El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha reconocido abiertamente que su gobierno está pagando a influencers estadounidenses en redes sociales hasta U$S 7.372 por publicación en una agresiva campaña digital para influir en la opinión pública estadounidense a favor de las operaciones militares de Israel en Gaza. La revelación, basada en recientes presentaciones ante la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA) e informes de Responsible Statecraft, ha generado un nuevo escrutinio sobre la influencia extranjera en los medios de comunicación y el discurso político estadounidense.
En una reunión a puertas cerradas con influencers estadounidenses en el Consulado General de Israel en New York, Netanyahu defendió la estrategia con firmeza. “Tenemos que contraatacar. ¿Cómo lo hacemos? Con nuestros influencers“, declaró en una grabación. “Ya no podemos luchar con espadas, eso no funciona bien. Tenemos que luchar con las armas que son aplicadas en los campos de batalla en los que participamos, y las más importantes están en las redes sociales”. Las declaraciones de Netanyahu subrayan lo que muchos críticos sospechaban desde hace tiempo: Israel considera las redes sociales un frente crucial en su actual guerra de relaciones públicas sobre su campaña en Gaza, y sobre su política hacia Palestina en general.
Los pagos forman parte de una operación de influencia digital más amplia, denominada “Proyecto Esther”, que se extenderá de Junio a Noviembre de 2025. La campaña está gestionada por Bridge Partners LLC, empresa con sede en Washington D.C. contratada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel. La empresa factura a Israel a través de Havas Media Group Alemania, lo que crea una capa adicional de opacidad operativa.
Según Responsible Statecraft, de los U$S 900.000 asignados a la iniciativa, aproximadamente U$S 553.000 han sido utilizados para pagos directos a influencers entre Junio y Septiembre de 2025. Con entre 75 y 90 publicaciones realizadas durante este período, los influencers reciben entre U$S 6.143 y U$S 7.372 por cada publicación en plataformas como TikTok e Instagram.
El nombre del “Proyecto Esther” guarda una curiosa similitud con el de la Heritage Foundation, lanzado a finales de 2024, cuyo objetivo es desmantelar el activismo propalestino en Estados Unidos etiquetando a los críticos de Israel como “simpatizantes del terrorismo”. Si bien no ha sido confirmada una conexión formal, esta coincidencia plantea inquietudes sobre la coordinación entre actores políticos, ideológicos y estatales.
Bridge Partners, cuyos cofundadores Yair Levi y Uri Steinberg poseen participación de 50% cada uno, describe su misión como promover el “intercambio cultural” entre Estados Unidos e Israel. La firma ha contratado al ex portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Nadav Shtrauchler, y al bufete de abogados Pillsbury Winthrop Shaw Pittman, que anteriormente representó a la controvertida empresa israelí de software espía NSO Group.
La campaña de influencers es sólo un elemento del programa de propaganda digital de Israel, ampliamente expandido, a menudo conocido como hasbara. Según Jewish Insider, el presupuesto de diplomacia pública de Israel se ha disparado a U$S 150 millones en 2025, más de 20 veces superior a lo que era antes de la escalada de la guerra de Gaza en Octubre de 2023.
Ésto se produce tras una serie de operaciones de influencia expuestas por parte del gobierno israelí, incluyendo una operación del Ministerio de Asuntos de la Diáspora, con un presupuesto de U$S 2 millones en 2024, que creó cientos de cuentas falsas en redes sociales dirigidas a legisladores estadounidenses, especialmente demócratas negros, para fomentar la continuación de la ayuda militar estadounidense a Israel, según The New York Times.
Cabe destacar que el Proyecto Esther coincide con la controvertida decisión del gobierno estadounidense de transferir la propiedad de las operaciones estadounidenses de TikTok a un consorcio liderado por Larry Ellison, cofundador de Oracle, aliado de Netanyahu y principal donante del aparato militar israelí. Este momento plantea nuevas preguntas sobre si el acceso a las plataformas digitales estadounidenses está siendo utilizado para promover los intereses estratégicos israelíes.
Si bien Israel sigue dependiendo en gran medida del apoyo militar y diplomático de Estados Unidos, la revelación de que está financiando activamente operaciones de influencia encubiertas en suelo estadounidense, en particular a través de personas influyentes en las redes sociales, plantea serias preguntas sobre la transparencia, la ética y la interferencia extranjera en la era digital.
Traducido por: Ms. Lic. Cristian Vasylenko








