El USS Liberty y el mayor “aliado” de los Estados Unidos

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    La reciente destrucción del régimen sirio, reemplazado por islamistas y jihadistas, nos recuerda que el establishment de la política exterior estadounidense en Washington sigue cumpliendo las órdenes del estado de Israel, el que ejerce su influencia a través de uno de los esfuerzos de lobby más amplios y mejor financiados que Washington haya conocido jamás. La subrepticia alianza entre terroristas rebeldes sirios, israelíes y estadounidenses es sólo la última manifestación de esta relación de trabajo.

    Durante más de treinta años, Estados Unidos ha comprometido repetidamente tropas y fondos estadounidenses para cumplir las órdenes de Tel Aviv, sin que el pueblo estadounidense común haya obtenido ninguna ventaja. La guerra de Irak (con sus miles de bajas estadounidenses), las interminables guerras con aviones no tripulados, la posible guerra en Irán, y la alianza estadounidense con los jihadistas en Siria, todo está al servicio del estado israelí. Ahora se han enviado billones de dólares para financiar diversos esfuerzos bélicos para el estado israelí, estado extranjero parásito que continuamente llama a los estadounidenses a trabajar y morir por su beneficio.

    La propaganda israelí y sus esfuerzos de lobby han tenido tanto éxito, que los estadounidenses pro-israelíes suelen referirse a Israel como “nuestro mayor aliado”. Sin embargo, el estado de Israel es una advertencia sobre los peligros de comprometer vidas y tesoros estadounidenses al servicio de un estado extranjero, el que no ofrece nada cuando se trata de la defensa real de la patria estadounidense.

    Como un mero ejemplo de la traición de este supuesto aliado, siempre es útil recordar que el estado de Israel es el único aliado que ha atacado deliberadamente a un buque de la Armada de los Estados Unidos, y que no ha sufrido repercusiones de ningún tipo por el ataque. Me refiero ataque israelí al USS Liberty en 1967, ataque que la mayoría de los académicos ahora coinciden en que fue deliberado, y que pudo haber tenido la intención de ser una operación de falsa bandera para lograr que los Estados Unidos declararan la guerra a Egipto. Entonces, como ahora, Tel Aviv estaba haciendo lo que hace: victimizar a los estadounidenses comunes y corrientes, y asaltar el Tesoro de los Estados Unidos. Eric Margolis relata los hechos básicos de ese día:

    El cuarto día de la guerra árabe-israelí de 1967, el buque de inteligencia USS Liberty navegaba lentamente en aguas internacionales, a 14 millas [26 kms] de la península del Sinaí. Las fuerzas blindadas israelíes se adentraban en el Sinaí en persecución del ejército egipcio en retirada.

    El USS Liberty, un carguero de la Segunda Guerra Mundial, había sido convertido en un buque de inteligencia por la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, un buque ultrasecreto, y equipado con las señales y el equipo de intercepción electrónica más modernos. El barco estaba repleto de antenas y “oídos” electrónicos, incluido el TRSSCOMM, un sistema que enviaba intercepciones en tiempo real a Washington, haciendo rebotar un flujo de microondas en la luna.

    El USS Liberty había sido trasladado rápidamente al Sinaí para supervisar las comunicaciones de los beligerantes en la tercera guerra árabe-israelí: Israel y sus enemigos −Egipto, Siria y Jordania.

    A las 08:00 del 8 de Junio de 1967, ocho vuelos de reconocimiento israelíes sobrevolaron el USS Liberty, en el que ondeaba una gran bandera estadounidense. A las 14:00, oleadas de cazabombarderos israelíes Mystère y Mirage III que volaban a baja altura, atacaron repetidamente al buque estadounidense con cohetes, napalm y cañones. Los ataques aéreos duraron 20 minutos y se concentraron en las antenas electrónicas y parabólicas del barco. El USS Liberty quedó en llamas y se escoró bruscamente. Ocho de sus tripulantes yacían muertos, y cien heridos de gravedad, incluido el capitán, el comandante William McGonagle.

    A las 14:24, tres torpederos israelíes atacaron al USS Liberty en llamas con proyectiles de 20 y 40 mm. A las 14:31, un torpedo israelí alcanzó al USS Liberty en el centro del casco, precisamente donde se encontraban los sistemas de inteligencia de señales. Murieron veinticinco estadounidenses más.

    Los cañoneros israelíes rodearon al malherido USS Liberty y dispararon contra los tripulantes que intentaban apagar los incendios. A las 15:15 se ordenó a la tripulación que abandonara el barco. Los buques de guerra israelíes se acercaron y abrieron fuego con sus ametralladoras contra las abarrotadas balsas salvavidas, hundiendo dos de ellas. Mientras los marineros estadounidenses eran masacrados a sangre fría, una misión de rescate de un portaaviones de la Sexta Flota de Estados Unidos fue misteriosamente abortada por órdenes de la Casa Blanca.

    Aunque los israelíes mataron a 34 marineros estadounidenses e hirieron a otros 171, la respuesta inmediata de Estados Unidos fue ignorarlo. O, como lo ha resumido Ralph Raico:

    De ordinario, un ataque de ese tipo daría lugar al estado de guerra. En este caso no fue así porque, entre otras razones, la posición del presidente Lyndon Johnson era, según un almirante de la Marina de Estados Unidos, “que no le importaba que el barco se hundiera: no avergonzaría a sus aliados”.

    Además, criticar al estado de Israel significaría molestar a un electorado importante, y a un importante patrocinador financiero del Partido Demócrata.

    El propósito del ataque al USS Liberty sigue siendo un tema de debate. Margolis ofrece algunas posibilidades distintas de la teoría de la falsa bandera:

    ¿Por qué Israel intentó hundir un buque de guerra de su benefactor y aliado? Probablemente porque las intercepciones del USS Liberty contradecían rotundamente la afirmación de Israel, efectuada el 5 de Junio al comienzo de la guerra, de que Egipto había atacado a Israel y que el masivo ataque aéreo israelí contra tres naciones árabes era una represalia. De hecho, Israel comenzó la guerra con un devastador ataque sorpresa al estilo Pearl Harbor, el que tomó a los árabes en la cama y destruyó todas sus fuerzas aéreas.

    Israel también se estaba preparando para atacar a Siria para apoderarse de sus estratégicos Altos del Golán. Washington advirtió a Israel de que no invadiera Siria, que había permanecido inactiva mientras Israel luchaba contra Egipto. Bamford dice que la ofensiva de Israel contra Siria fue pospuesta abruptamente cuando el USS Liberty apareció frente al Sinaí, y fue luego lanzada una vez que fue dejada fuera de combate. La afirmación de Israel de que Siria los había atacado podría haber sido refutada por el USS Liberty.

    Lo más significativo es que las intercepciones del USS Liberty pueden haber demostrado que Israel aprovechó las tensiones árabe-israelíes en rápido aumento en Mayo-Junio de 1967 para lanzar una guerra largamente planeada para invadir y anexar Cisjordania, Jerusalén, el Golán y el Sinaí.

    Hoy en día, este ataque es generalmente ignorado, y desde el ataque no provocado de Tel Aviv, el régimen estadounidense ha entregado a Israel más de un cuarto de billón de dólares del dinero de los contribuyentes estadounidenses. De hecho, en 1974 Israel se había convertido en el principal receptor de ayuda militar y económica de Estados Unidos, todo ello sin ningún beneficio tangible para los estadounidenses comunes y corrientes que pagan la cuenta. Tal es la naturaleza del mayor “aliado” de Estados Unidos.

     

     

     

    Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko

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