Posiblemente Ud. piense que hablar de “banca sólida” será un poco aburrido. Bueno, la banca debería serlo: sólida y aburrida Y estamos seguros de que hoy en día los funcionarios de los bancos centrales de todo el mundo ‒muchos de los cuales tienen problemas para dormir‒ desearían que así fuera.
Aquí explicaré brevemente por qué el sistema bancario mundial es deficiente, y qué diferencia a la banca sólida de la banca deficiente. Sospecho que ni una persona entre mil comprende realmente la diferencia. Como resultado, la economía mundial se basa ahora en banca deficiente, que opera con monedas deficientes. Ambas han sufirdo considerable degeneración desde sus orígenes.
La banca moderna surgió del oficio de orfebre de la Edad Media. Ser orfebre requería un inventario operativo de metales preciosos, y gestionar ese inventario de forma rentable requería experiencia en la compraventa de metales y su almacenamiento seguro. Estas capacidades fueron fácilmente integradas en el negocio de prestar y pedir prestado oro; es decir, el negocio de prestar y pedir prestado dinero sólido.
Hoy en día, la mayoría de la gente apenas tiene una idea vaga de que, hasta principios de la década de 1930, las monedas de oro eran utilizadas en el comercio cotidiano del público en general. Además, el oro respaldaba la mayoría de las monedas nacionales a un tipo de cambio fijo. Los bancos eran un negocio más, pero nada especial. Se distinguían de otras empresas únicamente por el hecho de que almacenaban, prestaban y recibían prestadas monedas de oro, como actividad principal, y no como actividad secundaria. Los banqueros se habían convertido en orfebres sin martillo.
Hasta hace muy poco, los depósitos bancarios se dividían estrictamente en dos clases, según las preferencias del depositante y las condiciones ofrecidas por los bancos: depósitos a plazo y depósitos a la vista. Aunque la distinción entre ambos se ha perdido en los últimos años, respetar la diferencia es un elemento fundamental de la buena práctica bancaria.
Depósitos a plazo. Con un depósito a plazo ‒en esencia, una cuenta de ahorro‒, el cliente se compromete a dejar su dinero con el banquero durante un período determinado. A cambio, recibe una comisión específica (interés) por su riesgo, por sus inconvenientes, y como contraprestación por permitir al banquero usar el dinero del depositante. Con la seguridad de saber que dispone de una cantidad específica de oro durante un plazo determinado, el banquero puede prestarlo; lo hará a un tipo de interés lo suficientemente alto como para cubrir los gastos (incluido el interés prometido al depositante), financiar una reserva para préstamos incobrables y, si todo marcha según lo previsto, obtener beneficios.
Un depósito a plazo implica un compromiso de ambas partes. El depositante queda comprometido hasta la fecha de vencimiento. ¿Cómo podría un banquero solvente prometer devolverle su dinero a un depositante a plazo cuando lo solicite y sin penalización, cuando planea prestarlo?
En el negocio de aceptar depósitos a plazo, un banquero es un intermediario de crédito entre prestamistas y prestatarios. Para evitar pérdidas, los banqueros solían preferir prestar sobre activos productivos, cuyas ganancias garantizaban que el prestatario podría cubrir los intereses a su vencimiento. Y estaban dispuestos a prestar sólo una fracción del valor de un activo prendado en garantía, para garantizar un margen de seguridad para el capital. Y sólo por tiempo limitado, como contra la cosecha de un cultivo o la venta de un inventario. Y, por último, sólo a personas de reconocida buena conducta, la primera línea de defensa contra el fraude. Los préstamos de largo plazo eran competencia de los sindicadores de bonos.
Depósitos a la vista. Los depósitos a la vista eran denominados así porque, a diferencia de los depósitos a plazo, eran pagaderos al cliente a la vista. Son la base de las cuentas corrientes. El banquero no paga intereses sobre el dinero, ya que supuestamente nunca lo utiliza; al contrario, cobraba necesariamente al depositante una comisión por:
- asumir la responsabilidad de mantener el dinero seguro, disponible para retiro inmediato, y
- administrar la transferencia del dinero si el depositante así lo deseaba, ya sea emitiendo un cheque o entregando un recibo de depósito que representara el oro depositado.
Un banquero honesto no debería prestar dinero de depósitos a la vista, así como Allied Van and Storage no debería prestar los muebles por cuyo almacenamiento se le ha pagado. Los recibos de depósito de oro se llamaban billetes. Cuando un gobierno los emitía, se llamaban moneda. Los lingotes de oro, las monedas de oro, los billetes y la moneda juntos constituían la oferta de medios de transacción de la sociedad. Pero su cantidad estaba estrictamente limitada por la cantidad de oro realmente disponible para la gente.
Los principios sólidos de la banca son idénticos a los principios sólidos del almacenamiento de cualquier tipo de mercancía, ya sean automóviles, patatas o libros. O dinero. No hay nada misterioso en la solidez de la banca. Pero la banca en todo el mundo ha sido fundamentalmente deficiente desde que la banca central, financiada por los gobiernos, llegó para dominar el sistema financiero bancario.
Los bancos centrales son un eje central del sistema financiero mundial actual. Al comprar deuda pública, los bancos pueden permitir que durante un tiempo el estado financie sus actividades sin impuestos. A primera vista, ésto parece una “ventaja”. Pero en realidad es devastador, y es el motor de la devaluación monetaria.
Los bancos centrales pueden parecer una parte permanente del paisaje cósmico, pero en realidad son una invención reciente. La Reserva Federal de Estados Unidos, por ejemplo, no existía antes de 1913.
Banca deficiente
El fraude puede infiltrarse en cualquier negocio. Al ver el oro ajeno guardado en su bóveda, el banquero podría pensar: “¿Qué sentido tiene extraer oro de una mina, para luego volver a depositarlo en una bóveda?” La gente emite cheques contra aquél y usa sus billetes. Pero el oro en sí rara vez es movido. Un banquero inquieto podría concluir que, aunque pudiera ser un fraude contra los depositantes ‒dependiendo de lo que el banco les haya prometido‒, podría fácilmente crear muchos más billetes y prestarlos, quedándose con 100% de los intereses.
Dejándose llevar por sus propios recursos, algunos banqueros lo intentarían. Pero la mayoría tendría cuidado de no excederse, ya que el juego terminaría abruptamente si surgiera alguna duda sobre la capacidad del banco para entregar oro a demanda. La llegada de los bancos centrales alivió ese temor, al introducir un prestamista de última instancia. Dado que el banco central siempre está disponible para conceder crédito, los banqueros tienen la libertad de hacer promesas que saben que tal vez no podrían cumplir por sí solos.
Cómo funciona hoy la banca
Anteriormente, cuando un banco creaba demasiada moneda de la nada, la gente acababa notándolo y se producía una corrida bancaria. Pero cuando un banco central autoriza a todos los bancos a hacer lo mismo, ésto es menos probable, a menos que se sepa que un banco en particular ha concedido préstamos realmente imprudentes.
Los bancos centrales fueron originalmente justificados ‒especialmente la creación de la Reserva Federal en EE.UU.‒ como un mecanismo para la estabilidad económica. El castigo ocasional a banqueros imprudentes y a sus clientes imprudentes era una excusa para que el gobierno interviniera en el negocio bancario. Como ha sucedido en tantos casos, un problema puntual y local fue “solucionado” convirtiendo ese problema en sistémico, y se lo alojó en una institución nacional. Es vagamente análogo a la forma en que el gobierno gestiona el problema de los incendios forestales: extinguirlos rápidamente proporciona un beneficio inmediato y visible. Pero la consecuencia tardía y olvidada de hacerlo, es que permite que se acumulen décadas de madera muerta. Ahora, cuando se produce un incendio, puede ser una conflagración única en un siglo. La banca mundial opera actualmente con un sistema de reserva fraccionaria. En nuestro ejemplo anterior, nuestro banquero responsable mantenía reserva de 100% contra los depósitos a la vista: guardaba una onza de oro en su bóveda, por cada billete de una onza que emitía. Y sólo podía prestar el producto de los depósitos a plazo, no de los depósitos a la vista. Un sistema de reserva fraccionaria no puede funcionar en un mercado libre; debe ser legislado. Y no puede funcionar donde los billetes son canjeables por una materia prima, como el oro; los billetes deben ser de curso legal, o estrictamente papel moneda fiat ‒creado de la nada.
El sistema de reserva fraccionaria explica por qué la banca es más rentable que los negocios tradicionales. En cualquier sector, la alta rentabilidad media atrae competencia, lo que reduce la rentabilidad. Un banquero puede prestar un dólar, que un empresario podría usar para comprar un aparato. Cuando el vendedor del aparato vuelve a depositar el dólar, un banquero puede prestarlo de nuevo con intereses. La buena noticia para el banquero es que sus ganancias se capitalizan varias veces. La mala noticia es que, debido al apalancamiento piramidal, un impago puede tener consecuencias catastróficas. En cada país, el banco central modifica periódicamente el porcentaje de reserva (teóricamente, de 100% a 0% de los depósitos) que los bancos deben mantener, o encaje, según cómo los burócratas a cargo perciben el estado de la economía.
En cualquier caso, en EE.UU. (y, de hecho, en casi todo el mundo), la protección contra las corridas bancarias no se basa en prácticas sólidas, sino en leyes. Para restablecer la confianza en los bancos comerciales, el gobierno estadounidense instituyó en 1934 el seguro de depósitos de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC), por un importe de U$S 2.500 por depositante y por banco, aumentando con el tiempo la cobertura hasta los U$S 250 000 actuales. En Europa, la cantidad garantizada por el estado es de € 100 000.
El seguro de la FDIC cubre unos U$S 11 billones en depósitos, pero la institución sólo tiene activos por U$S 137.000 millones. Eso equivale a aproximadamente a un centavo por dólar. Me sorprendería que la FDIC no quiebre y el gobierno tenga que recapitalizarla. Ese dinero ‒muchos miles de millones‒ será posiblemente creado de la nada, vendiendo deuda del Tesoro a la Reserva Federal.
Con todas sus perniciosas características, el sistema bancario de reserva fraccionaria es crucial para el sistema financiero mundial tal como está estructurado actualmente. Podemos planificar nuestra vida pensando que los gobiernos y los bancos centrales del mundo harán todo lo posible por mantener la confianza en el sistema financiero. Para ello, deben evitar la baja de precios a toda costa. Y para ello, seguirán imprimiendo más dólares, libras, euros, yenes y demás.
Nota del editor: La mayoría de la gente no tiene ni idea de qué ocurre realmente cuando el sistema bancario colapsa, y mucho menos de cómo prepararse …
A medida que nos acercamos a un colapso bancario generalizado, elegir dónde invertir su dinero es crucial para asegurarse de que no quede atrapado en la mira.
Poseer oro es esencial. El oro ha mantenido su valor durante miles de años. Ha preservado la riqueza durante todo tipo de crisis imaginables. El oro también preservará la riqueza durante la próxima crisis.
Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko