Sobre cómo Israel apoyó a Hamas contra la OLP

    0

    Desde los ataques liderados por Hamas en Israel el 7 de Octubre de 2023, Israel ha estado ejecutando un ataque devastador contra la población civil de la Franja de Gaza, bloqueando la ayuda humanitaria, desplazando internamente a 75% de la población de Gaza, destruyendo sistemáticamente la infraestructura civil, y bombardeando indiscriminadamente. Hasta la fecha, más de 34.000 palestinos han sido asesinados, entre ellos más de 9.500 mujeres y más de 14.500 niños. Más de 10.000 palestinos están desaparecidos bajo los escombros, y más de 77.000 han resultado heridos. Los niños han estado muriendo de hambre y desnutrición, debido a la utilización de la hambruna por parte de Israel como método de guerra.

    En un caso iniciado contra Israel por el gobierno de Sudáfrica, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) consideró la operación militar de Israel como genocidio plausible. Bajo la administración de Joseph R. Biden, el gobierno estadounidense ha sido absolutamente cómplice de los crímenes de guerra y de lesa humanidad de Israel.

    Al informar sobre la situación, los principales medios de comunicación estadounidenses han tendido a comenzar el 7 de Octubre su cronograma de información, proporcionando poco o ningún contexto histórico para ayudar a los consumidores de noticias a comprender por qué el brazo armado de Hamas rompería la valla de la línea de armisticio que rodea a Gaza, para perpetrar lo que dio en llamarse “Operación Inundación de Al Aqsa”.

    Los editores de The New York Times incluso instruyeron a sus periodistas para que eviten describir Cisjordania y Gaza como “territorios ocupados”, a pesar de que Israel es potencia de ocupación en ambos territorios según el derecho internacional, con su ocupación beligerante en curso desde hace casi 57 años, provocando que los principales organismos de la ONU y organizaciones internacionales de derechos humanos lo describan como un régimen de apartheid.

    A los periodistas de The Times se los instruyó además para que no utilizaran la expresión “limpieza étnica” porque tiene “carga histórica”, a pesar de que alrededor de 80% de la población de Gaza son refugiados o descendientes de la limpieza étnica de Palestina de 1948, que fue el medio mediante del que nació el autodenominado “estado judío”.

    The New York Times ordenó además a sus reporteros que restringieran el uso de la palabra “genocidio” próxima a las palabras “matanza” y “masacre”, con el argumento de que estas palabras son “incendiarias”. Mientras tanto, The New York Times está de acuerdo con el uso de las palabras “matanza” y “masacre” cuando se refiere a israelíes asesinados por palestinos. Un análisis de The Intercept encontró que, en las páginas de The New York Times, The Washington Post y Los Angeles Times, “el término ‘matanza’ fue utilizado por editores y reporteros para describir la matanza de israelíes por palestinos 60 a 1, y se utilizó ‘masacre’ para describir la matanza de israelíes por palestinos 125 a 2. ‘Horrible’ se utilizó para describir la matanza de israelíes vs palestinos por 36 a 4”. De hecho, The Intercept descubrió que a medida que aumentaba el número de muertos palestinos, disminuyeron las menciones de los palestinos.

    Una pieza particularmente importante del contexto histórico que, como era de esperar, los principales medios de comunicación omiten en sus informes, y que sólo se escapan con muy raras excepciones, es cómo el gobierno israelí del primer ministro Benjamín Netanyahu ha estado utilizando durante mucho tiempo a Hamas como aliado estratégico para bloquear cualquier movimiento a favor de las negociaciones de paz con los palestinos.

    De hecho, Hamas había sido esencialmente pertrechado por Israel desde su fundación a finales de los años 1980, momento en que el gobierno israelí utilizó al grupo como fuerza oponente a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Yasser Arafat, la que se había sumado peligrosamente al consenso internacional a favor de de la solución de “dos estados” al conflicto.

    Una mayor amenaza de ataques terroristas contra civiles israelíes siempre ha sido un precio que los líderes israelíes estuvieron dispuestos a pagar para combatir la amenaza de paz, que plantea un obstáculo para los objetivos territoriales del régimen sionista. De hecho, Israel ha dependido de la amenaza del terrorismo para justificar la persistencia de su régimen de ocupación y la brutal opresión de los palestinos.

    La fundación de Hamas

    En 1973, el jeque Ahmed Yassin, cuya familia había huido a Gaza cuando las fuerzas armadas sionistas limpiaron étnicamente su aldea durante lo que comúnmente se conoce como la Guerra Árabe-Israelí de 1948, fundó en la Franja de Gaza una organización benéfica islámica llamada Mujama al-Islamiya. Esa es la guerra que resultó en el establecimiento del estado de Israel en 78% del territorio anteriormente conocido como Palestina.

    La aldea donde nació Yassin, al-Jura, fue una de las más de 500 aldeas árabes que los sionistas literalmente borraron del mapa en aras de su objetivo de reconstituir Palestina como “estado judío” demográficamente. Mientras que los israelíes llaman a la guerra de 1948 como la “Guerra por la Independencia”, los palestinos conocen la limpieza étnica mediante la que nació Israel como Al Nakba, o “La Catástrofe”.

    La historia que habitualmente nos cuentan los principales medios de comunicación occidentales, es que los árabes fueron los agresores, por haber iniciado la guerra al invadir el recién creado estado de Israel. Apoyando esa narrativa está el mito popular de que Israel fue establecido por la ONU a través de un proceso político legítimo, que los árabes rechazaron por la única razón de que odiaban a los judíos.

    Pero es todo mentira. La verdad es que la Resolución 181 de la Asamblea General de la ONU no dividió Palestina ni confirió autoridad legal alguna a los dirigentes sionistas, para su declaración unilateral de la existencia de Israel el 14 de Mayo de 1948, momento en el que más de un cuarto de millón de árabes ya habían sido limpiados étnicamente de sus hogares.

    Los estados árabes vecinos intervinieron para intentar detener la limpieza étnica, pero en su mayoría fracasaron. Cuando terminó y se trazaron las líneas del armisticio en 1949, aproximadamente 750.000 árabes se habían convertido en refugiados cuyo derecho a regresar a sus hogares les era negado por el régimen sionista.

    Habiendo sufrido una grave lesión en la columna a la edad de 12 años, Ahmed Yassin quedó tetrapléjico y en silla de ruedas durante la mayor parte de su vida. En 1959 viajó a Egipto y pasó un año estudiando en una universidad, pero carecía de fondos para continuar su carrera académica y regresó a Gaza. La experiencia lo había dejado profundamente influenciado por la organización egipcia conocida como Hermanos Musulmanes, y más tarde se involucró en la creación de una rama palestina del grupo en Gaza.

    En 1978, Mujama al-Islamiya, o el “Centro Islámico”, fue registrado legalmente como organización benéfica en Israel. El grupo construye escuelas, mezquitas y clubes en la Gaza ocupada. “Lo más importante”, informó The Wall Street Journal en 2009, es que “Israel a menudo se mantuvo al margen cuando los islamistas y sus rivales palestinos seculares de izquierda lucharon, a veces violentamente, por la influencia tanto en Gaza como en Cisjordania”.

    El liderazgo internacionalmente reconocido en los territorios palestinos ocupados en ese momento era la secular Organización para la Liberación de Palestina (OLP), encabezada por Yasser Arafat, fundador y líder clave del partido político Fatah.

    En 1984, Fatah avisó al ejército israelí que Yassin estaba acumulando armas, y fue arrestado y encarcelado. Según David Hacham, que entonces era un experto en asuntos árabes en el ejército israelí, Yassin dijo a los interrogadores israelíes que las armas eran para usarlas contra sus rivales palestinos, no contra Israel. Al año siguiente, Israel liberó a Yassin como parte de un acuerdo de intercambio de prisioneros.

    En Diciembre de 1987, comenzó un levantamiento masivo del pueblo palestino contra la ocupación militar de Israel, levantamiento que se conoció como la primera “intifada”, palabra árabe que significa “desecharse”.

    En Agosto de 1988, una nueva organización fundada por el jeque Ahmed Yassin publicó sus estatutos. El grupo se llamaba “Hamas”, acrónimo de Harakat al-Muqawama al-Islamiya, o Movimiento de Resistencia Islámica.

    El apoyo inicial de Israel a Hamas

    En aquel momento, The New York Times informó que Hamas se había convertido rápidamente en “una fuerza importante en la Franja de Gaza”, provocando “la primera división seria del levantamiento palestino de nueve meses”. Hamas criticó a la OLP, explicó The Times, y representó una amenaza para su liderazgo secular. El gobierno israelí “no había tomado ninguna medida directa contra Hamas”, lo que llevó a muchos palestinos a creer que Hamas estaba “siendo tolerado por las fuerzas de seguridad israelíes con la esperanza de dividir el levantamiento”. Esta era una táctica, señaló The Times, que Israel había utilizado antes.

    Israel veía a la OLP como una amenaza, debido a su alejamiento del conflicto armado contra el compromiso diplomático con el objetivo de establecer un estado palestino junto con Israel, en sólo 22% de la patria histórica de los palestinos.

    Como prueba de este cambio de política, en 1976 la OLP apoyó un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que reconocía el derecho igualitario de los palestinos a la autodeterminación y pedía un acuerdo de “dos estados”. Fue vetado por Estados Unidos. En Noviembre de 1988, la OLP proclamó oficialmente su aceptación de lo que se conoce como la solución de “dos estados”, un estado independiente de Palestina –formado por Cisjordania y Gaza–, junto al estado de Israel. En Diciembre, Arafat nuevamente declaró ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la aceptación de la solución de “dos estados” por parte de la OLP.

    La “ofensiva de paz palestina”, como la llamó en 1982 el analista estratégico israelí Avner Yaniv, fue problemática para Israel, ya que el gobierno israelí rechazó la solución de dos estados, la que se basa en la aplicabilidad del derecho internacional al conflicto. En consecuencia, la solución de dos estados requiere la implementación de la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, que llamó a Israel –después de la “Guerra de los Seis Días” de Junio de 1967– a retirar completamente sus fuerzas de los territorios palestinos ocupados de Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental.

    Israel no tenía intención alguna de retirar sus fuerzas a su lado de las líneas del armisticio de 1949, que también son llamadas “líneas de 1967”, o “línea verde”, por el color con el que fue dibujada en el mapa. El gobierno no tenía intención de renunciar al sueño sionista de establecer Eretz Israel, la tierra de Israel, en todo el antiguo territorio de Palestina –pero sin palestinos.

    En consecuencia, en ese momento la estrategia adoptada por los responsables políticos israelíes fue tratar de desarmar la amenaza de paz planteada por la OLP, socavando su liderazgo. Según Yaniv había explicado la “ofensiva de paz”, una OLP moderada “podría llegar a ser mucho más peligrosa que la violenta OLP de los años anteriores”, por lo que era necesario “socavar la posición de los moderados”. Por lo tanto, Israel apuntó a “destruir a la OLP como fuerza política capaz de reclamar un estado palestino”.

    Con ese fin, durante la Primera Intifada, Hamas fue visto como una herramienta útil para el régimen sionista.

    Esta estrategia israelí fue iluminada por Richard Sale del servicio de noticias United Press International (UPI) en un artículo publicado en 2001. Anthony Cordesman, analista de políticas de Oriente Medio para el Centro de Estudios Estratégicos, dijo a UPI que Israel “ayudó a Hamas directamente –los israelíes querían utilizarlo como contrapeso de la OLP”.

    Un ex alto funcionario de la CIA también dijo a UPI que el apoyo de Israel a Hamas “era un intento directo de dividir y diluir el apoyo a una OLP fuerte y secular, mediante el uso de una alternativa religiosa competidora”.

    Una fuente anónima de inteligencia estadounidense dijo de manera similar a UPI que Israel estaba financiando a Hamas como “contrapeso” a la OLP ,y para permitir que la inteligencia israelí identificara a los “intransigentes más peligrosos” dentro del movimiento.

    Incrementando la amenaza del terrorismo

    La consecuencia predecible de la política de Israel de bloquear la implementación de la solución de dos estados socavando a la OLP, fue una mayor amenaza de terrorismo, pero ese era un riesgo aceptable en el cálculo de los responsables políticos israelíes.

    Según lo expresó el ex funcionario antiterrorista del Departamento de Estado, Larry Johnson: “Los israelíes son sus peores enemigos cuando se trata de luchar contra el terrorismo … Hacen más para incitar y sostener el terrorismo, que para frenarlo”.

    Esta realidad fue revelada más recientemente por David Shipler, jefe de la oficina de The New York Times en Jerusalén de 1979 a 1984, quien escribió una carta al editor publicada el 17 de Mayo de 2021, afirmando que:

    En 1981, Brig. El general Yitzhak Segev, gobernador militar israelí de Gaza, me dijo que estaba dando dinero a los Hermanos Musulmanes, precursores de Hamas, siguiendo instrucciones de las autoridades israelíes. El financiamiento tenía como objetivo desviar el poder de los movimientos nacionalistas comunistas y palestinos en Gaza, que Israel consideraba más amenazadores que los fundamentalistas.

    En un cable enviado desde la embajada estadounidense en Tel Aviv al Secretario de Estado con fecha 29 de Septiembre de 1989, el Departamento de Estado de Estados Unidos reconoció que, a pesar de haber ilegalizado a Hamas y encarcelado a Sheikh Yassin bajo “detención administrativa” sin cargos ni juicio, “algunos funcionarios israelíes indicaron que Hamas sirvió como un contraataque útil a las organizaciones seculares leales a la OLP”. En consecuencia, señaló el Departamento de Estado, “las fuerzas israelíes pueden estar haciendo la vista gorda ante las actividades de Hamas”.

    Como escribí en el primer capítulo de mi libro Obstacle to Peace: The US Role in the Israel-Palestinian Conflict:

    Que la verdadera amenaza para Israel ha sido la paz lograda mediante la implementación de la solución de dos estados, queda bien evidenciado por sus políticas y sus consecuencias predecibles. Ésta es muchas veces la única explicación racional de las acciones de Israel. Su continua ocupación, opresión y violencia contra los palestinos, han servido para intensificar la amenaza del terrorismo contra los civiles israelíes, pero éste es un precio que los líderes israelíes están dispuestos a pagar. De hecho, la amenaza del terrorismo ha servido a menudo como pretexto necesario para promover objetivos que no serían políticamente viables sin tal amenaza.

    Ésto fue reconocido dentro del propio gobierno israelí. En Octubre de 2003, por ejemplo, Moshe Ya’alon, Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), criticó las políticas del primer ministro Ariel Sharon, porque servían para aumentar el odio hacia Israel y fortalecer a las organizaciones terroristas.

    El mes siguiente, cuatro ex jefes del servicio de seguridad interior de Israel, el Shin Bet, criticaron de manera similar que Israel se dirigiese hacia una “catástrofe”, y que se destruiría a sí mismo si continuaba tomando medidas “contrarias a la aspiración de paz” … como la continua opresión de los palestinos bajo la ocupación israelí. “Debemos admitir que hay otro lado”, dijo Avraham Shalom, director del Shin Bet de 1980 a 1986, “que tiene sentimientos y que está sufriendo, y que nos estamos comportando de manera vergonzosa”.

    Conclusión

    Cuando se fundó Hamas en la década de 1980, el gobierno israelí lo vio como una fuerza útil para avanzar en su objetivo político de socavar a la OLP, que era vista como una amenaza debido a su aceptación de la solución de dos estados. Por lo tanto, Israel trató efectivamente a Hamas como un aliado estratégico para dividir al liderazgo palestino.

    Hasta los ataques liderados por Hamas en Israel en Octubre de 2023, Benjamín Netanyahu, quien se desempeñó por primera vez como primer ministro israelí a fines de la década de 1990, y ha estado nuevamente en el poder desde 2009, mantuvo la política del gobierno israelí de utilizar a Hamas como aliado estratégico para bloquear cualquier negociación de paz con los palestinos, porque Israel siempre ha rechazado la solución de dos estados.

    En los cálculos de Netanyahu, la amenaza del terrorismo era preferible antes que la amenaza de la paz, y aunque los principales medios de comunicación nunca la pusieron en este contexto adecuado, es importante reconocer que la “Operación Inundación de Al Aqsa” de Hamas el 7 de Octubre de 2023, fue un retroceso para esta política del gobierno israelí.

     

     

     

     

    Traducido por: Ms. Lic. Cristian Vasylenko

    DEIXE UMA RESPOSTA

    Por favor digite seu comentário!
    Por favor, digite seu nome aqui