En un artículo originalmente presentado como conferencia en la Universidad de Princeton en 1958, Ludwig von Mises argumentó que el gobierno es “esencialmente la negación de la libertad”. Donde se extiende la jurisdicción gubernamental, no hay libertad, sino coerción. Más precisamente, según von Mises, el gobierno no es un mal necesario ni un mal, sino “el único medio disponible para hacer posible la coexistencia humana pacífica”. El medio que permite que el sistema social de cooperación funcione “con fluidez” sin ser perturbado por los actos violentos de gangsters nacionales o extranjeros.
Von Mises afirma que el gobierno es golpear, encarcelar y ahorcar. Todo lo que hace un gobierno está “respaldado en última instancia por las acciones de agentes armados”. Sea cual sea la forma en que opere dicho gobierno, “los fondos que necesita son recaudan mediante impuestos, es decir, mediante pagos exigidos a los ciudadanos”. Y, sin embargo, von Mises va más allá; su teoría del gobierno se convierte en nada menos que en una teoría para la civilización humana:
Si consideramos que, tal como es la naturaleza humana, no puede haber civilización ni paz sin el funcionamiento del aparato gubernamental de acción violenta, podemos considerar al gobierno como la institución humana más beneficiosa.
Para von Mises, la libertad es la restricción de la interferencia del gobierno –es liberarse del gobierno. Y la libertad sólo se encuentra en el ámbito en el que el gobierno no interfiere. Así, los hombres pueden actuar libremente en ámbitos donde tienen la oportunidad de elegir cómo desean proceder. Estos ámbitos son lo que von Mises llama “derechos civiles”, los que son entienden como estatutos que delimitan “la esfera en la que los hombres que dirigen los asuntos de estado pueden restringir la libertad de acción de los individuos”.
En opinión de Mises, los hombres establecen un gobierno con el “fin último” de hacer posible “el funcionamiento de un sistema definido de cooperación social, bajo el principio de la división del trabajo”. Aquí se refiere al sistema de laissez-faire, en el que existe “un ámbito en el que los individuos son libres de planificar por sí mismos”. Éste sistema permite y protege la economía de mercado, en la que los hombres son libres de elegir “la forma en que desean integrarse en el marco de la cooperación social”.
Cooperación Social y División del Trabajo
Von Mises enfatiza considerablemente la cooperación social y la división del trabajo en su tratado económico Acción Humana. Allí explica:
Si y en la medida en que el trabajo bajo la división del trabajo es más productivo que el trabajo aislado, y si y en la medida en que el hombre es capaz de comprender este hecho, la acción humana misma tiende a la cooperación y a la asociación; el hombre se convierte en un ser social no al sacrificar sus propios intereses en aras de un mítico Moloch, la sociedad, sino al aspirar a una mejora en su propio bienestar. La experiencia enseña que esta condición –mayor productividad lograda bajo la división del trabajo– existe porque su causa –la desigualdad innata de los hombres y la desigualdad en la distribución geográfica de las fuerzas naturales de producción– es real.
Otra idea importante de von Mises es que la mayor productividad de la división del trabajo hace que los hombres dependan unos de otros, y el reconocimiento de los beneficios de esta dependencia en la cooperación social les permite desarrollar sentimientos de compañerismo mutuo:
En el marco de la cooperación social, pueden surgir entre los miembros de la sociedad sentimientos de simpatía y amistad, así como un sentido de pertenencia. Estos sentimientos son la fuente de las experiencias más placenteras y sublimes del hombre … Sin embargo no son, como algunos han afirmado, los agentes que han dado lugar a las relaciones sociales. Son frutos de la cooperación social, prosperan sólo dentro de su marco; no precedieron al establecimiento de las relaciones sociales, ni son la semilla de la que brotan.
Además, al hablar del desarrollo humano y de las circunstancias de la vida humana, von Mises enfatiza la conducta del hombre racional en la vida social:
También podemos asumir que, en épocas anteriores, la inclinación a la agresión y al asesinato favorecía la preservación de la vida. El hombre fue una vez una bestia brutal … Pero no debemos olvidar que era físicamente un animal débil; no habría sido rival para las grandes bestias de presa si no hubiera estado equipado con un arma peculiar: la razón. El hecho de que el hombre sea un ser razonable, que por lo tanto no ceda sin inhibiciones a cada impulso, sino que ordene su conducta según una deliberación razonable, no debe considerarse antinatural desde un punto de vista zoológico. La conducta racional significa que el hombre, ante la imposibilidad de satisfacer todos sus impulsos, deseos y apetitos, renuncia a satisfacer aquellos que considera menos urgentes. Para no poner en peligro el funcionamiento de la cooperación social, el hombre se ve obligado a abstenerse de satisfacer aquellos deseos cuya satisfacción obstaculizaría el establecimiento de las instituciones sociales … Sin embargo, el hombre ha tomado su decisión. Ha renunciado a la satisfacción de algunos deseos incompatibles con la vida social, y ha priorizado la satisfacción de aquellos que sólo pueden ser realizados, o de forma más abundante, bajo un sistema de división del trabajo. Ha emprendido el camino hacia la civilización, la cooperación social y la riqueza.
La elección de los padres no menoscaba la libertad de elección de los hijos. Pueden revertir la resolución. Diariamente pueden proceder a la transvaloración de los valores y preferir la barbarie a la civilización o, como dicen algunos autores, el alma al intelecto, los mitos a la razón, y la violencia a la paz. Pero deben elegir. Es imposible que coexistan cosas incompatibles entre sí.
Las incompatibilidades de von Mises
La capacidad del hombre para elegir, es primordial para von Mises, y no es menciondo el gobierno como requisito. Pero si sólo el gobierno puede hacer posible la paz implícita en la cooperación social, entonces la razón y la elección del hombre, es decir, su conducta racional, no son la causa esencial de la cooperación social. La causa sería, más bien, el miedo del hombre al aparato gubernamental de acción violenta.
Para ser justos, von Mises se enfrenta a un dilema. O bien los hombres eligen cooperar entre sí de la manera descrita por von Mises –lo que fundamentalmente permite la coexistencia pacífica entre los seres humanos–, o bien el gobierno es el único responsable de ello. Sin embargo, si los hombres son capaces de acordar que un grupo de personas llamado gobierno gobierne la sociedad mediante la acción de agentes armados, para hacer posible la coexistencia pacífica, también podrían acordar cooperar y hacer posible esa misma coexistencia sin ese gobierno, o a pesar de él. Y cualquier perturbación del sistema de cooperación social también puede ser gestionada con base en esta cooperación que es, de hecho, como surgió el derecho como institución social. Paralelamente, von Mises también fue claro sobre el funcionamiento interno de la sociedad en su conferencia de 1958:
En la sociedad, cada persona depende de lo que otras personas estén dispuestas a contribuir a su bienestar, a cambio de su propia contribución al bienestar de ellas. La sociedad es esencialmente el intercambio mutuo de servicios. En la medida en que los individuos tienen la oportunidad de elegir, son libres. Si se ven obligados mediante violencia o amenazas de violencia a someterse a las condiciones de un intercambio, independientemente de su opinión al respecto, carecen de libertad.
Sin embargo, si las personas no quieren pagar impuestos, sólo la violencia o la amenaza de violencia pueden obligarlas a someterse a las condiciones de un intercambio, como los gangsters obligan a sus víctimas a pagar a cambio de no sufrir ninguna otra consecuencia indeseable. Pero aceptar este intercambio como uno de los servicios mutuos en los que las personas contribuyen al bienestar mutuo, significaría que robar contribuye al bienestar de las personas, tanto como cualquier otro intercambio voluntario.
En realidad, un gobierno es simplemente un grupo de personas con sus propios intereses, pero que pueden utilizar los medios específicos del gobierno para lograr sus propios objetivos. Los actos violentos de este grupo están legalmente permitidos de maneras que están prohibidas para cualquier otra persona fuera del gobierno. Por lo tanto, los llamados derechos civiles son en realidad el resultado de la imposición discrecional de un grupo de personas que gozan de privilegios legales a expensas de todos los demás.
Además, surge la pregunta de qué y cuánto debería gravar el gobierno para posibilitar el funcionamiento de un sistema definido de cooperación social. Los impuestos son fondos sobre los que los ciudadanos no han podido planificar libremente –por lo que no son asignados como en la economía de mercado. En consecuencia, cuanto menor sea el nivel de impuestos, mayor será el nivel de libre planificación del que pueden disfrutar los ciudadanos con sus propios fondos, y el nivel más bajo posible de impuestos es aquel en el que los impuestos recaudados por el gobierno tienden a cero. Sin embargo, cualquier nivel de impuestos es realmente arbitrario y contrario a las funciones de la economía de mercado, y la libre integración de las personas en el marco de la cooperación social se ve obstaculizada por el mismo gobierno.
En conclusión, o von Mises tenía razón sobre la elección del hombre hacia la cooperación social, o tenía razón sobre el beneficio supremo del gobierno para la paz y la civilización. En efecto, es imposible que coexistan cosas incompatibles entre sí.
Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko.
Artículo original aquí.








