Para mí, no es difícil ver lo que los verdaderos gobernantes del mundo están intentando lograr. Están intentando obtener más poder y control para sí mismos. De hecho, en gran medida ya han logrado este objetivo. El pensamiento aterrador es que están lejos de haberlo hecho.
Sabemos que no han terminado, porque en este momento su iniciativa más conspicua es su búsqueda de matar las petulancias de la “mala información” y la “desinformación”.
La correcta definición de “mala información”/“desinformación” es cualquier discurso que desafíe lo que las figuras de autoridad dicen que es “la verdad”.
Los verdaderos gobernantes del mundo no quieren que sus pronunciamientos sean desafiados, ya que ésto representaría un grave riesgo para su gobierno continuo, y para su capacidad de implementar una miríada de programas que derrotarán –efectivamente y de una vez por todas– a la libertad humana.
Mientras la disidencia persuasiva no se vuelva viral, los “poderes fácticos” saben que lograrán sus objetivos –gobierno mundial autoritario, mucho más cercano a la utopía comunista imaginada por pensadores y tiranos, como Marx, Mao y Lenin.
Pero el comunismo real no es el verdadero objetivo, ya que se suponía que el comunismo haría a todas las personas iguales. La forma moderna de comunismo, no diferente a todas las formas anteriores de comunismo, asegura que las organizaciones de élite del mundo seguirán siendo ultra poderosas, mientras que el proletariado suplicará migajas.
¿Cuáles son las organizaciones de élite del mundo?
Son todas las organizaciones importantes –aquéllas con gran influencia (y poder policial estatal)–, incluyendo a todas las agencias y departamentos gubernamentales, así como a organizaciones gubernamentales internacionales como la ONU, la OMS y la Unión Europea.
También lo son todas las grandes corporaciones prebendarias que se benefician con estrechos lazos con el gobierno, y las ONG.
Además, fundaciones como la Fundación Bill y Melinda Gates, el Wellcome Trust y la Fundación Rockefeller, que tienen más dinero que muchas naciones, y ciertamente más compromiso ideológico para desplegar sus recursos para implementar sus agendas.
Un método sencillo para definir a las organizaciones del establishment sería identificar las narrativas autorizadas clave del mundo, y luego preguntarse qué organizaciones apoyan celosamente estas iniciativas (también conocidas como “la actualidad”).
En los últimos cuatro años, cualquier organización que apoyara vociferantemente todos los protocolos de covid serían ejemplos de organizaciones capturadas que apoyaron con entusiasmo “la actualidad”.
Pero estas mismas organizaciones también apoyan a todos los demás movimientos políticos ascendentes, tales como la lucha contra el (supuesto) “cambio climático antropogénico”, numerosas guerras o “intervenciones” para promover la “democracia”, la moneda digital de los bancos centrales, y más inoculaciones mRNA.
Además, es obvio que estas mismas organizaciones apoyan iniciativas diseñadas para desacreditar las normas culturales aceptadas desde hace mucho tiempo, a favor de un pensamiento más “progresista”, que normaliza la inversión del género, quejas raciales, iniciativas “lgbt”, o cualquier reforma que promueva la “diversidad, equidad e inclusión”.
La promoción de políticas que hacen que la inmigración ilegal masiva sea mucho más fácil de lograr, también se ha convertido en un programa crucial de nuestros gobernantes del establishment.
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Creo que el anterior resumen ofrece una evaluación precisa del estado actual del mundo.
También observo que es una verdad innegable que cada programa de estas organizaciones del establishment ha hecho del mundo un lugar más oscuro, con desarrollos futuros planificados por nuestros líderes, que garantizan una disminución de la calidad de vida de los niños o adultos jóvenes que puedan vivir otros 50 a 80 años.
Por ejemplo, en este momento los delegados no electos que sirven en la OMS siguen deliberando en secreto a medida que finalizan un nuevo tratado de salud, y hacen cambios en las “regulaciones internacionales” que afectarán a prácticamente todos los ciudadanos del planeta en las próximas décadas.
El punto más destacado de la OMS es que esta agencia estuvo demostrable y desastrosamente equivocada en cada política y guía que emitió involucrando la respuesta al covid-19.
Otra manera de identificar a los miembros de la clase dominante del establishment es simplemente identificar a aquéllos que han estado espectacularmente equivocados en cada tema clave de nuestro tiempo. Estas son las personas y organizaciones que buscan aún más poder y control.
¿Quién prevalecerá finalmente?
La buena noticia es que nuestro lado –aquéllos que aún creemos en la libertad del hombre– superamos ampliamente al grupo que está claramente alineado en contra nuestra.
Más arriba enumeré muchas de las organizaciones mundiales capturadas. Estas organizaciones cuentan con posiblemente un par de cientos de miles de líderes clave, los que están comprometidos con apoyar los componentes nefastos y de erradicación de la libertad en “la actualidad”.
Como muestro a continuación, el número de quienes se identifican con “nuestro lado” seguramente supera las decenas de millones de ciudadanos.
La mala noticia es que los enemigos de la libertad –los adoradores del Gran Hermano– controlan todas las instituciones y organizaciones del mundo que realmente importan.
Quienesquiera que hayan buscado capturar a todas estas organizaciones –de los CDC, los militares, la Reserva Federal, el WEF y la prensa principal– no se embarcaron en estos proyectos sólo como una forma de entretenimiento. Lo hicieron por una razón: pretenden utilizar a estas organizaciones para avanzar/alcanzar sus objetivos.
Para ser más específicos: deben haber sabido que si capturaban a todas estas organizaciones, sería casi imposible para cualquier ciudadano privado detener sus planes.
Nuestro lado tiene en realidad una gran ventaja numérica …
Aún así, los generales comprometidos, de la mano de oficiales de estado que buscan un control aún más global de las masas son … muy superados en número por personas que son repelidas por sus programas.
Actualmente estoy trabajando en una idea de negocio que podría complementar a la clase disidente de escritores independientes o “ciudadanos periodistas” que se encuentran en los medios alternativos y en Substack.
Al trabajar en este proyecto, estoy muy interesado en medir el tamaño del mercado de contenidos que resuenen en la población mundial que todavía valora la libertad. Éste sería el grupo de ciudadanos que es escéptico respecto de las narrativas autorizadas y valores (genuinos) del periodismo de vigilancia.
Mi estimación es que debe haber decenas de millones de personas que piensan como yo, gente que quisiera detener todos los objetivos de la turba WEF, Davos y OMS.
La métrica de Tucker Carlson …
Tal vez la forma más simple de estimar el tamaño de este mercado es examinar la audiencia de uno de los “periodistas opositores” más conocidos del mundo, Tucker Carlson.
Antes de que Carlson fuera despedido por Fox News, su programa de noticias nocturno atrajo rutinariamente a cuatro millones de televidentes por noche, lo que lo convirtió en el programa de noticias más valorado en Norteamérica. A lo largo de un mes, el programa podría haber atraído a 10 millones de televidentes.
Como todos sabemos, Carlson fue despedido por producir contenido que era extremadamente popular entre millones de adultos. Pero Carlson no desapareció ni dejó de producir segmentos de comentarios y noticias: simplemente se trasladó a Twitter (ahora X) y continuó haciendo exactamente lo mismo.
La entrevista de Carlsons con Vladimir Putin obtuvo más de 150 millones de visitas, y sus varios podcasts en streaming rutinariamente duplican o triplican el número de personas a las que estaba alcanzando en Fox News.
Puesto que Tucker cubre muchos de los mismos temas “taboo” que yo, uno puede estimar conservadoramente que al menos 10 millones de espectadores regulares de Carlson se oponen firmemente a todo lo que los llamados líderes del mundo pretenden hacer realidad. Y esa es sólo la audiencia de Carlson.
Substack tiene más de 35 millones de suscriptores, posiblemente 20% de los cuales están buscando contenido que saben que no encontrarán en, digamos, The New York Times o CBS News. Eso sería un “mercado” de 7 millones de ciudadanos que apoyan la libertad.
Recientemente Tucker fue recientemente el invitado en el programa de podcast de Joe Rogan. Rogan tiene posiblemente una audiencia tan grande y leal como la de Carlson. De hecho, en su amplia y fascinante conversación, Rogan hizo el punto de que programas como el suyo y el de Tucker deben ahora ser considerados “mainstream” … porque llegan a muchos más espectadores que, digamos, los noticieros de las grandes cadenas de televisión (que en realidad ya no son tan grandes).
Por lo que puedo decir, todos los “medios alternativos” están creciendo rápidamente, mientras que todos los medios de comunicación tradicionales son “Dead Men Walking”.
Una vez más, ésta es una señal extremadamente alentadora para cualquiera que crea que el discurso escéptico e independiente es importante para ayudar a asegurar un mundo donde la libertad real pueda seguir existiendo.
Pero no he mencionado al mayor grupo de ciudadanos …
Si bien “nuestro lado” supera en gran medida la cifra de los empleados clave que ocupan todas las organizaciones capturadas, el verdadero grupo de población que importa es el inmenso grupo que está sentado en esta batalla existencial por la libertad.
Los ciudadanos que posiblemente determinarán el resultado de esta batalla, son las personas que no han descubierto a los substaquistas o que nunca ven a Joe Rogan … o que piensan que Tucker Carlson es un extremista peligroso que debió ser despedido por Fox (y ahora debería ser despedido por Elon Musk y X). Este grupo asciende a miles de millones.
(Este sería el grupo que no quiere pensar más sobre la respuesta al covid, o pensar en la posibilidad de que en este mismo momento haya coágulos de aspecto aterrador, parecidos a gusanos, en sus venas y arterias).
Este grupo sólo quiere pasar cada día con suministros adecuados de pan … y si se les dan unos pocos circos ligeramente entretenidos para distraerlos de los desafíos de su vida diaria, eso es suficiente.
Para este segmento de la población, cualquier gran debate sobre la “libertad” es aburrido, no está relacionado con sus vidas, o aman y aprecian al Gran Hermano, y están convencidos de que los está protegiendo.
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Para Ud. y para mí, ésto significa que el desenlace de esta histórica batalla será determinado por un porcentaje relativamente pequeño de la población mundial.
Por un lado, tenemos a los aproximadamente 200.000 líderes de miles de importantes organizaciones capturadas. Por otro lado, tenemos de 10 a 20 millones de ciudadanos que se encuentran en los medios alternativos. En el medio, tenemos un par de miles de millones de personas que son ajenos a lo que realmente está en juego.
Como sea que este masivo grupo intermedio se balancee en el futuro, hacia allí irá el mundo.
Uno sospecha que los verdaderos gobernantes del mundo saben que su historial y agendas planeadas no se enfrentarán con un escrutinio cercano. Ellos saben que sus argumentos no son tan persuasivos, y fácilmente podrían ser desalojados si los argumentos de nuestro lado “fueran virales”.
Para ayudar a mantener indiferente a este grupo medio o de su lado, el Estado Profundo (Deep State) inventó los conceptos de malinformación y desinformación, para desprestigiar o estrangular la influencia de los de nuestro lado.
El siempre creciente Complejo Industrial de Censura ha realizado su trabajo más importante con (disgustante) distinción. Por ahora, al menos, la deprimente verdad es que a las masas no parecen importarles mucho los temas que algunos de nosotros pensamos que son de suma importancia.
Ésto significa que reclutar a las legiones de personas que necesitamos, será extrañamente dura.
Nuestra tarea de persuadir a más de nuestros vecinos para que se unan a nuestro lado, se ha hecho mucho más difícil debido a la falsa narrativa de que toda la desinformación importante viene de ciudadanos como nosotros, cuando –de hecho– no controlamos ninguna de las informaciones importantes.
Si las masas se dan cuenta –y cuando lo hagan– de quién está produciendo la verdadera desinformación, la libertad podría obtener una victoria abrumadora.
Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko