Me he preguntado si las recientes (y continuas) revelaciones sobre el número de muertes ocasionadas por las inyecciones covid traerían justicia. Dado el rápido aumento de estudios e informes sobre el creciente número de muertes que podrían estar causalmente vinculadas con las llamadas “vacunas covid”, cabe preguntarse con razón: ¿por qué todavía no se ha intentado procesar a las compañías farmacéuticas ni a las personas directamente involucradas en la fabricación y promoción de estas inoculaciones potencialmente letales (y en millones de casos, de hecho lo han sido)?
A la luz de estos estudios, no sorprende que muchas personas estén planteando preguntas cruciales sobre las consecuencias perceptibles de las inoculaciones. Hoy mismo leí un artículo titulado “El gobierno admite que sabía que las vacunas covid eran un fraude. ¡Presidente Trump, retírelas del mercado!” ‒Karen Kingston. Greg Hunter, quien entrevistó a Kingston, escribe:
Karen Kingston, analista de biotecnología y ex empleada de Pfizer, regresa con noticias grotescas sobre lo que el gobierno estadounidense sabía sobre la vacuna contra el covid-19. Sabían que no era nada segura, y la FDA también sabía que Pfizer cometió fraude para obtener la aprobación de la vacuna contra el covid-19. Kingston afirma: “Estas son las palabras exactas del gobierno: ‘La FDA estaba al tanto de las violaciones del protocolo’”. Por lo tanto, la FDA estaba al tanto del fraude denunciado … antes de otorgar la autorización de uso de emergencia (EUA) para su vacuna. Estaban al tanto del fraude.
Se ha revelado el secreto del conocimiento tácito y no reconocido del gobierno estadounidense sobre los peligros asociados con las “vacunas covid”. A la luz de la confirmación de estos peligros en numerosos estudios, en retrospectiva, los informes sobre las tasas de mortalidad y otros indicios de lesiones parecen proporcionar una confirmación adicional: todo lo necesario para procesar a los responsables, como Bill Gates. El Dr. Joseph Sansone informa lo siguiente sobre uno de estos estudios:
Las inyecciones de nanopartículas de ARNm están asociadas con trastornos neurológicos, enfermedades autoinmunes, problemas cardíacos, accidentes cerebrovasculares, cánceres, trastornos metabólicos y una serie de otras enfermedades y trastornos, incluida la muerte. No hace falta ser científico ni médico para darse cuenta de que, al infligir enfermedades crónicas a las personas, se acorta su esperanza de vida. Un estudio reciente publicado muestra una impactante reducción de 37% en la esperanza de vida tras las inyecciones covid. Si estos datos son extrapolados con la duración de la vida, significaría una reducción aproximada de 29 años.
No hace falta decir que esta información no se encuentra en los medios de comunicación tradicionales, lo cual ya no parece importar, dada la gran cantidad de noticias alternativas y sitios de debate disponibles para quienes investigan por su cuenta, siempre que se recuerde contrastar la información, al máximo, antes de aceptar su veracidad.
En la mayoría de los casos que he investigado, los estudios en cuestión son publicados en revistas de prestigio, como éste, publicado en la revista Discover Medicine de Springer. En la discusión del autor sobre los “problemas asociados con las vacunas de ARNm”, se lee:
En Japón, un profesional sanitario de 26 años falleció presuntamente por una hemorragia cerebral 4 días después de recibir una dosis única de la vacuna de ARNm al inicio de la campaña de vacunación. Este caso podría estar relacionado con una trombocitopenia trombótica inmunitaria inducida por la vacuna. A pesar de ello, el programa de vacunación continuó, llegando a ser prácticamente obligatorio.
La publicación de un artículo sobre los efectos adversos de las vacunas contra el covid-19 en la revista Virology Journal marcó un punto de inflexión, al suspender las vacunaciones en todo el mundo después de Junio de 2022. Ésto se debe a que, por primera vez, en el artículo revisado por pares, fue presentada claramente la causa de la inmunodeficiencia, se solicitó la suspensión de la vacuna de refuerzo de ARNm, y la información fue difundida a nivel mundial a través de redes sociales y otros medios. Aunque posteriormente fue aprobado un nuevo tipo de vacuna ARNm, Japón sigue siendo el único país que vacuna activamente a su población. [Esta afirmación es cuestionable, en mi opinión. B.O.]. A pesar de la disminución del número de vacunadores, la administración rutinaria de la octava dosis de la vacuna contra el coronavirus para adultos mayores comenzó en Octubre de 2024.
Resulta inimaginable que, en un país en el que la población parece haber sido plenamente consciente de los peligros de estas inoculaciones, las autoridades hayan seguido adelante con su programa de inoculación a pesar de todo. En este video, por ejemplo, se nos informa que científicos japoneses han alertado sobre indicios de que las inoculaciones covid están causando un colapso poblacional mundial. Además, un nuevo estudio japonés sobre el cáncer ha revelado la relación entre la inoculación covid y el cáncer. En un resumen del video que analiza esta alarmante evidencia, se afirma que:
Kevin McKernan analiza una nueva investigación japonesa que revela alarmantes patrones de mortalidad por cáncer tras la vacunación con ARNm. El estudio muestra cómo los perfiles de cáncer inducidos por la vacuna cambiaron por completo, apareciendo tumores donde se acumulan nanopartículas lipídicas. McKernan analiza la corrupción farmacéutica, la captura regulatoria y los criterios de Bradford Hill que sustentan la causalidad. La conversación explora el nombramiento de RFK Jr. en el HHS, las alternativas de tratamiento que incluyen cannabinoides y psilocibina, la problemática regulación del cáñamo, los peligros de los ISRS y los riesgos autoamplificados de las vacunas. McKernan detalla cómo el exceso de mortalidad tras la vacunación en Japón ya supera la cifra de muertos por el tsunami de 2011.
No es de extrañar que Japón haya iniciado una investigación oficial sobre la cifra sin precedentes (que se dice asciende a millones) de personas que fallecieron tras recibir la inoculación covid. Resulta desconcertante que un país donde se puede tomar una medida tan trascendental pueda, al mismo tiempo (como se afirma en el estudio de Springer mencionado anteriormente), continuar sin cesar con su programa de inoculación con ARNm, a pesar de que el oncólogo de mayor rango del país se refirió a estas inoculaciones como “prácticas perversas”. En 2024, una investigación japonesa relacionó nada menos que 201 enfermedades con las inoculaciones covid. Si a ésto le sumamos que la inoculación de ARNm de Pfizer presenta nada menos que 1.291 efectos secundarios adversos (que Pfizer se vio obligada a publicar en 2022 como datos clínicos), parece que ya pueden ser iniciadas las demandas.
Como se puede observar en los ejemplos mencionados, al buscar estudios sobre la evidencia emergente sobre las consecuencias de las inoculaciones covid en los receptores, la investigación revela numerosos casos relevantes, como este reciente sobre fragmentos de ADN cancerígenos en inoculaciones de ARNm:
Una importante investigación efectuada por un grupo de renombrados investigadores alemanes, ha confirmado que las vacunas de ARNm de Pfizer contra el covid-19 contienen niveles peligrosos de contaminantes de ADN.
Si bien la presencia de contaminación de ADN en las vacunas contra el covid-19 no es un descubrimiento nuevo, este último estudio utiliza técnicas avanzadas para una cuantificación más fiable, lo que lo convierte en la investigación más significativa hasta la fecha.
Como ya informó Slay News, científicos de renombre llevan tiempo advirtiendo que el aumento repentino de cánceres mortales entre las personas vacunadas contra el coviod-19 se debe a fragmentos de ADN presentes en las inyecciones de ARNm.
El estudio fue dirigido por Jürgen O. Kirchner, investigador independiente en Hamburgo, y la profesora Brigitte König, de la Universidad de Leipzig.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Preprints.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que los contaminantes residuales de ADN en varios lotes de la vacuna de ARNm de Pfizer contra el covid-19 superan significativamente los umbrales de seguridad reglamentarios.
Este hallazgo no debe ser desdeñado, dados los indicios de que el “cáncer turbo” está aumentando rápidamente entre las personas inoculadas, como destacan los dos informes siguientes, uno de los cuales señala especialmente su aumento entre los jóvenes. La otra conversación en video entre el Dr. Peter McCullough y el Dr. Drew Pinsky se centra en un estudio específico sobre la evidencia de cáncer turbo que se manifiesta en personas inoculadas. La conversación se resume a continuación del video:
En un artículo médico coescrito por el Dr. Peter McCullough, investigadores reportaron evidencia de “cáncer turbo”, un carcinoma basaloide agresivo, infiltrante, metastásico y, en última instancia, letal, que aparece poco después de la vacunación con ARNm contra el covid-19. El experto en salud cardíaca de renombre mundial afirma que las vacunas con ARNm deberían ser retiradas del mercado por completo.
“Tenemos mucha información que sugiere que no son buenas para el corazón …”, declaró el Dr. McCullough a Real America’s Voice. “Ahora tenemos datos … del cambio cardíaco en casi todas las personas que se vacunaron, al menos durante seis meses o más …”.
El Dr. Peter McCullough es internista, cardiólogo, epidemiólogo y director científico de The Wellness Company. Como experto en medicina cardiovascular con más de 30 años de experiencia, el Dr. McCullough ha hablado ampliamente sobre los riesgos relacionados con el corazón que cree que podrían ser atribuidos a la tecnología de ARNm.
Se podrían enumerar muchos más informes sobre estudios similares, pero creo que mi punto ya está claro, así que sólo mencionaré uno más, de Rhoda Wilson, del intrépido periódico británico de investigación The Exposé, donde escribe:
Varios médicos y científicos, entre ellos el Dr. David Rasnick, el Dr. Ryan Cole, el Dr. Roger Hodkinson y el científico Kevin McKernan, afirman que las inyecciones contra el covid-19 causan “cánceres turbo” debido a la supresión del sistema inmunitario.
Las inyecciones contienen plásmidos de ADN con la secuencia promotora SV40, que se ha asociado con la oncogénesis y puede unirse a P53, “el guardián del genoma”.
Médicos y expertos informan de un aumento significativo de cánceres agresivos, a menudo en personas más jóvenes, con un rápido crecimiento a estadio 3 o 4, y vinculan este fenómeno con la degradación del sistema inmunitario causada por las inyecciones contra el covid-19.
Múltiples informes de casos y estudios sugieren una posible relación entre las inyecciones contra el covid-19 y un mayor riesgo de cáncer, incluyendo los tipos agresivos y metastásicos. Los casos específicos reportados incluyen cáncer de colon, cáncer de mama, cáncer de piel, cáncer gástrico, carcinoma basaloide, melanoma, carcinoma adenoide quístico y leucemia linfoblástica aguda/linfoma linfoblástico, entre otros. Los investigadores proponen que las vacunas podrían causar inmunosupresión, lo que conlleva una progresión acelerada del cáncer, y que ciertas modificaciones en las vacunas de ARNm (p. ej., 100% N1-metil-pseudouridina) potencian el crecimiento tumoral.
Por lo tanto, dado que estos informes son conocidos por mucha gente ‒entre quienes seguramente se incluyen representantes de gobiernos de todo el mundo‒, cabe reiterar: ¿por qué no se han iniciado los procesos contra los responsables de las muertes causadas por la inyección de coágulo? Debería añadir “todavía”, pero dada la inexplicable inacción respecto de este asunto candente, uno se siente tentado a especular que alguna(s) organización(es) oculta(s) podría(n) tener influencia sobre quienes están en posiciones que les permiten iniciar procesos. Llámenlo teoría de la conspiración, si quieren, pero ¿qué otra explicación podría haber?
Es cierto que han sido realizadas investigaciones oficiales, como la mencionada en este informe, pero no se ha obtenido ninguna información, lo que indica la supresión de información potencialmente comprometedora. Curiosamente, ante este silencio, fue lanzada una investigación popular sobre inoculaciones:
El primer día del tan esperado Módulo 4 de la Investigación sobre el covid-19 en el Reino Unido, quedó claro que la investigación haría todo lo posible por ocultar las pruebas que no encajan con la narrativa de que “las vacunas son seguras y eficaces”, y seguiría engañando a las numerosas personas afectadas por las vacunas.
En respuesta, un grupo de expertos ofreció una rueda de prensa para aclarar la situación. En su rueda de prensa, el grupo, denominado Investigación Popular sobre la Vacuna, expuso el teatro conocido como la Investigación sobre covid-19 en el Reino Unido: Vacunas y terapias (Módulo 4). […puede encontrar todos los videos y transcripciones de la conferencia de prensa en el sitio web de People’s Vaccine Inquiry AQUÍ].
¿Es exagerado insistir en que se haga justicia con los perpetradores? No lo creo. Hace unos años, publiqué un artículo sobre “Cómo (la mayoría de) los filósofos han fallado a la humanidad” (que, sorprendentemente, tras la revisión por pares, fue aceptado) en una revista académica (Phronimon). En el mismo me basé en el ejemplo histórico de Sócrates para ilustrar mi afirmación de que uno de los rasgos característicos de un verdadero filósofo es tener un agudo sentido de la justicia, como demostró Sócrates en su famoso juicio en Atenas.
Ésto no impide que quienes no son filósofos muestren tal sentido de la justicia, pero sí descalifica a muchos filósofos profesionales para pasar la prueba de la autenticidad. En Sudáfrica, donde vivo, la mayoría de los filósofos profesionales han fracasado estrepitosamente en esta prueba en lo que respecta a su respuesta a las tiránicas medidas covid y a las consecuencias de la administración de las “vacunas” covid.
Tengo la firme convicción de que, a menos que un gran número de ciudadanos comience a manifestarse e insistir en que se haga justicia a la luz del creciente número de estudios e informes que demuestran, sin lugar a dudas, que la propia composición de estas supuestas “vacunas” las considera peligrosas, todo este lamentable episodio simplemente se ocultará. La persona indicada para tomar la medida necesaria es, obviamente, Robert F. Kennedy Jr., en su calidad de Secretario de Salud de Estados Unidos. Tal vez lo hará, hasta que la evidencia acumulada de irregularidades y la presión de los ciudadanos preocupados alcancen una “masa crítica”.
Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko