Esta semana se cumple el 75º aniversario de la fundación de la OTAN en Abril de 1949. La organización se ha convertido en un peligro global para la paz y la seguridad, y debería haber sido disuelta hace ya más de 30 años, cuando supuestamente terminó la Guerra Fría. El hecho de que la alianza no se disolviera, demuestra que su verdadero propósito fue siempre servir como arma para el imperialismo occidental liderado por Estados Unidos.
Apenas cuatro años después del fin de la Segunda Guerra Mundial –la mayor calamidad de la historia mundial–, y en medio de las ruinas de una Europa y Asia devastadas, el imperialismo occidental estaba una vez más reinventando sus nefastas fuerzas internas.
Casi 30 millones de ciudadanos de la Unión Soviética habían muerto a manos de la Alemania nazi. Y, sin embargo, a pesar del horror y la maldad de la guerra, las potencias occidentales estaban ocupadas reconfigurando sus fuerzas militares para enfrentarse nuevamente a la Unión Soviética. Con la derrota de la maquinaria de guerra nazi a manos del Ejército Rojo soviético, los imperialistas occidentales innovaron con un nuevo instrumento, bajo la forma de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
La traición y el engaño fueron no sólo contra el pueblo soviético. Una vez más, toda la humanidad estuvo sometida a los diseños y pretensiones bélicas de la élite global bajo el imperialismo occidental.
El propósito declarado de la OTAN era defender a Europa de la agresión soviética. La misma pretensión existe hoy en día cuando se afirma que la alianza está defendiendo a Ucrania de la beligerancia rusa.
La prueba de la función real de la OTAN queda demostrada por el hecho de que la organización no se disolvió en 1991, cuando se disolvió la Unión Soviética. Durante los 33 años siguientes, el bloque militar ha duplicado su número de miembros a 31 naciones. Rusia ha reemplazado a la Unión Soviética como la amenaza a la seguridad de Europa designada por Occidente. Pero tal razonamiento pone la realidad patas arriba. La OTAN siempre ha existido como una herramienta de agresión para el imperialismo occidental. Cuando la Alemania nazi no logró conquistar la Unión Soviética, la OTAN tácitamente asumió la tarea, y cuando la Unión Soviética desapareció, el nuevo enemigo de conveniencia pasó a ser la Federación Rusa.
Hace veinticinco años, el eje de la OTAN liderado por Estados Unidos emprendió un cambio fundamental cuando bombardeó unilateralmente la ex Yugoslavia en una agresión audaz basada en hipocresía y mentiras (como de costumbre). Esa intervención militar ilegal fue la apertura de una nueva fase del imperialismo occidental, que despreciaba abiertamente el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas. Ese mismo año, 1999, la alianza de la OTAN comenzó su rápida expansión, al adquirir nuevos miembros en toda Europa del Este, hasta las fronteras de Rusia.
Después de romper las restricciones legales contra la guerra, Estados Unidos y sus socios de la OTAN se embarcaron en una orgía de agresión y militarismo durante las siguientes tres décadas, invadiendo y saboteando innumerables países, y desatando problemas globales de terrorismo, desplazamiento, pobreza y migración masiva.
En 2007, el presidente ruso Vladimir Putin pronunció un discurso trascendental en la Conferencia de Seguridad de Munich, en el que advirtió sobre el caos y el conflicto que se avecinaban a causa del militarismo occidental desenfrenado.
Al año siguiente, en 2008, la OTAN declaró que admitiría a Ucrania y Georgia en sus filas. Ninguna de las ex repúblicas soviéticas se ha unido todavía al bloque, pero para Moscú, esa medida ha sido demarcada desde hace tiempo como una línea roja intolerable.
La expansión de la OTAN hasta las puertas de Rusia no es un acontecimiento inocente y ad hoc. Es un plan deliberado de agresión para derrotar estratégicamente a Rusia, para la conquista de sus riquezas naturales por parte del imperialismo occidental.
La guerra proxy [por poder] en Ucrania que estalló en Febrero de 2022, lleva décadas gestándose. Podría decirse que la agresión no se remonta simplemente al golpe de estado patrocinado por la CIA en Kiev en 2014, ni a las revoluciones de colores en Ucrania después de 1991. La hostilidad occidental contra Rusia fue la génesis de la Segunda Guerra Mundial, y surgió del patrocinio occidental de la Alemania nazi para atacar a la Unión Soviética. Desde la posterior Guerra Fría hasta hoy, la OTAN ha sido el instrumento de agresión.
Por lo tanto, no basta con sostener que la OTAN debería haberse disuelto cuando terminó la Guerra Fría. Por supuesto, debería haberlo hecho, porque debería haber sido evidente cuál era su verdadero propósito. El argumento más lógico es que la OTAN nunca debió ser constitutida en primer lugar, porque siempre fue una organización bélica al servicio del imperialismo occidental liderado por Estados Unidos. La organización es inherentemente para la guerra. Por definición, tiene un propósito terrorista: incitar a la guerra, justificarla, y nunca dejar de promoverla, porque el imperialismo occidental nunca podrá coexistir con relaciones pacíficas entre naciones.
La OTAN ha sido vendida al público occidental y al resto del mundo como una especie de agencia de seguridad internacional. El mismo engaño ha sido utilizado por el militarismo estadounidense y todas las demás aventuras imperialistas occidentales. ¿Qué tan orwelliano puedes llegar a ser? Paz significa guerra, seguridad significa caos y amenazas, y orden basado en reglas significa dominación y explotación.
Para empezar, el bloque de la OTAN siempre violó las Naciones Unidas y la supuesta primacía del Consejo de Seguridad de la ONU. Además, las pretensiones de la OTAN como garante de la seguridad han resultado evidentemente absurdas para cualquiera con facultades críticas. El motivo por el que esas pretensiones no fueron vistas y rechazadas más ampliamente como un engaño descarado, es gran parte al sistema de propaganda masiva de los medios de comunicación occidentales, que venden guerras ilegales y agresiones como una especie de propósito noble. ¡Imagínese creer que millones de personas fueron aniquiladas en las guerras encabezadas por Estados Unidos por la democracia y la libertad! Esa no es una fantasía distópica. En realidad sucedió y sigue sucediendo, desde Corea hasta Vietnam, desde la ex Yugoslavia hasta Irak, desde Ucrania hasta Gaza, y muchos más horrores.
Sin embargo, la guerra proxy en Ucrania ha cruzado un fatídico Rubicón. El mundo finalmente puede ver que el eje de la OTAN es un fraude flagrante, que está poniendo en peligro la paz internacional con su agresión implacable y sus mentiras tóxicas. No se trata sólo de Rusia. Cualquier nación que decida hacer frente a la hegemonía deseada por Occidente, corre el riesgo de encontrarse en el punto de mira de un ataque liderado por Estados Unidos, utilizando a la OTAN como cobertura legal para una coalición internacional.
El imperialismo occidental ha sido una fuerza mundial dominante durante al menos 500 años. La hegemonía principal ha variado con el tiempo, y la línea de sucesión ha engendrado innumerables guerras y ataques de destrucción. El último hegemón occidental es Estados Unidos. Pero su imperio está colapsando junto con su economía disfuncional y endeudada. El bloque de la OTAN se ha expandido hasta convertirse en una máquina imperial difícil de manejar y sobrecargada, a la que Rusia ha detenido en Ucrania. Napoleón, los británicos, el Tercer Reich, y ahora el Occidente Colectivo liderado por Estados Unidos.
Esa derrota histórica del imperialismo occidental está en un punto final trascendental. El imperialismo liderado por Estados Unidos está en quiebra y es irredimible. Eso convierte a la maquinaria de guerra de la OTAN en un “multiplicador” inestable y muy peligroso del militarismo estadounidense. ¿Se arriesgará a una desesperada guerra mundial final, o el abominable sistema occidental será reformado de manera segura por la mayoría de las personas que lo aborrecen?
La fecha de caducidad de la OTAN ya pasó. Rusia puso fin a eso. Corresponde a los pueblos de las naciones occidentales rescatar del armatoste humeante algo más constructivo y democrático.
Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko