Benjamin Netanyahu declaró el Jueves que liberar a los rehenes israelíes en Gaza no es su principal prioridad, sugiriendo en cambio que derrotar a Hamas debería prevalecer por sobre un acuerdo sobre los rehenes.
“Tenemos muchos objetivos en esta guerra”, declaró Netanyahu. “Queremos recuperar a todos nuestros rehenes. Ese es un objetivo muy importante. En la guerra, hay un objetivo supremo. Y ese objetivo supremo es la victoria sobre nuestros enemigos. Y eso es lo que lograremos”.
Nada de lo que dijo el primer ministro aquí es cierto ni válido, a menos que por “enemigos” se refiera a “todos los palestinos en la Franja de Gaza”.
Netanyahu ha sido bastante transparente al señalar que el objetivo final de Israel en Gaza no es liberar a los rehenes ni derrotar a Hamas, sino apoderarse del territorio palestino y expulsar a sus habitantes. Ha declarado abiertamente que Israel ocupará Gaza mediante la fuerza militar, descartando por completo la posibilidad de cualquier forma de gobierno palestino para el enclave. Ha declarado abiertamente que quiere implementar el plan de limpieza étnica del presidente Donald Trump para Gaza, que implica explícitamente expulsar a “todos” los palestinos y no permitirles regresar jamás.
Así que lo han dejado perfectamente claro. No se trata de Hamas, salvo en la medida en que un grupo de resistencia armada dificulte la expulsión forzosa de todos los palestinos de Gaza. Y, desde luego, no se trata de rehenes.
Y, sin embargo, curiosamente, así es como la clase política y mediática occidental sigue enmarcando esta embestida. La llaman la “guerra de Israel contra Hamas”, cuando no es más que una descarada operación de limpieza étnica. Hablan sin parar sobre el 7 de Octubre, los rehenes y el terrorismo, aunque ya ha quedado meridianamente claro que no tiene nada que ver con ninguno de esos puntos. Actúan como si nunca lo hubieran admitido.
No hay excusa alguna para seguir hablando de rehenes y Hamas, después de que Estados Unidos e Israel afirmaran que el objetivo es la limpieza étnica completa de Gaza. Explicaron de qué se trata realmente. Lo dijeron. Con su propia boca. Lo dijeron directamente. Fin del debate.
Israel ha estado buscando maneras de purgar a Gaza de palestinos durante generaciones. De eso se ha tratado siempre. No del 7 de Octubre. No de rehenes. No de Hamas. No de terrorismo. Todo en las operaciones de Israel en Gaza indica que su verdadero objetivo es expulsar a los palestinos de un territorio palestino, y no liberar a los rehenes ni derrotar a Hamas. Y luego, cuando Trump asumió el cargo, empezaron a admitirlo abiertamente.
¿Cómo es que ésto no es la conversación principal cada vez que se menciona Gaza? ¿Cómo es que ésto no es el principio, el medio y el final de cada discusión?
Es como si un policía mirara directamente a la cámara de un teléfono mientras estrangula a un hombre negro y dijera: “Mato a este hombre porque soy racista, y quiero matar a gente negra”, y luego todos siguieran diciendo: “Resistiendo al arresto” y “No sabemos qué pasó antes de que empezara a grabarse”. Dijo con sus propias palabras lo que hacía y cuáles eran sus motivos.
Ya no se puede hablar de Hamas, del 7 de Octubre, ni de rehenes para defender las acciones de Israel en Gaza. Eso no existe. Si se quiere defender las acciones de Israel en Gaza, el único punto de conversación es si está bien o no expulsar por la fuerza a toda una población de su patria histórica bombardeándola, disparándole y matándola de hambre sistemáticamente, mientras destruyen su infraestructura civil, únicamente por su origen étnico.
De eso se trata la discusión. De nada más. Eso y sólo eso.
Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko