Presidente Trump: Deje de bombardear Yemen y abandone Oriente Medio

    0

    Durante el fin de semana, el presidente Trump ordenó una operación militar masiva contra el pequeño país de Yemen. ¿Estaba Yemen en proceso de atacar a Estados Unidos? No. ¿Acaso el presidente, en ese caso, acudió al Congreso para solicitar una declaración de guerra contra el país? No. Lo cierto es que Yemen ni siquiera había amenazado a Estados Unidos antes de que comenzaran a caer las bombas.

    El año pasado, el candidato Trump criticó duramente la obsesión de la administración Biden con el intervencionismo extranjero en detrimento de nuestros problemas internos. En una entrevista en la Convención Nacional Libertaria, con el podcaster Tim Pool criticó el belicismo de Biden, diciendo: “Los problemas pueden ser resueltos por teléfono. En cambio, empiezan a lanzar bombas. Recientemente, están lanzando bombas por todo Yemen. No es necesario”.

    Sin embargo, una vez en el cargo, Trump recurrió a la fuerza militar como su primera opción. Desde el plan de alto el fuego entre Israel y Hamas, negociado por el enviado especial del presidente Trump, Steve Witkoff, Yemen ha dejado en paz el transporte marítimo del Mar Rojo. Sin embargo, después de que Israel implementara un bloqueo total de la ayuda humanitaria a los ciudadanos de Gaza la semana pasada, los líderes Houthi amenazaron con volver a bloquear las actividades marítimas de Israel en el Mar Rojo.

    Eso fue suficiente para que el presidente Trump lanzara bombas y misiles durante horas, matando a varias docenas de civiles yemeníes, incluyendo mujeres y niños, en el proceso.

    Tras el ataque, Trump no solo amenazó con usar mucha más fuerza contra Yemen, sino que también amenazó a Irán. Su asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, añadió que Estados Unidos podría comenzar a bombardear buques iraníes en la zona, medida que sin duda conduciría a una gran guerra en Oriente Medio.

    Al igual que los recientes presidentes Bush y Obama, el candidato Trump prometió la paz tras cuatro años de belicismo y políticas arriesgadas de Joe Biden. No cabe duda de que, con nuestra población cansada de la guerra, ésto supuso el margen de su victoria. Desafortunadamente, al igual que Bush y Obama, ahora que es presidente, parece estar tomando un camino diferente.

    El Partido Republicano se está convirtiendo gradualmente en un partido pro-paz y que prioriza a Estados Unidos, pero los belicistas y neoconservadores de la vieja guardia no se rendirán tan fácilmente. Desafortunadamente, muchos de estos inflexibles han llegado a altos cargos en la administración Trump, con voces de moderación y no intervención prácticamente ausentes entre sus asesores de alto nivel.

    Para resolver el problema de Yemen, debemos comprenderlo: los barcos rusos y chinos, por ejemplo, no están siendo amenazados, porque no están permitiendo ni facilitando la destrucción israelí de Gaza. La masacre allí ha sido facilitada con dinero y armas estadounidenses. Es Estados Unidos, siguiendo las órdenes de Israel ‒tanto en Gaza como en el Mar Rojo‒, el que nos está poniendo en la mira y exponiendo innecesariamente a nuestras tropas a represalias.

    El gobierno estadounidense, empezando con Biden y continuando ahora con Trump, parece ansioso por convertir esta guerra en nuestra propia guerra aunque, como señaló el representante Thomas Massie el fin de semana, el transporte marítimo del Mar Rojo tiene poca importancia para la economía estadounidense.

    En una verdadera política exterior de “Estados Unidos primero”, seguiríamos el ejemplo de Rusia y China y nos mantendríamos al margen del conflicto. No es nuestra guerra. Si Estados Unidos pusiera fin a su participación militar en Oriente Medio, nuestros problemas desaparecerían. Así de sencillo.

     

     

     

    Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko

    DEIXE UMA RESPOSTA

    Por favor digite seu comentário!
    Por favor, digite seu nome aqui