El aniversario del 7 de Octubre

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    Hoy se cumple un año de la sorprendentemente exitosa incursión de Hamas en Israel, en la que unos 1.500 militantes islámicos ligeramente armados procedentes de Gaza humillaron enormemente al gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu y a todo el aparato de seguridad nacional de su país. Las consecuencias de estos últimos doce meses han sido enormes, no sólo para el estado judío y el resto de Oriente Medio, sino también para Estados Unidos y el mundo entero.

    En el caso de muchas enfermedades mortales, la causa de la muerte no es tanto el resultado de la enfermedad en sí, como del sistema inmunológico, cuya reacción exagerada y masiva destruye el tejido vital y mata a todo el organismo. Y creo que la incursión de Hamas del 7 de Octubre de 2023 y la respuesta israelí pueden ser vistas desde esta perspectiva.

    Unos 1.200 israelíes murieron ese día, posiblemente muchos o la mayoría de ellos asesinados por las FDI de su propio país, presas del pánico y con disparador fácil, cuyos helicópteros Apache recibieron órdenes de bombardear todo lo que se moviera. Aunque esas pérdidas no fueron nada insignificantes en una población judía de unos 7,2 millones, y la humillación nacional fue enorme, si el gobierno israelí se hubiera contentado con lanzar unas semanas de bombardeos punitivos contra Gaza, y luego aceptar a regañadientes un intercambio de prisioneros con sus adversarios de Hamas, dudo que los resultados hubieran sido demasiado graves.

    Israel había retenido a muchos miles de palestinos sin cargos ni juicio, a menudo en condiciones brutales, por lo que liberarlos a cambio de los 200 israelíes que Hamas había llevado de vuelta a Gaza habría significado una enorme pérdida de prestigio para el estado judío, pero difícilmente una amenaza para la supervivencia del país. Los israelíes podrían haber despedido a algunos de sus complacientes e incompetentes comandantes militares locales, y haber reforzado sus defensas en Gaza, y las cosas posiblemente habrían seguido como antes.

    En ese entonces Israel estaba en un gran momento, a punto de cumplir su proyecto de décadas de normalizar plenamente las relaciones con Arabia Saudita, el estado árabe más poderoso. Los amigos cercanos de Israel dominaban totalmente la administración Biden, y Donald Trump prometió hacer aún más por ese país si de alguna manera lograba recuperar la Casa Blanca. El país acababa de celebrar el 75 aniversario de su fundación, y su posición estratégica internacional parecía mejor que lo que había sido en muchos años, por lo que fácilmente podría haber tomado con calma su debacle con Hamas.

    Pero después de los acontecimientos de los últimos doce meses, tiendo a dudar de que el país sobreviva mucho más tiempo en algo parecido a su forma actual, y su colapso también puede arrastrar consigo toda la estructura política del judaísmo organizado en todo el mundo, que hoy domina tan fuertemente tanto a Estados Unidos como a gran parte del resto del mundo. Aunque Israel puede enfrentarse a riesgos muy graves por la gran guerra regional que su gobierno pretende desencadenar, creo que la mayor amenaza a su existencia proviene de la distribución masiva de información devastadora que ha tenido lugar durante este último año.

    Si el gobierno israelí hubiera reducido sus pérdidas e intercambiado prisioneros con Hamas, el país podría haber resultado humillado, pero Netanyahu habría quedado totalmente destruido. Así que, en parte debido a su propia situación política desesperada, reaccionó de una manera muy diferente, desatando ataques masivos e implacables contra los dos millones de civiles indefensos de Gaza, con la clara esperanza de salvar su propio pellejo político, utilizando la incursión de Hamas como excusa para matar o expulsar a todos los palestinos de ese enclave, y después de Cisjordania. Ésto le habría permitido establecer su nombre en la historia como el segundo padre fundador de Israel, creando finalmente el Gran Israel que todos sus predecesores no habían logrado. Este audaz proyecto fue ciertamente impulsado por los pequeños partidos políticos extremistas de los que dependía la supervivencia política de su gobierno, cuyos líderes ideológicos consideraban esos territorios como su herencia divina bajo la feroz versión del judaísmo religioso que seguían.

    Desafortunadamente para los planes de Netanyahu, y a pesar de todos sus bombardeos masivos, los palestinos de Gaza se negaron a irse, tal vez recordando cómo sus padres o abuelos habían sido expulsados ​​previamente por militantes sionistas en 1948 de sus hogares en Haifa y otras ciudades de lo que se convirtió en Israel.

    Además, a pesar de los enormes atractivos financieros, el superpoblado Egipto se mantuvo firme en que no aceptaría a un par de millones de desplazados de Gaza, los que probablemente se convertirían en una fuente de inestabilidad social y de futuros enfrentamientos fronterizos con Israel. Así, dado que los habitantes de Gaza se negaban a marcharse, y que los egipcios se negaban a acogerlos, a los israelíes no les quedaba otra opción que seguir bombardeándolos con la esperanza de que cambiaran de opinión, quizá ayudados aún más por la presión de la hambruna, ya que las turbas de israelíes furiosos impedían el paso de los suministros de alimentos al enclave asediado.

    Hamas y sus decididos combatientes se escondían en su fortificada red de túneles, y durante el año siguiente las tropas de las FDI tuvieron poco éxito en erradicarlos, sufriendo bajas constantes en el camino y liberando sólo a un pequeño número de los israelíes prisioneros.

    Los ejércitos furiosos y frustrados tienden naturalmente a vengarse con toda la población civil de sus enemigos, y en un artículo de Agosto resumí los indecibles crímenes de guerra que las tropas de las FDI perpetraban regularmente contra indefensos civiles palestinos, y algunos de estos incidentes finalmente empezaron a recibir cobertura en los principales medios de comunicación estadounidenses.

    Según médicos estadounidenses entrevistados por la revista Politico y por CBS News Sunday Morning, los francotiradores militares israelíes han estado asesinando regularmente a niños palestinos con disparos precisos a la cabeza y al corazón; de hecho, durante muchos años los israelíes han comercializado orgullosamente camisetas en las que se jactan de su éxito en asesinar a mujeres embarazadas y a niños. Un artículo en The New York Times también informó que las FDI han capturado y torturado hasta la muerte a importantes cirujanos palestinos y otros médicos, y algunos de los sobrevivientes describieron los horribles tormentos que soportaron a manos de sus brutales captores israelíes.

    Todas estas bárbaras atrocidades han sido justificadas y alentadas por las declaraciones públicas de los principales líderes israelíes. Por ejemplo, el Primer Ministro Benjamin Netanyahu ha identificado públicamente a los palestinos con la tribu de Amalec, a quienes el Dios hebreo ordenó que se exterminara hasta el último bebé recién nacido. Hace apenas unos días, el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, declaró que sería “justo y moral” que Israel exterminara totalmente a los dos millones de palestinos de Gaza, pero enfatizó que la opinión pública mundial estaba impidiendo actualmente que su gobierno diera ese importante paso.

    Aunque este objetivo israelí declarado oficialmente de erradicar a todos los hombres, mujeres y niños palestinos aún no ha sido logrado, más de diez meses de bombas, balas y hambruna, han hecho un progreso significativo en esa dirección. The Lancet es una de las revistas médicas más antiguas y prestigiosas del mundo, y hace unas semanas publicó un breve artículo en el que estimaba de manera conservadora que los incesantes ataques israelíes y la destrucción total de la infraestructura civil de Gaza pueden ser responsables de casi 200.000 muertes de civiles, cifra mucho mayor que cualquier total mencionado anteriormente en los medios de comunicación.

    La masiva y continua matanza de civiles palestinos, junto con estas declaraciones públicas generalizadas y explícitas de los principales líderes israelíes, llevaron a los estimados juristas de la Corte Internacional de Justicia a emitir una serie de fallos casi unánimes de que Israel parecía estar llevando a cabo una campaña de genocidio contra los palestinos de Gaza. A fines de Julio, incluso los editores notoriamente pro israelíes de Wikipedia en idioma inglés, finalmente habían respaldado la misma conclusión.

    Además de estas masacres en curso, han llevado cautivos a muchos miles de civiles palestinos, ninguno de los cuales ha sido juzgado ni condenado por nada. Pero como el espacio carcelario israelí está desbordado, el Ministro de Seguridad Nacional Itomar Ben-Gvir propuso ejecutar sumariamente a todos ellos disparándoles a cada uno en la cabeza, liberando así su espacio carcelario para nuevas oleadas de cautivos.

    Aunque los ejércitos de muchos países han cometido ocasionalmente masacres o atrocidades durante la guerra, a veces incluso con la aprobación silenciosa de sus líderes políticos, parece bastante inusual que estos últimos apoyen y defiendan públicamente tales políticas, y no me vienen a la mente ejemplos similares de los últimos siglos. No dudo de que si los periodistas de TV hubieran entrevistado a Gengis Kan mientras estaba asolando toda Eurasia con sus hordas mongoles, podría haber hecho esas declaraciones con indiferencia, pero siempre supuse que los standards de comportamiento internacional aceptable habían cambiado considerablemente en los últimos mil años.

    Cuando los principales líderes emiten regularmente declaraciones sanguinarias de ese tipo, algunos de sus subordinados más entusiastas pueden decidir naturalmente implementar parcialmente esos mismos objetivos de forma minorista. Estas horribles atrocidades israelíes recientes simplemente continuaron el patrón de principios de este año, que a menudo había sido documentado en las redes sociales por los propios israelíes, ansiosos por enfatizar el terrible castigo que estaban infligiendo con éxito a sus odiados enemigos palestinos. Como escribí hace unos meses:

    De hecho, los israelíes siguieron generando una avalancha de contenido cautivador para esos videos. Multitudes de activistas israelíes bloquearon regularmente el paso de camiones de comida y, en pocas semanas, altos funcionarios de la ONU declararon que más de un millón de habitantes de Gaza estaba al borde de una hambruna mortal. Cuando los desesperados y hambrientos habitantes de Gaza invadieron uno de esos pocos convoyes de entrega de alimentos a los que se les permitió pasar, el ejército israelí disparó y mató a más de 100 de ellos en la “Masacre de la Harina”, que luego fue repetida. Todas estas horrendas escenas de muerte y hambruna deliberada fueron transmitidas en todo el mundo en las redes sociales, y algunos de los peores ejemplos provienen de los relatos de alegres soldados israelíes, como el video del cadáver de un niño palestino devorado por un perro hambriento. Otra imagen mostraba los restos de un prisionero palestino atado que había sido aplastado por un tanque israelí mientras aún estaba vivo. Según una organización europea de derechos humanos, los israelíes habían utilizado regularmente excavadoras para enterrar vivos a un gran número de palestinos. Los funcionarios de la ONU informaron que encontraron fosas comunes cerca de varios hospitales, con las víctimas atadas y desnudas, como si las hubieran asesinado a balazos. Como ha señalado Andrew Anglin, el provocador de Internet, el comportamiento de los judíos israelíes no parece simplemente malvado, sino “caricaturescamente malvado”, ya que todos sus flagrantes crímenes parecen estar basados ​​en el guión de una exagerada película de propaganda, pero están siendo perpetrados en la vida real.

    También sugerí que el dominio casi absoluto que los judíos pro-israelíes habían ganado gradualmente en la sociedad estadounidense, especialmente en la política, el mundo académico y los medios de comunicación, estaba teniendo consecuencias muy fatídicas. Por ejemplo, la matanza deliberada de decenas o incluso cientos de miles de civiles de Gaza por parte de Netanyahu, en realidad motivó su reciente invitación a dirigirse a una sesión conjunta del Congreso por cuarta vez sin precedentes, con su grandilocuente discurso interrumpido por 58 ovaciones de pie, a un ritmo de más de una por minuto.

    Mientras tanto, los estudiantes estadounidenses habían sido fuertemente adoctrinados durante generaciones con un horror absoluto al genocidio, los crímenes de guerra, el apartheid y la opresión racial. Pero cuando reaccionaron contra el apoyo total del gobierno estadounidense al peor ejemplo de este tipo de actos visto en el mundo en muchas décadas, sus protestas pacíficas en universidades de élite fueron brutalmente reprimidas por una dura acción policial. Este problema surgió porque sus instructores morales no habían enfatizado adecuadamente que todas esas amplias prohibiciones en realidad incluían la frase excluyente clave “excepto cuando sean perpetrados por judíos”…

    En uno de los más notorios y más grotescos incidentes recientes, los médicos israelíes informaron que un prisionero palestino había resultado gravemente herido después de ser brutalmente violado en grupo y sodomizado por nueve soldados de las FDI. Los líderes militares israelíes se han enfrentado a la amenaza de órdenes de arresto emitidas por la Corte Penal Internacional, por lo que decidieron demostrar su adhesión al derecho internacional haciendo que los soldados fueran arrestados y juzgados, pero una enorme y violenta turba de activistas judíos invadió la base del ejército para liberarlos, y el gobierno ordenó más tarde su liberación. La televisión israelí ha difundido ampliamente imágenes de prisioneros palestinos violados y sodomizados por soldados de las FDI, con afirmaciones de que estas escenas brutales a veces incluso se transmitían en vivo para la edificación de los alegres líderes políticos israelíes …

    Mike Whitney había resumido gran parte de las impactantes pruebas iniciales a finales de Julio, cuando la historia apareció por primera vez en los medios israelíes, y un artículo más reciente del periodista Jonathan Cook recopiló gran parte de la información de fondo. Cook señaló que, según los grupos de derechos humanos y legales, los soldados y la policía israelíes tienen una larga historia de violación y agresión sexual contra palestinos, incluidos niños, y que ese comportamiento ha sido respaldado por las más altas autoridades religiosas del país.

    En 2016, por ejemplo, el ejército israelí nombró al coronel Eyal Karim como su rabino jefe, incluso después de que había declarado que los palestinos eran “animales” y había aprobado la violación de mujeres palestinas con el fin de levantar la moral de los soldados.

    Siempre me ha interesado el conflicto de Oriente Medio entre israelíes y palestinos, y estoy seguro de que lo he seguido mucho más de cerca que la gran mayoría de la gente. Pero en los últimos doce meses posiblemente he dedicado más atención al asunto que en los cincuenta años previos juntos, y supongo que puede pasar lo mismo con todos, salvo con aquéllos que se han especializado en el asunto durante mucho tiempo. Miles de millones de personas en todo el mundo que antes no tenían ni idea, o solo conocían a los palestinos de manera muy vaga, ahora ven escenas de enorme sufrimiento en sus teléfonos inteligentes.

    En décadas pasadas, todos estos horribles crímenes israelíes podrían haber permanecido ocultos, ocultos a la vista del público estadounidense y del resto del mundo por los guardianes incondicionales de los medios de comunicación occidentales, que son partidarios de Israel. Pero la existencia de Internet cambió drásticamente el panorama informativo, especialmente las plataformas de redes sociales relativamente libres de censura, como TikTok y el Twitter de Elon Musk, que permitieron la rápida difusión de imágenes impactantes. Mientras tanto, los canales de YouTube como los del juez Andrew Napolitano gradualmente reunieron una masa crítica de académicos altamente acreditados, expertos en seguridad nacional y periodistas, que podían compartir su análisis de los eventos con grandes audiencias en todo el mundo.

     

     

     

    Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko

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    Ron Unz
    é um físico teórico por formação, com graduação e pós-graduação pela Harvard University, Cambridge University e Stanford University. No final dos anos 1980, entrou na indústria de software de serviços financeiros e logo fundou a Wall Street Analytics, Inc., uma empresa pequena, mas bem-sucedida nesse campo. Alguns anos depois, envolveu-se fortemente na política e na redação de políticas públicas e, posteriormente, oscilou entre atividades de software e políticas públicas. Também atuou como editor da The American Conservative , uma pequena revista de opinião, de 2006 a 2013.

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