Alo largo de trescientos años, la industria de las vacunas se ha convertido en la religión CIENTÍSTICA que es hoy. Con cientística me refiero a la fe superficial e infundada en que todo en el mundo ‒incluyendo la salud y la enfermedad humanas‒, puede ser medido y manipulado por los científicos.
El cientismo de la industria de las vacunas ha creado una situación paradójica. Mientras que los analistas críticos de las vacunas se ven limitados por el método científico, muchos defensores de las vacunas poseen una fe inquebrantable en la bondad de su empresa, la que se resiste a la evaluación crítica.
Desde 2021, los críticos de la nueva generación de “vacunas” ARNm se han mostrado desconcertados por la inmunidad de esta empresa a los datos empíricos, los que demuestran que los productos no son seguros ni eficaces. Estos críticos no parecen darse cuenta de que están desafiando creencias que no se basan en la evaluación científica, sino en la fe.
El siguiente es un extracto de Vacunas: Mitología, Ideología y Realidad, que será publicado por SKYHORSE/Children’s Health Defense el 29 de Julio de 2025. Este extracto representa aproximadamente la mitad del Capítulo 25.
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CAPÍTULO 25: Por sobre todo, en las vacunas creemos
Tras el confinamiento y el terror sistemático de los medios de comunicación durante la mayor parte de 2020, la mayor parte de la humanidad esperaba con ansias la vacuna que era anunciada como su salvadora y libertadora. Como declaró repetidamente en primavera Bill Gates, inversor y entusiasta de las vacunas, el mundo sólo podría volver a la normalidad “cuando casi todas las personas del planeta hayan sido vacunadas contra el coronavirus”. Era inquietante decir ésto, pero especialmente para el hombre que, tan sólo veintidós años antes, había sido considerado el monopolista más despiadado desde John D. Rockefeller. La proclamación de que “casi todas las personas del planeta” necesitaban ser inyectadas con una sustancia novedosa de la que no sabían nada, parecía sacada de una novela distópica de ciencia ficción.
Cuando fueron lanzadas las vacunas ARNm autorizadas de emergencia en Diciembre de 2020, la mayor parte de la humanidad aparentemente desconocía que no eran vacunas en el sentido tradicional de patógenos inactivados o atenuados que inducirían una respuesta inmunitaria. Las nuevas inyecciones eran el código genético que instruía al cuerpo a crear una proteína extraña y tóxica. El director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, comprendió ésto y, en marcado contraste con el público, durante una reunión interna con ejecutivos de la compañía el 16 de Julio de 2020 declaró:
Quiero ser cauteloso al respecto, ya que desconocemos los efectos secundarios a largo plazo de modificar el ADN y el ARN de las personas para que codifiquen directamente en el ADN y el ARN de una persona. En resumen, se trata de la capacidad de producir esos anticuerpos, y si ésto causa otras mutaciones u otros riesgos posteriores. Por lo tanto, se está trabajando en ambas vías del desarrollo de vacunas.
Los biólogos moleculares llevaban experimentando con el ARN mensajero desde 1961, cuando Jacques Monod, François Jacob y François Gros, del Instituto Pasteur de París, presentaron un artículo al respecto por el que posteriormente ganaron el Premio Nobel. BioNTech fue fundada en 2008, y Moderna en 2010, para crear métodos que utilizaran el ARNm para intervenir en procesos patológicos como el cáncer. La creación de terapias contra el cáncer fue el concepto original de los fundadores de BioNTech.
Una diferencia importante entre el ARNm natural ‒que es descompuesto por las enzimas del cuerpo poco después de realizar su función‒ y el ARNm “modificado” producido por Pfizer-BioNTech y Moderna, es que este último ha sido alterado químicamente con métodos creados por Katalin Karikó y Drew Weissman, quienes ganaron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 2023 por su trabajo sobre estas modificaciones. Ambos utilizan ARNm modificado con N1-metil-pseudouridina, que codifica la proteína de la espícula del SARS-COVID-19, administrada con una formulación de nanopartículas lipídicas (LNP). Estos productos novedosos y altamente experimentales fueron repetidamente inyectados a miles de millones de personas en 2021. Creemos que éste fue el experimento más grande y ambicioso jamás realizado en la humanidad.
Dado que la mayoría de la humanidad no entendía qué se le estaba inyectando, los creadores de esta inyección aparentemente percibieron la necesidad de erigir algo parecido a una religión que deificara a las vacunas. Ésto les resultó natural, ya que muchos percibieron que, con sus nuevas vacunas de ARN mensajero, estaban usando el lenguaje de Dios para dirigir a su voluntad la maquinaria celular del cuerpo humano. En su libro de 2006, El lenguaje de Dios, el director de los NIH, Francis Collins, comienza citando al presidente Bill Clinton cuando anunció a principios del año 2000 que el genoma humano había sido secuenciado. De hecho, alrededor de 88% ya había sido secuenciado en ese momento, pero como líder del Proyecto Genoma Humano, el Dr. Collins aparentemente estaba ansioso por hacer el gran anuncio cuanto antes. En una conferencia de prensa en la Sala Este de la Casa Blanca, con el Dr. Collins a su lado, el presidente Clinton anunció:
Hoy estamos aprendiendo el lenguaje en el que Dios creó la vida. Nos maravillamos cada vez más por la complejidad, la belleza y la maravilla del don más divino y sagrado de Dios.
Aquí vale la pena recordar al arquetipo del “Científico que se hace Dios”, cuyo linaje se remonta a la novela de Mary Shelley de 1818, Frankenstein: o el moderno Prometeo, sobre un médico suizo-alemán llamado Victor Frankenstein que aplica sus conocimientos de química y electricidad para crear una criatura viva a partir de los muertos. Si bien esta aspiración sonaba interesante en teoría, la creación de Frankenstein es monstruosa, y al ser rechazado por la sociedad, se convierte en un vengativo asesino en serie. Ya en 1818, Shelley comprendió intuitivamente que, por muy inteligente que sea un científico, no puede imitar a la naturaleza con precisión. Hoy en día vemos ejemplos de ésto con frecuencia en hombres y mujeres mayores que se han sometido a cirugías estéticas. Incluso los cirujanos plásticos más hábiles no pueden imitar la plenitud de la juventud que sólo la naturaleza puede otorgar.
Un buen ejemplo del “Científico que se hace Dios” es el ya mencionado Eldon Tyrrell en la película de ciencia ficción de 1982, Blade Runner. Risa Peoples, hija del guionista David Webb Peoples, estudiaba microbiología y enseñó a su padre sobre la replicación del ADN. Tyrrell, a quien el androide principal llama juguetonamente “Creador” y “Padre”, hace referencia a ésto al explicar cómo fue creado el androide principal, Roy Batty. El código de la vida consiste en la trinidad de replicación, transcripción y traducción. La replicación crea cadenas de ADN idénticas; la transcripción convierte el ADN en ARN mensajero (ARNm); la traducción decodifica el ARNm en aminoácidos, formando proteínas esenciales para las funciones vitales. Si bien éste es un campo infinitamente fascinante, sus aplicaciones prácticas están aún en sus inicios. Cualquiera que afirme que han sido comprendidos todos los potenciales resultados de este experimento, es un delirante, un mentiroso, o ambas cosas.
Parece que los dioses de la biotecnología inicialmente esperaban mucha más resistencia por parte del público general a recibir las inyecciones experimentales. En Octubre de 2021, el presidente de la División Farmacéutica de Bayer, Stefan Oelrich, pronunció un discurso en la Cumbre Mundial de la Salud, en el que expresó su sorpresa por la cantidad de personas dispuestas a someterse a experimentos. Como él mismo lo expresó:
Siempre me gusta decir: Si hubiéramos encuestado al público hace dos años: “¿Estaría usted dispuesto a recibir una terapia génica o celular e inyectarla en su cuerpo?”, probablemente habríamos tenido una tasa de rechazo de 95%. Creo que esta pandemia ha abierto los ojos de mucha gente a esta innovación.
