Estados Unidos debe U$S 36 billones. China debe U$S 15 billones. Japón debe U$S 10 billones. Alemania debe U$S 3 billones. El Reino Unido debe U$S 3 billones. Francia debe U$S 3,5 billones. Todas las grandes naciones del mundo están endeudadas. La deuda global total es de U$S 317 billones. ¡U$S 317 billones! Esto representa 330% del PBI mundial. El producto total en la Tierra no equivale a la deuda total.
Necesitaríamos tres años de producción global, con consumo cero, para saldar esa deuda. Pero aquí está la pregunta que nadie se hace: si están todos endeudados, ¿quién es el acreedor? ¿Quién posee U$S 317 billones en activos? Si el resto del mundo posee U$S 317 billones en pasivos, la deuda es un juego de suma cero. Por cada prestatario, hay un acreedor. Si Estados Unidos debe U$S 36 billones, alguien tiene U$S 36 billones en reclamaciones contra Estados Unidos. Si la deuda global es de U$S 317 billones, alguien posee U$S 317 billones en activos globales. ¿Pero quién?
La respuesta revela el mayor mecanismo de concentración de riqueza en la historia de la humanidad. No mediante la conquista ni el robo, sino mediante un sistema donde muchos piden prestado y pocos prestan, en el que los intereses se acumulan eternamente, y en el matemáticamente no es posible pagar la deuda, creciendo perpetuamente mientras la riqueza es canalizada hacia arriba. Explicaré cómo:
- Quién posee realmente los U$S 317 billones de deuda global.
- El sistema crea deuda sin crear dinero para pagarla.
- Por qué se trata de un diseño intencional, no de una crisis accidental, en el que instituciones e individuos específicos se benefician con la deuda perpetua, y por qué el sistema debe eventualmente colapsar, pero sólo después de la máxima extracción.
Debemos entender que no se trata de economía. Se trata de ver que el sistema de deuda global es el mecanismo por el que la riqueza es concentrada en pocas manos, mientras que esta concentración parece natural e inevitable. Antes de identificar quién posee la deuda, es necesario comprender qué es realmente la deuda en el sistema moderno. La mayoría de la gente piensa que la deuda funciona como un préstamo personal. Ud. pide prestados U$S 10.000 a un banco. El banco tenía U$S 10.000 y se los prestó. Cuando Ud. los devuelve, el banco recupera los U$S 10.000 más los intereses. Así no funciona la deuda moderna. Cuando un gobierno pide dinero prestado emitiendo bonos, el dinero no existía antes del préstamo. El acto de pedir prestado crea el dinero. El banco central o los bancos comerciales compran los bonos del gobierno, creando dinero de la nada mediante anotaciones en su libro mayor. El gobierno de Estados Unidos necesita U$S 1 billón. Emite bonos del Tesoro. La Reserva Federal anuncia que comprará U$S 500.000 millones de estos bonos. Los bancos comerciales compran los otros U$S 500.000 millones. ¿De dónde obtiene la Reserva Federal U$S 500.000 millones? No posee esa cantidad. Crea dinero introduciendo números en una computadora. El balance general de la Reserva Federal aumenta en U$S 500.000 millones en activos, y U$S 500.000 millones en pasivos.
Los bancos comerciales hacen algo de la misma familia mediante el sistema de reserva fraccionaria. El dinero no existía antes. Ahora existe gracias a la compra de valores. Cuando el gobierno estadounidense pide prestado un U$S 1 billón, ese U$S 1 billón es creado mediante el proceso de endeudamiento. Pero aquí está la parte crítica. Sólo es creado el capital. El interés no es creado. Si el gobierno pide prestado U$S 1 billón a 5% de interés, debe pagar U$S 1 billón más U$S 50.000 millones en intereses al año. Pero sólo fue creado U$S 1 billón. Los U$S 50.000 millones para pagar los intereses deben provenir de otra parte. ¿De dónde? De futuros préstamos o de gravar la oferta monetaria existente. Ésto crea una trampa matemática. La deuda total siempre excede a la oferta monetaria total, porque se deben intereses sobre la deuda, pero éstos nunca fueron creados. El sistema requiere del crecimiento perpetuo de la deuda sólo para satisfacer la deuda existente. Ésto no es un error. Éste es el diseño. Ahora, permítanme mostrarles quién es el tenedor de la deuda. La respuesta son cuatro categorías de acreedores: bancos centrales, inversores institucionales, gobiernos extranjeros y personas adineradas.
Primera categoría: bancos centrales. La Reserva Federal posee U$S 5 billones en deuda del gobierno estadounidense. El Banco de Japón posee U$S 5 billones en deuda del gobierno japonés. El Banco Central Europeo posee U$S 5 billones en deuda del gobierno europeo. El Banco Popular de China posee U$S 3 billones en deuda del gobierno chino. A nivel mundial, los bancos centrales poseen aproximadamente U$S 25 billones en bonos gubernamentales. Ésto representa 8% de la deuda total de U$S 317 billones, pero es la base, ya que los bancos centrales crean dinero para comprar bonos gubernamentales, lo que permite a los gobiernos gastar más allá de los ingresos fiscales. Pero ¿quién es el propietario de los bancos centrales?
La Reserva Federal no es propiedad del gobierno. Es una institución privada, de propiedad de los bancos miembros. Los 12 bancos regionales de la Reserva Federal emiten acciones a los bancos comerciales miembros. JP Morgan Chase, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo reciben un dividendo anual de 6% sobre sus acciones de la Reserva Federal. Cuando la Reserva Federal posee U$S 5 billones en bonos gubernamentales y recibe intereses, éstos van en última instancia a los bancos privados propietarios de la Reserva Federal. El público cree que la Reserva Federal es parte del gobierno. No lo es. Se trata de un cartel bancario privado creado en 1913 para permitir que los bancos privados lucren con la deuda pública. El Banco de Inglaterra, creado en 1694, fue explícitamente creado como institución privada para prestar dinero al gobierno. El gobierno necesitaba financiar la guerra con Francia. El Parlamento autorizó la creación del Banco de Inglaterra como empresa privada. El banco prestó U$S 1,2 millones al gobierno y, a cambio, recibió el derecho exclusivo de emitir moneda.
Desde el principio, los bancos centrales existieron para beneficiar a los banqueros privados mediante la creación de deuda pública. Las estructuras de propiedad son ahora más complejas, pero el mecanismo es idéntico. Los bancos centrales crean dinero, prestan a los gobiernos mediante la compra de bonos, y reciben los intereses pagados por los pagadores netos de impuestos.
Segunda categoría: inversores institucionales. Ésto incluye fondos de pensiones, compañías de seguros, fondos mutuos y fondos soberanos de inversión. Estas instituciones poseen aproximadamente U$S 120 billones en deuda global. Los fondos de pensiones poseen U$S 50 billones. Las compañías de seguros poseen U$S 35 billones. Los fondos mutuos poseen U$S 25 billones. Los fondos soberanos de inversión poseen U$S 10 billones. Pero ¿quién es el propietario de estas instituciones?
En teoría, los fondos de pensiones son propiedad de los trabajadores, cuyas pensiones gestionan. Sin embargo, los trabajadores no controlan las instituciones. Son los gestores de fondos quienes las controlan. Y a estos últimos se les paga en función de los activos gestionados.
Las compañías de seguros son propiedad de los accionistas. Metlife, Prudential y AIG son empresas que cotizan en bolsa, pero la participación está concentrada. 10% de los hogares más ricos posee 89% de las acciones y bonos. En la práctica, las compañías de seguros son propiedad de los ricos. Fondos de inversión como Vanguard, BlackRock y State Street gestionan U$S 20 billones en activos. En teoría, Vanguard es propiedad de los inversores de fondos, pero el control recae en la dirección. BlackRock y State Street cotizan en bolsa, con la propiedad concentrada entre los accionistas adinerados. La tendencia entre todos los inversores institucionales es que el control recae en una pequeña clase gestora, y que el beneficio económico final fluye desproporcionadamente hacia los ricos.
Tercera categoría: gobiernos extranjeros. Los gobiernos extranjeros poseen aproximadamente U$S 30 billones en deuda emitida por otros países. China posee U$S 3,2 billones en activos extranjeros, incluyendo U$S 850.000 millones en bonos del Tesoro estadounidense. Japón posee U$S 1,1 billones en bonos del Tesoro estadounidense. ¿Por qué los gobiernos extranjeros poseen deuda de otras naciones? Debido al sistema comercial. Cuando China exporta U$S 500.000 millones más a Estados Unidos que lo que importa, recibe U$S 500.000 millones. Con los dólares China compra bonos del Tesoro estadounidense. El sistema beneficia a ambas partes a corto plazo. Estados Unidos recibe bienes baratos, y China financia las compras prestando el dinero, pero ésto crea dependencia de largo plazo. Dentro de China, ¿quién se beneficia con poseer billones de dólares en bonos extranjeros? No el trabajador chino promedio. El gobierno chino posee los bonos, controlado por la élite del Partido Comunista.
Cuarta categoría: individuos ricos y oficinas familiares. El 1% más rico del mundo posee aproximadamente U$S 40 billones en activos financieros, gran parte de ellos en bonos. El 0,1% superior posee U$S 20 billones. El 0,01% más rico, aproximadamente 500.000 familias a nivel mundial, posee U$S 10 billones. Estas familias ‒Rothschild, Rockefeller, Walton, Mars, Koch, real saudí‒ poseen enormes carteras de bonos. Cuando se tienen U$S 10.000 millones, se compran bonos del gobierno, bonos corporativos, activos que pagan intereses de forma segura. Una familia con U$S 10.000 millones en bonos que ganan 4%, recibe U$S 400 millones anuales en ingresos por intereses. No trabajan. No producen nada. Recaudan U$S 400 millones al año de los intereses pagados por los prestatarios. Éste es el mecanismo central de la concentración de la riqueza a través de la deuda. Los ricos prestan a todos los demás, y acumulan intereses perpetuamente. Los intereses son pagados a través de impuestos, de las ganancias corporativas extraídas de los trabajadores, de los pagos de hipotecas. La riqueza fluye desde la mayoría hacia la minoría, a través del sistema de deuda.
Ahora, sumemos las cuatro categorías. Los bancos centrales poseen U$S 25 billones. Los inversores institucionales poseen U$S 120 billones. Los gobiernos extranjeros poseen U$S 30 billones. Los individuos ricos poseen U$S 40 billones. Eso supone U$S 215 billones de un total de U$S 317 billones. Los U$S 102 billones restantes están en manos de pequeños inversores institucionales, tesorerías corporativas, ahorradores de clase media con fondos de bonos en sus planes de jubilación, y otras entidades. Pero incluso esa cantidad está desproporcionadamente en manos de los ricos, debido a la concentración de la riqueza.
El 50% más pobre de la humanidad prácticamente no posee activos financieros. Tienen deudas. Deben hipotecas, préstamos estudiantiles, tarjetas de crédito, préstamos para automóviles. Son los prestatarios. El 10% más rico posee la mayoría de los activos financieros. Son los acreedores. Por lo tanto, la respuesta a quiénes son los acreedores, es que los ricos operan a través de los bancos centrales. Controlan las instituciones que poseen y gestionan los activos. El sistema de deuda es un mecanismo para transferir riqueza desde las clases pobres y medias, que solicitan préstamos, hacia las clases ricas, que prestan.
Ahora les mostraré cómo ha funcionado este mecanismo a lo largo de la historia. Europa medieval (1200-1500 d.C.). La Iglesia Católica era el principal acreedor. Los monarcas recurrían a la Iglesia para financiar guerras. Alrededor del año 1500, la Iglesia Católica poseía 25% de todas las tierras de Europa, adquiridas principalmente mediante ejecuciones hipotecarias. En el siglo XV, la familia Medici, en Florencia, se convirtió en la familia más rica de Europa, gracias a los préstamos. Prestaban a reyes, papas y comerciantes. Los intereses de los préstamos superaban las ganancias de cualquier empresa. En 1450, la familia Medici era tan poderosa que podía instaurar papas e influir en los reyes.
El Banco de Inglaterra, creado en 1694, formalizó el sistema de riqueza basado en la deuda. El rey William III necesitaba U$S 1,2 millones para financiar la guerra. El Parlamento autorizó la creación de un banco privado que prestaría el dinero al gobierno. El banco recibiría los intereses pagados por los pagadores de impuestos, y tendría el derecho exclusivo de emitir moneda. Ese era el plan: crear una institución privada con el monopolio gubernamental sobre la creación de dinero. Esta institución presta al gobierno. Los contribuyentes pagan intereses a la institución privada. Los accionistas de la institución se enriquecen mediante ingresos perpetuos por intereses.
En el siglo XIX, la familia Rothschild perfeccionó el sistema. El alcalde Amshaw Rothschild tuvo cinco hijos. Los envió a cinco capitales europeas: Londres, París, Viena, Nápoles y Frankfurt. Cada hijo fundó un banco. La familia prestó a todos los gobiernos europeos. Después de Waterloo en 1815, los Rothschild acumularon más deuda pública que cualquier otra familia en la historia. En Londres, Nathan Rothschild dijo la famosa frase:
“No me importa qué títere ocupe el trono de Inglaterra. El hombre que controla la oferta monetaria de Gran Bretaña controla al Imperio Británico, y yo controlo la oferta monetaria británica”.
En 1850, la familia Rothschild poseía aproximadamente 50% de todos los bonos gubernamentales de Europa. Recaudaban intereses de las principales naciones. La riqueza que acumulaban mediante préstamos superaba a la riqueza de la mayoría de las naciones.
En Estados Unidos a principios del siglo XX, J.P. Morgan utilizó el mismo modelo. Morgan prestaba a gobiernos, ferrocarriles y corporaciones industriales. Para 1912, Morgan controlaba bancos que poseían 25% de todos los activos financieros de Estados Unidos. El patrón a lo largo de 800 años es idéntico. Quienes prestan se enriquecen. Quienes piden prestado se vuelven dependientes. Los prestamistas acumulan riqueza mediante intereses sin producir nada. Y los prestatarios trabajan y producen, pero deben cantidades cada vez mayores. Y el sistema está diseñado para garantizar que la deuda nunca pueda ser pagada en su totalidad.
La trampa matemática es sencilla: cuando es creado dinero mediante deuda, sólo es creado el capital, pero no los intereses. Ésto significa que siempre hay más deuda que dinero ‒recordemos que el capital de la deuda es sólo un registro contable. Si la oferta monetaria total es de U$S 100 billones, pero la deuda total es de U$S 120 billones, incluyendo los intereses, es matemáticamente imposible saldar toda la deuda. La única manera de saldar la deuda existente es creando nueva deuda. Se pide prestado dinero nuevo para pagar los intereses de la deuda anterior. Ésto provoca que la deuda total aumente, requiriendo aún más préstamos nuevos. La deuda crece exponencialmente. Por eso la deuda global pasó de U$S 40 billones en 1990, a U$S 317 billones en 2025. Un aumento de +7,9 veces en 35 años. La deuda se duplica aproximadamente cada 10 años. Y debe seguir creciendo, porque si dejan de crear nueva deuda, no habrá dinero para pagar los intereses de la deuda existente, y el sistema colapsará.
Quienes diseñaron el sistema lo entendieron. Los fundadores del Banco de Inglaterra en 1694 sabían que una vez que el gobierno pidiera prestados U$S 1,2 millones, nunca podría devolverlos en su totalidad, porque los intereses adeudados superarían a la oferta monetaria. Ésto no es un simple defecto. Es la función. La deuda perpetua significa ingresos perpetuos por intereses. Y los ingresos perpetuos por intereses significan la transferencia perpetua de riqueza de prestatarios a prestamistas.
Ahora, permítanme mostrarles quién se beneficia con este sistema en la economía moderna. En 2024, los pagos globales de intereses sobre U$S 317 billones en deuda ascendieron a aproximadamente U$S 15 billones. Eso significa que U$S 15 billones fluyeron de prestatarios a prestamistas en un solo año. Los gobiernos pagan intereses mediante los impuestos. El gobierno de Estados Unidos paga U$S 900.000 millones anuales en intereses sobre su deuda nacional de U$S 36 billones. Esos U$S 900.000 millones provienen de los pagadores de impuestos, y van a los tenedores de bonos. Las corporaciones pagan intereses mediante la obtención de beneficios antes de impuestos. Las corporaciones tienen una deuda de U$S 90 billones a nivel mundial. Anualmente pagan aproximadamente U$S 5 billones en intereses. ¿De dónde proviene este dinero? De la diferencia entre lo que cobran a los consumidores y sus costos ‒proveedores y trabajadores incluidos. Los hogares pagan intereses a través de sus salarios. Los hogares tienen una deuda de U$S 60 billones a nivel mundial. Anualmente pagan aproximadamente U$S 3 billones en intereses. Un hogar que gana U$S 70.000 al año, paga U$S 15.000 en intereses hipotecarios y U$S 5.000 en otros intereses, envía 29% de sus ingresos a los prestamistas. Por lo tanto, los U$S 15 billones de en pagos anuales de intereses, fluyen desde los pagadores de impuestos hacia arriba, pasando por bancos centrales, inversores institucionales, gobiernos extranjeros y personas adineradas.
El 1% más rico del mundo capta aproximadamente 40% de los U$S 15 billones en ingresos anuales por intereses. Ésto equivale a U$S 6 billones anuales que llegan a 80 millones de personas. El 0,1% más rico capta el 20%, lo que corresponde a U$S 3 billones para 8 millones de personas. El 0,01% más rico, 800.000 personas, capta 10%, lo que equivale a U$S 1,5 billones. 800.000 personas reciben U$S 1,5 billones anuales en ingresos por intereses, de un sistema de deuda en el que 8.000 millones de personas son prestatarios o pagadores netos de impuestos, que pagan los intereses. Eso equivale a U$S 1,975 millones por persona, sólo en el 0,01% superior de ingresos por intereses. Éste es el mecanismo de concentración de la riqueza. La deuda canaliza la riqueza de miles de millones a millones, miles y cientos de familias en la cima. Y la concentración se acelera porque los ingresos por intereses son capitalizados. Si Ud. recibe U$S 10 millones en ingresos por intereses, Ud. los utiliza para comprar más bonos, los que generan más intereses, y luego los utiliza para comprar más bonos. La riqueza se acumula exponencialmente para los acreedores, mientras que los deudores quedan atrapados en el pago perpetuo.
En 1850, la familia Rothschild poseía activos por valor de U$S 2.000 millones, ajustados por la inflación durante 175 años de interés compuesto. Se estima que su patrimonio familiar oscila entre U$S 500.000 millones y U$S 1 billón. No crearon empresas. Prestaron dinero y cobraron intereses durante siete generaciones. Este patrón es repetido en todas las familias adineradas. La riqueza inicial fue construida a través de los negocios. Pero la riqueza perpetua es mantenida mediante préstamos. Son dueños de los bonos. Cobran intereses. Reinvierten. El sistema garantiza que su patrimonio crezca eternamente mientras el sistema de deuda continúe. Y el sistema necesita continuar, porque si se detiene, todo se derrumba. Los gobiernos necesitan deuda para funcionar. Las corporaciones necesitan deuda para crecer. Las familias necesitan deuda para comprar casas, vehículos, educación. Toda la economía moderna se basa en la deuda. Y la deuda requiere acreedores. Los acreedores son los ricos. Y los ricos utilizan el sistema de deuda para extraer riqueza de todos los demás mediante el pago de intereses, los que nunca pueden terminar, porque el capital de la deuda nunca puede ser pagado.
Pero el sistema tiene un punto final matemático. La deuda no puede crecer eternamente. La deuda global representa 330% del PBI. La deuda crece 7% anual. El PBI crece 3% anual. De continuar las tendencias actuales, para 2035 la deuda global superará 400% del PBI. Con 400%, sólo los pagos de intereses consumirían 40% del PBI global. Ésto no es sostenible. Algo falla. O bien los gobiernos incumplen, lo que elimina a los tenedores de bonos pero colapsa el sistema financiero; o bien los gobiernos inflan, lo que transfiere riqueza mediante la devaluación de la moneda, pero destruye el ahorro; o bien los gobiernos imponen jubileos de deuda, que cancelan la deuda pero reestructuran la sociedad. Los tres resultados destruyen la riqueza de la clase media mientras protegen a la élite, ya que ésta posee activos sólidos, múltiples monedas, y activos geográficamente diversificados. La clase media posee deuda, moneda local y activos no diversificados.
Ésto es intencional. El sistema fue diseñado para concentrar la riqueza tanto durante la expansión como durante el colapso. Durante la expansión, los ricos cobran intereses sobre la deuda perpetua. Durante el colapso, los ricos compran activos a precios de liquidación a prestatarios en quiebra. Ésto ocurrió durante la Gran Depresión. Cuando los bancos ejecutaron las hipotecas, los inversores adinerados compraron las granjas. Los pequeños agricultores se convirtieron en arrendatarios. Ésto ocurrió en 2008, cuando los propietarios de viviendas incumplieron sus obligaciones con BlackRock e Invitation Homes, y las firmas de capital privado compraron cientos de miles de viviendas con descuentos de 50%. La propiedad de viviendas disminuyó; la propiedad corporativa aumentó. Ésto ocurrirá en la próxima crisis. Cuando el sistema de deuda se derrumbe, la clase media endeudada incumplirá sus obligaciones. Los ricos que poseen activos compran los activos incumplidos con descuentos.
El sistema de deuda de U$S 317 billones no es una crisis; es un mecanismo de extracción de riqueza diseñado para transferir riqueza desde la mayoría hacia la minoría, tanto en las buenas como en las malas. Y no se puede escapar de él, porque el sistema es global y abarca todo. Son pagados los intereses de la hipoteca a un banco propiedad de accionistas proporcionalmente ricos. Son pagados impuestos que funcionan como deuda pública perteneciente a tenedores de bonos desproporcionadamente ricos. Toda transacción económica incluye un componente de interés que fluye hacia arriba. El estadounidense promedio paga U$S 20.000 anuales en intereses directos e indirectos. A lo largo de una vida, eso equivale a U$S 1,4 millones en intereses que fluyen desde Ud. hacia prestamistas que, en promedio, son 100 veces más ricos que Ud.
Éste es el sistema. Crear dinero a través de la deuda. Cobrar intereses. Cobrar perpetuamente. Concentrar la riqueza en manos de los acreedores. Asegurarse de que el capital de la deuda nunca pueda ser pagado, para que los intereses nunca se detengan. La pregunta de los U$S $317 billones tiene una respuesta. El acreedor es una pequeña élite global que opera a través de los bancos centrales que controla, las instituciones que posee, y las tenencias directas que administra. Son acreedores de todos los demás. Y los pagos de intereses de U$S 8.000 millones desde personas hacia los pocos millones más ricos, son la mayor transferencia de riqueza en la historia de la humanidad, que ocurre todos los días, invisiblemente incrustada en cada transacción. Pero incluso el colapso beneficiará a la clase acreedora, ya que convertirán sus reclamaciones en papel, en activos tangibles durante la crisis. El sistema extrae riqueza durante la expansión y durante el colapso; si todos están endeudados, ¿quién es el acreedor? Ahora conoce Ud. a las personas que diseñaron el sistema para garantizar que siempre serán acreedores mientras que todos los demás serán siempre deudores. Y este sistema, que opera con U$S 317 billones en deuda, y extrae U$S 15 billones anuales en intereses, es el mecanismo por el que la economía global moderna transfiere perpetua e inevitablemente riqueza desde abajo hacia arriba.
Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko








