmo debe ser “reentrenado”).
“[Lo que los sionistas] enfrentan”, afirma Blumenthal, “es un tsunami político [de realineamiento político] en Estados Unidos, y no tienen forma de contenerlo. Y es por eso que, tras el asesinato de Kirk, y en los días previos a su asesinato, algunos de estos adinerados sionistas han iniciado una campaña de toma de control total de los medios estadounidenses. Es presión total en Estados Unidos. Netanyahu había estado librando una guerra de siete frentes en la región, y ahora Estados Unidos se ha convertido en el octavo frente. Y quieren impedir que cualquiera pueda expresarse en cualquier parte del ecosistema digital simplemente comprándolo todo”.
Pocos entre los donantes multimillonarios que apoyaron a la organización de Kirk, TPU.S.A, han hecho más que Robert Shillman para aclarar la naturaleza subyacente de la guerra del Octavo Frente: “¡Con esta lapicera y mi chequera, yo proveo la munición!”, proclamó el multimillonario entre aplausos durante una gala de la derechista Organización Sionista de América (ZoA) en 2021.
“Uso la lapicera para proporcionar ‘munición’ [donaciones] a organizaciones como ZoA en la primera línea de esta batalla que enfrenta a los enemigos de Israel y del pueblo judío –defendiéndose de los islamistas que desean destruir a Israel, y de los izquierdistas radicales antijudíos que desean destruir al pueblo judío”.
¿Cómo se interpreta este asunto como una presión sobre Trump para que persista en la guerra de Ucrania contra Rusia? ¿Qué es lo que une a los donantes judíos inmensamente ricos, con los clásicos rusófobos estadounidenses y el establishment europeo, en la causa común de presionar a Trump para que tome duras medidas contra Rusia? La respuesta es que los donantes y las élites pro-israelíes estadounidenses y europeas comparten el interés de que Rusia se vea preocupada (y, en su opinión, debilitada) por el conflicto en Ucrania. Su preocupación particular es la posibilidad de una guerra en Oriente Medio. No quieren que Rusia ni China apoyen directamente a Irán, si éste fuera atacado militarmente. Estas élites temen por el futuro de Israel, en particular si Irán se ve fortalecido por los aliados BRICS. Prefieren una Rusia estancada y que no vuelva a ser un actor clave en Oriente Medio –lo que podría frenar la ambición de supremacía judía/israelí en la región.
Recordemos que en 1992, el entonces subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, autor de la llamada Doctrina Wolfowitz, declaró que, con la expulsión de los soviéticos de Oriente Medio, Estados Unidos se había convertido en la única superpotencia indiscutible de la región, y podía impulsar su agenda global. Wolfowitz destacó la salida de Rusia como factor crucial para lograr la hegemonía estadounidense en Oriente Medio.
Recordemos también que, tras la invocación de la cláusula de “retorno rápido” de las sanciones del E3 contra Irán el 28 de Agosto, Rusia y China firmaron declaraciones conjuntas denunciando la votación procesal del E3 como “ilegal y con vicios de procedimiento”. En cierto sentido, ésto justifica que China y Rusia ignoren cualquier sanción posterior impuesta a Irán en virtud de la cláusula de “retorno rápido”. Es la primera vez que Rusia y China han desafiado directamente al Consejo de Seguridad de la ONU, e indicado implícitamente que ignorarán cualquier sanción del “retorno rápido”.
Sin embargo, visto desde otra perspectiva, la denuncia conjunta del “retorno rápido” podría abrir la puerta a un “retorno a la región” por parte de Rusia (y China) mediante el apoyo militar a Irán, en caso de que éste sea atacado por Israel, Estados Unidos o ambos.
Con Rusia actualmente involucrada plenamente en Ucrania, es menos probable que desee iniciar un apoyo directo a Irán en caso de un ataque (Rusia está muy alerta a los peligros de una sobre-extensión bélica). Si la guerra en Ucrania terminara, Rusia podría tener menos escrúpulos a la hora de intervenir directamente en apoyo de Irán. Lo mismo ocurriría con China si el conflicto en Ucrania se resolviera.
Lo último que quiere el triunvirato de influyentes judíos sionistas, los halcones estadounidenses contra Rusia y las élites europeas pro-israelíes, es que Rusia “vuelva a Oriente Medio”. Eso sería una pesadilla para ellos.
Cuando se le preguntó al enviado estadounidense Tom Barrack si Israel sentía la necesidad de otro “ataque definitivo” contra Irán, respondió:
Parece que están avanzando hacia una resolución de todo el problema, que es lo que es Gaza, ¿verdad? Me imagino que simplemente controlar Gaza, Hezbollah y a los Houthi no dará resultados si no se controla al régimen iraní. No tengo información sobre lo que van a hacer, pero no lo descartaría … Tenemos que cortarles la cabeza a esas serpientes y cortar el flujo de fondos. Esa es la única manera de detener a Hezbollah.
Así pues, el repentino asesinato de Charlie Kirk fue inesperadamente perpetrado en un momento clave en la aspiración de Netanyahu a la hegemonía regional, lo que pone de relieve el ya menguante apoyo a Israel entre un grupo de jóvenes estadounidenses.
El asesinato de Kirk también ha desencadenado, sin querer, la siguiente fase de la larga guerra cultural latente en Estados Unidos. El asesinato de Kirk se ha convertido en un hecho tan significativo como cualquier otro en la historia reciente de Estados Unidos.
Si las palabras de Rober Shillman a su audiencia judía, abogando por “enfrentar a los enemigos de Israel y del pueblo judío –defendiéndonos de los islamistas que desean destruir a Israel, y de los izquierdistas radicales antisemitas que desean destruir al pueblo judío”, no fueran una declaración de guerra suficientemente clara y contundente, entonces escuchen a Stephen Miller, subjefe de gabinete de la Casa Blanca, dirigiéndose a la multitud en el servicio conmemorativo de Charlie Kirk –ante un aplauso entusiasta de las 100.000 personas presentes:
“La Luz vencerá a la Oscuridad. Prevaleceremos sobre las fuerzas de la maldad y del mal. No pueden imaginar lo que han despertado. No pueden concebir el ejército que ha surgido en todos nosotros. Porque defendemos lo bueno, lo virtuoso, lo noble. Y a quienes intentan incitar a la violencia contra nosotros, a quienes intentan fomentar el odio contra nosotros: ¿qué tienen? No tienen nada. Son maldad, envidia, odio. No son nada. No pueden producir nada. Somos quienes construimos, quienes creamos, quienes elevamos a la humanidad”.
Traducción Ms. Lic. Cristian Vasylenko