Desde el inicio de la pandemia, quienes se decía que trabajaban “a la velocidad de la ciencia” para crear una nueva vacuna, fueron presentados como sumos sacerdotes de la biología molecular y la vacunología. Usaban muchas palabras latinas y griegas que el público general no podía entender. Anthony Fauci fue presentado por los medios de comunicación, que lo admiraban, como el papa del programa de vacunación contra el covid. Con frecuencia repetía el mantra “seguir la ciencia”, que consistía en sus edictos, emitidos como bulas papales, las que nadie podía cuestionar. El 9 de Junio de 2021, el Dr. Fauci invocó implícitamente la doctrina de la infalibilidad papal al proclamar: “Los ataques contra mí son, francamente, ataques contra la ciencia”.
Quienes cuestionaron a Fauci en foros públicos y en Internet se toparon rápidamente con un ejército de censores que trabajaban para diversas organizaciones de vigilancia de internet, las que se asemejaban al Santo Oficio de la Inquisición durante la Contrarreforma. Los médicos que defendían el tratamiento del covid con medicamentos antiguos, seguros y eficaces, como la hidroxicloroquina y la ivermectina, fueron tildados de herejes y excomulgados del colegio médico y del resto de la sociedad. Los medicamentos seguros que recomendaban fueron prohibidos como anatema, y no podían ser dispensados bajo ninguna circunstancia, ni siquiera a un paciente moribundo en el hospital, al que no se le ofrecía nada más.
Esta religión no era del todo nueva, ya que se apropió de la iconografía y los símbolos religiosos existentes, de la misma manera que la Iglesia Católica Romana primitiva superpuso símbolos y rituales cristianos a las religiones paganas existentes en todo el Imperio Romano. Ésto nos fue recordado en 2022 cuando la Ciudad del Vaticano emitió una moneda de plata de € 20 en conmemoración de la vacuna contra el covid. Como lo describe el catálogo Numista:
La moneda representa a un médico, una enfermera y un joven listo para recibir la vacuna. El Santo Padre ha insistido repetidamente en la importancia de la vacunación, recordando que la atención sanitaria es una obligación moral, y que es fundamental continuar los esfuerzos para inmunizar incluso a los más pobres.
Cabe destacar que la fórmula “un joven que está listo para recibir la vacuna”, es idéntica a la fórmula para un comulgante que “está listo para recibir la hostia” ‒en italiano, ”pronto a ricevere l’Eucaristia”.
El anverso de la moneda lleva el nombre Franciscus, el año 2022 (“Anno MMXXII”), y el escudo de armas del papa Francisco. Con esta moneda conmemorativa de plata, emitida en nombre de Francisco, el papa respaldó oficialmente la vacuna covid, y le otorgó su sublime autoridad y prestigio, sugiriendo así que la vacuna es algo así como el salvador de la humanidad. El 10 de Febrero de 2024, el papa Francisco nombró a Katalin Karikó miembro de la Academia Pontificia para la Vida, fundada en 1994 por el papa Juan Pablo II, “para representar a las diversas ramas de las ciencias biomédicas y a las que están más estrechamente relacionadas con los problemas relativos a la promoción y protección de la vida”. [el capítulo continúa].
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Reseñas
“El Dr. Peter McCullough y John Leake han logrado lo casi imposible: trascendiendo el ruido y los dramas contemporáneos en torno de las vacunas, han producido una historia fascinante y un análisis apasionante de las vacunas como mito e ideología social. Esta astuta combinación de historia intelectual y médica, análisis cultural y una exposición médica y científica contundente, no podría haber sido lograda por ningún otro equipo. Las vacunas cambiarán la forma en que concebimos la historia de la medicina, y cómo la mente colectiva, moldeada por poderosos intereses, puede propagar ilusiones de la nada. Este es un libro esencial para navegar nuestros frenéticos tiempos con conocimiento y perspicacia, el que perdurará ‒un clásico de la historia de la medicina y de la historia de las ideas, bellamente escrito.” —Dr. Naomi Wolf
“El atractivo de las vacunas que pueden prevenir enfermedades y la muerte, es evidente. Desafortunadamente, la fe ciega en las vacunas ha reemplazado al pensamiento crítico y al análisis sólido de costo-beneficio. El Dr. Peter McCullough y John Leake ofrecen ambos, al relatar la historia de la vacunación en su libro de lectura obligada.” —Senador Ron Johnson
“Una investigación histórica exhaustiva, que presenta una guía objetiva y competente sobre las promesas, los disparates y los peligros de las vacunas ‒una industria que claramente necesita reajuste a la luz de la evidencia.” —Jeffrey Tucker, Instituto Brownstone
“John Leake y el Dr. Peter McCullough, MD, separan la realidad de la ficción en su relato de los 120 años de historia de la era moderna de las vacunas. El mito más reciente que desenmascaran, es que las nuevas tecnologías pueden cambiar las reglas de la biología ‒una falsa proposición que culminó con las no probadas “vacunas” ARNm, cuyos promotores aspiraban a inyectar a todos con su nuevo producto. Vaccines desafía esta estafa que amenaza la salud de la humanidad.” —Robert Clancy, profesor emérito de Inmunología, Universidad de Newcastle
“El Dr. Peter McCullough lideró a ‘los 500 médicos que salvaron al mundo’ del covid-19, y fue destrozado por salvar vidas y decir la verdad. Ahora llega su segundo intrépido libro, junto con el periodista renacentista John Leake. Vacunas es un análisis científico mordaz del mito/extorsión/humanicidio definitivo de la salud pública. Es un libro que todos deben leer; por quienes sepan leer y estén dispuestos a luchar por su familia, sus amigos, la humanidad y la verdad.” —Michael Capuzzo, autor superventas de The New York Times y escritor científico nominado al Pulitzer
“El Dr. Peter McCullough y su coautor John Leake han demostrado que la pluma puede ser más poderosa que la jeringa. Esta nueva exposición en Vacunas está fundada en su consolidada reputación de enfrentarse a las grandes farmacéuticas y a otras industrias, y en su incansable lucha para que Estados Unidos vuelva a estar informado y saludable desde el punto de vista médico.” —Frank J. Gafney, Presidente del Instituto para el Futuro Americano
“¿Qué pasaría si el debate sobre las vacunas nunca fuese científicamente resuelto? Tras el covid, las inyecciones ARNm fueron rápidamente comercializadas, y declaradas como seguras y eficaces ‒sin lugar a dudas. En este audaz y oportuno libro, Leake y McCullough repasan la larga historia del desarrollo de vacunas, y desafían los dogmas que fueron consolidados durante la pandemia. Combinando la perspectiva histórica con la experiencia médica, exponen cómo la censura, la coerción y la influencia tanto gubernamental como corporativa, distorsionaron la salud pública ‒y por qué el debate honesto es ahora más urgente que nunca. “La ciencia avanza mediante el escrutinio ‒no mediante el silencio”. —Christine Anderson, Diputada del Parlamento Europeo
ELOGIOS para Peter McCullough, MD, MPH
“El Dr. Peter McCullough… siempre tuvo razón”. —Joe Rogan
Mi viejo amigo, el Dr. Peter McCullough, es probablemente la persona con más conocimientos sobre el tratamiento del covid-19. —Robert F. Kennedy, Jr.
El Dr. Peter McCullough … tiene una larga y reconocida trayectoria en medicina … pero, más concretamente, ha tratado el covid-19 con frecuencia, y sabe mucho al respecto. —Tucker Carlson
Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko