Colonizadores y exposición del colonialismo israelí

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    El talento de Louis Theroux reside en su capacidad para plantear las preguntas más obvias con una inocencia cautivadora. Extraer la verdad es una cualidad olvidada o poco celebrada en el periodismo moderno. En su último documental, The Settlers [Los Colonos], Theroux no es portavoz del establishment, aunque la producción fue realizada a través de la BBC. Theroux sigue los pasos de Robert Fisk al ceder el micrófono a los inocentes y a sus verdugos. Con ello, ha generado controversia, pero no por manipular o cambiar las palabras. Simplemente dejó que la gente dijera lo que piensa; la verdad es dañina, incluso para quienes están de acuerdo.

    Theroux habló con colonos israelíes en los “territorios en disputa” o Palestina. Los colonos llaman a la zona “Judea”. Para ellos y sus patrocinadores, es una tierra prometida. Los palestinos que han vivido allí durante incontables generaciones, deben ser eliminados, erradicados. Ésto es colonialismo de asentamiento. Nos ofrece una visión del siglo XXI de lo que en el siglo XIX era considerado el derecho de las naciones civilizadas. Es horrible y brutal, y las palabras de los colonos exponen un derecho colonial que ahora está ampliamente mal visto en Occidente.

    Theroux ya ha estado en esta situación. En su documental de 2011, “Los ultrasionistas”, informó sobre el nacionalismo religioso de los colonos de entonces. Catorce años después, los colonos ya no son considerados forasteros ni fanáticos, sino la punta de lanza de un expansionismo que ahora cuenta con mayor apoyo, y no sólo del gobierno israelí, sino también de la opinión pública tras el 7 de Octubre. El ataque de Hamas volvió a convertir a los árabes y al islam en enemigos de Occidente. Olvidemos el motivo del ataque. Nunca hay justificación para el terrorismo. Pero el terrorismo siempre parece justificar la venganza.

    Estados Unidos tiene una amistad especial con Israel; es un socio dependiente y a la vez petulante. Así que no es de extrañar que Theroux entrevistara a un tejano que, reconociéndose como sionista apasionado, y fascinado por su religión y los mitos de la propia fundación de Estados Unidos, se mudó a Cisjordania. Los paralelismos con el Destino Manifiesto son obvios, pero también lo son las exigencias hitlerianas de “espacio vital”. The Settlers no trata sólo sobre sionismo; es una reflexión sobre la nacionalidad fundada a través del colonialismo de asentamiento.

    Con esta autorreflexión, puedo mirar atrás como un australiano criado en dos mundos, uno de los cuales entendía que los “Abo” y los “Boong” eran retrógrados e inútiles como seres humanos. “No son buenos holgazanes” era la frase que se escuchaba a menudo; o lo máximo que podían esperar era una representación romántica y celebrada como elementos de la Edad de Piedra, en películas como Cocodrilo Dundee. Fue sólo la llegada de los europeos lo que convirtió a Australia en una nación, la civilizó y la convirtió en un estado moderno. Ese es el mito que ayuda a los benefactores a dormir por las noches.

    Me criaron para comprender que lo que les ocurrió a los aborígenes estuvo mal: un genocidio que incluyó la brutalidad colonial que robó niños y exterminó a comunidades enteras, y que hoy en día sigue resultando en una esperanza de vida inferior a la media. Irónicamente, el mismo gobierno y la élite que más se benefician ahora con la tierra robada y el exterminio de las personas, nos incitan a sentir culpa y a cargar con la vergüenza. Se entregan a ceremonias simbólicas, y ven a los habitantes de la tierra como niños dependientes que deben ser guiados y protegidos mediante la asistencia social. Esas son las dos caras del colonialismo de asentamiento: la conquista y, finalmente, el revisionismo culpógeno. En The Settlers presenciamos la fase de conquista, y escuchamos las voces de esos conquistadores santurrones.

    En The Settlers, Theroux nos presenta al expansionista pragmático, que ve a Palestina como suya para ser tomada, desarrollada y asentada en una sociedad moderna, pero que en realidad es un tribalismo ancestral. En el documental vemos a un rabino que llama a los palestinos “salvajes” y “camellosos”. Nuestro tejano, Ari Abramowitz, ni siquiera reconoce a los palestinos. Es la tierra y el destino de su pueblo. Y no se refiere a sus compatriotas tejanos. Él lo cree ‒y muchos otros, judíos, laicos y cristianos por igual. Muchos, más allá de Israel, creen en la pretensión de conquistar Palestina para Israel.

    La principal atracción de The Settlers es Daniella Weiss, miembro de alto rango del movimiento. Lleva más de cincuenta años activa y, en sus propias palabras, podría llamar al primer ministro. Es honesta, brutalmente honesta. Weiss no se arrepiente de sus ambiciones. Como dijo el año pasado: “Tenemos la experiencia acumulada en cincuenta y cinco años de colonización de Judea [y] Samaria [la Cisjordania ocupada], los Altos del Golán”. Busca llevar a cabo una limpieza étnica en la región. En todas sus apariciones públicas ha sido honesta y abierta sobre la conquista de Palestina y lo que conlleva. No tiene ningún respeto ni preocupación por los palestinos.

    Tras el 7 de Octubre de 2023, la violencia perpetrada por Hamas dificultó el debate público sobre el trato recibido por el palestino común. De repente, todos son “serpientes” y merecen morir. Lo presenciamos a finales de 2001 y a principios del año siguiente. Pero estamos en Mayo de 2025, y el genocidio y las duras condiciones que sufrieron las víctimas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) son difíciles de evitar. Cada vez más personas se dan cuenta y encuentran el coraje para alzar la voz. El momento de este documental coincide con esa valentía emergente.

    Sólo ahora, debido al reciente interés en Internet, Weiss y las actitudes de otros colonos están siendo relegadas a un segundo plano. Ésto se debe a Theroux y a la BBC por crear un documental de moda. Pero cuando deje de ser tendencia, ¿qué pasará? Volveremos a lo de siempre: el acoso de los soldados de las FDI, la miseria de los palestinos en los controles militares, y los abusos constantes de los israelíes armados. Sin mencionar los tiroteos, la tortura regular, o el hecho de que la violación sea una herramienta sistémica dentro de las cárceles israelíes para los palestinos.

    El hecho de que The Settlers de Theroux sean creyentes fieles, no significa que no exista cierto interés material. Robar los productos y las tierras de otros, siempre ha sido una compensación satisfactoria para quienes civilizan la frontera en busca de un destino espiritual. Para quienes expulsan a los nativos, siempre hay una recompensa e inversores. El gobierno israelí y, en cierta medida, el gobierno estadounidense, conspiran para hacer posible la siniestra ambición de Weiss. A ésto se suma la presencia de muchas iglesias en Estados Unidos. Puede que afirmen amar a su Dios y contar con su bendición, pero se inspiran en la muy mundana codicia.

    A quienes observamos desde afuera nos dicen “es complicado”. Para Daniella Weiss y The Settlers no lo es. Los palestinos se van, o mueren. Su continua subyugación parece cada vez menos tolerable, por lo que deben ser motivados a hacerlo o expulsados ​​por la fuerza. ¿Pero adónde? Se espera que Jordania, Líbano, Egipto y el resto del mundo acepten más, o los compartan todos (además de los muchos que ya fueron expulsados ​​por Israel en el pasado).

    Para los palestinos, no es complicado. Son un pueblo que está siendo asesinado y obligado a abandonar sus hogares. Sólo es complicado para los forasteros, que se perfuman con la dignidad de sus principios, mientras equilibran su lealtad hacia Israel. Sólo es complicado para quienes afirman amar a un dios pacífico, mientras apoyan la violencia y la indignidad. Sólo es complicado para quienes ven al árabe como oriental, extranjero y atrasado.

    Para cualquiera que haya estado atento a las palabras de The Settlers y de los palestinos, lo que ven en pantalla no es nada nuevo. Se desconoce qué sucederá con la información ampliamente difundida en la BBC. Quizás, ésto les dé a algunos palestinos un breve respiro. The Settlers, sin embargo, son tan pacientes como implacables. Con el apoyo de los gobiernos israelí y estadounidense, pueden permitírselo.

    Por favor, vea el documental. Lo que haga después es cosa tuya, ¿qué puede hacer? Cualquier cosa es mejor que ignorarlo y dejarlo como problema ajeno.

     

     

     

    Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko

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