Lo he dicho antes y lo diré otra vez: lo único que me gusta de Donald Trump es su tendencia infantil a decir las cosas tranquilamente en voz alta.

Resulta extraña la poca atención que se presta en los medios de comunicación al hecho de que el presidente de Estados Unidos haya confesado repetidamente haber sido comprado y poseído por la israelí más rica del mundo, especialmente considerando la intensa obsesión de su oposición política con la posibilidad de que un gobierno extranjero lo comprometiera durante su primer mandato.
Durante un discurso ante el parlamento israelí el Lunes, el presidente Trump volvió a admitir públicamente que ha implementado políticas favorables a Israel a instancias de la multimillonaria israelí-estadounidense Miriam Adelson y su difunto esposo Sheldon, añadiendo en esta ocasión que cree que Adelson favorece a Israel por sobre Estados Unidos.
Ésta es una transcripción de las declaraciones de Trump:
Como presidente, cancelé el desastroso acuerdo nuclear con Irán y, en última instancia, cancelé el programa nuclear iraní con los llamados bombarderos B-2. Fue rápido, preciso y una maravilla militar. Autoricé el gasto de miles de millones de dólares, que fueron destinados a la defensa de Israel, como saben. Y después de años de promesas incumplidas por parte de muchos otros presidentes estadounidenses –ya saben que seguían prometiendo–, nunca lo entendí hasta que llegué allí. Se ejerció mucha presión sobre estos presidentes. Yo también la tuve, pero no cedí a la presión. Pero durante décadas todos los presidentes dijeron: “Lo haremos”. La diferencia es que yo cumplí mi promesa, reconocí oficialmente la capital de Israel, y trasladé la embajada estadounidense a Jerusalem.
¿No es cierto, Miriam? Mira a Miriam. Está ahí atrás. Ponte de pie. Miriam y Sheldon [Adelson] venían a la oficina y me llamaban. Me llamaban … creo que eran los que más iban a la Casa Blanca. Mírala sentada allí, tan inocente, con U$S 60.000 millones en el banco, U$S 60.000 millones. Y ella ama … y creo que dijo: “No, más”. Ama a Israel, pero lo ama. Y venían. Su esposo era un hombre muy agresivo, pero yo lo amaba. Era muy agresivo, me apoyaba mucho. Y él llamaba: “¿Puedo ir a verte?” Yo le decía: “Sheldon, soy el presidente de Estados Unidos. No funciona así”. Él venía. Pero ellos fueron responsables de muchas cosas, incluyendo hacerme pensar en los Altos del Golán, que probablemente sea una de las cosas más grandiosas que han sucedido. Miriam, ponte de pie, por favor. De verdad que lo es, quiero decir, ama a este país. Ama a este país. Ella y su esposo son increíbles. Lo extrañamos muchísimo. Pero de hecho le pregunté: “Voy a meterte en problemas con esto”. Una vez le pregunté: “Miriam, sé que amas a Israel. ¿Qué amas más? ¿Estados Unidos o Israel?” Se negó a responder. Eso significa … eso podría significar Israel, debo decir que te amamos. Gracias, querida, por estar aquí. Es un gran honor. Un gran honor. Es una mujer maravillosa. Es una gran mujer.
Según informes, Sheldon Adelson financió a Trump y a los republicanos con más de U$S 424 millones en campañas desde 2016 hasta su fallecimiento en 2021. Su viuda, Miriam, continuó el legado de su esposo, e invirtió U$S 100 millones adicionales en la campaña presidencial de Trump para 2024.
Durante la campaña de 2024, Trump también admitió estar controlado por el dinero de Adelson. A continuación, la transcripción de sus declaraciones:
Tal como lo prometí, reconocí la capital eterna de Israel y abrí la embajada estadounidense en Jerusalem. Jerusalem se convirtió en la capital. También reconocí la soberanía israelí sobre los Altos del Golán.
Sabes, Miriam y Sheldon venían a la Casa Blanca posiblemente con más frecuencia que nadie fuera de los que trabajan allí. Y siempre buscaban, y en cuanto les daba algo, siempre buscaban a Israel. En cuanto les daba algo, querían algo más. Les decía: “Dame un par de semanas, por favor”. Pero les di los Altos del Golán, y ni siquiera me los pidieron.
Sabes, durante 72 años han estado intentando conquistar los Altos del Golán, ¿verdad? Y ni siquiera Sheldon tuvo el valor. Pero le dije: ¿Sabes qué? Le dije a David Friedman: Dame una lección rápida, de unos cinco minutos o menos sobre los Altos del Golán. Y lo hizo. Y dije: Hagámoslo. Lo hicimos en unos 15 minutos, ¿verdad?
Legitimar la anexión ilegal de los Altos del Golán por parte de Israel, y trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, fueron dos de las medidas más controvertidas que Trump tomó a favor de Israel durante su primer mandato, que ahora se han visto eclipsadas por su apoyo al genocidio en Gaza, y sus bombardeos sobre Irán y Yemen.
Y aquí está, admitiendo abiertamente que sus multimillonarios megadonantes sionistas han estado utilizando el acceso que les dieron sus donaciones para presionarlo a tomar medidas drásticas a favor de Israel.
Imaginen por un segundo si alguien hubiera filtrado documentos a la prensa que probaran que Trump recibió un amplio respaldo financiero de un oligarca ruso al que le otorgó favores de enorme trascendencia geopolítica. Sería el mayor escándalo en la historia de la política estadounidense, sin lugar a dudas. Pero al tratarse de un oligarca israelí, puede admitirlo abierta y repetidamente sin que nadie se inmute.
Durante el primer mandato de Trump, sus rivales políticos dedicaron años a promover una falsa teoría conspirativa según la cual estaba controlado por Vladimir Putin, a pesar de haber dedicado todo ese mandato a intensificar agresivamente las hostilidades de la Guerra Fría contra Rusia. Se forjaron carreras enteras de comentaristas políticos intentando crear un escándalo a partir de una narrativa que podía ser considerada claramente falsa con sólo observar los movimientos de la maquinaria bélica estadounidense, y las acciones de Washington contra Moscú.
Pero aquí está Trump admitiendo abiertamente que hizo lo imposible por darle a una oligarca israelí todo lo que quería, ya que le dio a su campaña enormes sumas de dinero, mientras que inundaba con armas a Israel para facilitar sus atrocidades masivas, y participaba en actos de guerra en nombre de Israel. Y ésto apenas si tiene repercusión en la política y los medios de comunicación occidentales.
Ésto se debe a que la política y los medios de comunicación occidentales comprenden que vivimos en un imperio oligárquico no oficial, al que pertenecen tanto Estados Unidos como Israel. Nunca lo reconocen, nunca hablan de ello, pero todos los políticos, expertos y agentes de alto nivel del mundo occidental, entienden que sirven a una estructura de poder global dirigida por una alianza flexible de plutócratas y administradores del imperio. Entienden que estados como Israel forman parte de dicha estructura de poder, mientras que estados como Rusia, China e Irán no. Por lo tanto, dedican su tiempo a normalizar la corrupción y los abusos de los estados miembro imperiales, a la vez que facilitan los esfuerzos del imperio para atacar y socavar a los estados que han resistido con éxito el ser absorbidos por el paraguas del poder imperial.
Lo he dicho antes y lo repito: lo único que me gusta de Donald Trump es su infantil tendencia a decir lo que no dice. Promueve los mismos abusos que sus predecesores, no menos corruptos y controlados, pero expone los mecanismos subyacentes de esos abusos de una manera que presidentes más refinados jamás harían.
Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko








