Hace un par de meses mantuve la siguiente correspondencia. Sabía, por supuesto, qué tipo de publicación era The New Yorker, y desde la primera pregunta estaba seguro de que mi nombre sería mencionado, pasara lo que pasara. Por lo tanto, para evitar cualquier posible tergiversación, decidí responder. Pero me negué a hablar sin más, e insistí en hacerlo por escrito para poder demostrar después lo que se dijo y lo que no.
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Estimado profesor Hoppe:
Soy columnista en The New Yorker y estoy trabajando en un artículo sobre el bloguero político Curtis Yarvin. El Sr. Yarvin me ha descrito como una de sus mayores influencias. Acabo de terminar de leer Democracia: El dios que Falló, y es evidente su influencia en su obra. Le agradecería poder hablar con usted para el artículo sobre su filosofía y su influencia en el movimiento neorreaccionario en Estados Unidos. ¿Tiene alguna ventana disponible para hablar esta semana?
Gracias,
Ava Kofman
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Estimada Sra. Kofman:
Soy consciente de mi influencia en Yarvin, nos vimos brevemente hace varios años. No he seguido de cerca su desarrollo desde entonces. Para mi gusto, su escritura siempre ha sido demasiado florida y divagante.
En cuanto a su solicitud, vivo en Europa, no me dedico a la tecnología, y actualmente estoy en cama con gripe. Sin embargo, podría responder a un par de preguntas por correo electrónico.
Atentamente
HHH
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Estimado Sr. Hoppe:
Muchas gracias por su mensaje. Espero que se haya recuperado de la gripe, y le envío algunas preguntas por correo electrónico. Siéntase libre de agregarlas o modificarlas como considere oportuno.
- Vi su reciente conferencia de Marzo. ¿Ve alguna de tus ideas sobre la transformación del tamaño y la naturaleza del estado, siendo implementadas en iniciativas contemporáneas como el DOGE en Estados Unidos?
- ¿Cuándo oyó hablar del blog de Curtis Yarvin o lo leyó? ¿Dónde se conocieron y cómo fue la reunión?
- Yarvin ha abogado no sólo por un soberano empoderado, preferiblemente un monarca, sino por un CEO-monarca. Me interesaba su opinión sobre su uso de la cultura de Silicon Valley/startup como modelo de gobernanza para un nuevo régimen libertario reaccionario: ¿hay aspectos de ese modelo corporativo que le resulten convincentes, o no?
- Me gustaría saber si hay algo más que quisiera añadir o reflexionar sobre la creciente influencia de pensadores neorreaccionarios como Yarvin aquí en Estados Unidos, y si hay factores a los que atribuiría su influencia.
Con mucho cariño,
Ava
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Estimada Sra. Kofman:
No veo mis propios videos y no recuerdo con detalle lo que dije o no dije.
En cualquier caso, permítame intentar responder brevemente a sus preguntas.
No veo mucho progreso en la dirección que me gustaría. En mi opinión, el mayor peligro para la libertad y la prosperidad, es la creciente centralización política. La posibilidad de descentralización, salida y secesión, es esencial para la preservación de la libertad humana. El DOGE puede eliminar algunos excesos absurdos, políticamente correctos o progresistas, de un estado de bienestar cada vez más exagerado, pero ni siquiera aborda el problema central: el gasto público total y la deuda ‒todo el complejo militar-industrial‒ siguen creciendo sin interrupción.
Mi ideal es un mundo compuesto por miles y miles de Liechtensteins: pequeños territorios gobernados por un monarca o miembro de la élite natural, con interés propietario de largo plazo y establecido en su país (baja preferencia temporal), autofinanciado (no viviendo de impuestos), con poder de veto ‒ difícil, pero no imposible, de ser destituido de su cargo‒, y que permite a subunidades de su país separarse si así lo desean (buscar “Constitución de Liechtenstein” en Google).
Ésto es obviamente algo muy diferente de la idea de que la gente de Silicon Valley tome el control del gobierno actual, y lo gestione como si fuera un negocio (algo que algunos trumpistas parecen tener en mente). Pero los estados, como Estados Unidos, son bandidos estáticos, organizaciones fundadas y basadas en la violencia agresiva (impuestos, expropiaciones y guerra). No querríamos que este tipo de organizaciones funcionaran eficientemente, como tampoco querríamos que un campo de concentración funcionara eficientemente. Más bien, querríamos que desaparecieran.
Como indiqué antes, no sigo de cerca los escritos de Yarvin; son demasiado divagantess para mi gusto. Pero por lo poco que he podido deducir, no deja suficientemente claro si defiende el modelo de Liechtenstein, o el de la multitud de Silicon Valley.
Un amigo me habló de Yarvin y de que me mencionara en su blog Unqualified Reservations, quizá hace unos diez años, y lo conocí una vez por aquella época. Peter Thiel me había invitado a hablar sobre el fracaso de la democracia, las diferentes estructuras de incentivos para propietarios, inquilinos o cuidadores, la preferencia temporal, etc. (obviamente, Thiel había leído mi libro sobre democracia), y Yarvin fue uno de los participantes de esa pequeña y exclusiva reunión. En cuanto a la parte “reaccionaria” de su pregunta. Con eso me refiero básicamente a un retorno a la normalidad: los hombres son hombres, las mujeres son mujeres, una familia normal se compone de padre, madre e hijos, las personas y los grupos son diferentes y tienen diferentes capacidades, se es responsable por la propia vida y acciones, no culpe a los demás por sus propios fracasos y errores, sea amable y educado, recompense el éxito y no castigue el fracaso; sí, hay excepciones, pero son excepciones y no la regla. Los absurdos, perversiones y desviaciones de este estado de cosas normal que vemos a nuestro alrededor hoy en día, son el resultado del actual y desmesurado “estado de bienestar”, que permite que demasiados bichos raros y locos lleven una vida parasitaria a expensas de un número cada vez menor de personas productivas. No existiría la corrección política ni el progresismo como los que vemos hoy en día en ninguna comunidad pequeña. Sus defensores serían rechazados y condenados al ostracismo, y relegados a una especie de colonias hippies. En este sentido, veo cierto progreso. Cada vez más gente está harta de las obviedades que propaga y promueve la “izquierda progresista”. Trump y la gente de Silicon Valley, y Yarvin como uno de sus influencers, sin duda han contribuido a este desarrollo, que no es insignificante ni despreciable, pero no es mucho. Y, en cualquier caso, la modestia, que forma parte de una persona decente, un caballero, definitivamente no es la mayor virtud del “negociador”.
Espero que esto ayude y le mando mis mejores deseos.
HHH
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Estimado Sr. Hoppe:
Gracias por su atenta respuesta. Coincido en que el trabajo de Yarvin parece oscilar entre la visión fragmentada de un estado en miniatura que describe (de muchos Lichtenstein), y el gobierno como Empresa. No entiendo cómo la todopoderosa Corporación Soberana que describe no se limitaría a atacar a otras “Corporaciones Soberanas” más pequeñas. Creo haber oído hablar de la reunión o algo por el estilo. ¿Fue después de la elección de Trump, en la casa de Thiel en Los Ángeles? ¿O en otro momento?
Un saludo y gracias,
Ava
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La reunión tuvo lugar aproximadamente un año antes del primer mandato de Trump, en la residencia de Thiel en San Francisco.
HHHH
Y aquí, entonces, está The New Yorker
Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko