Lo siguiente es una adaptación de las declaraciones del director editorial de Antiwar.com, Scott Horon, en un debate con el exiliado chino Wang Dan, el 12 de Junio en el Festival de la Libertad en Palm Springs, California.
“Para preservar la libertad en casa, Estados Unidos debe esforzarse por exportarla al extranjero”.
Ja está tomándome el pelo! En nombre de la expansión de la democracia y de la libertad, en los últimos 25 años Estados Unidos destruyó por completo Afghanistan, Irak, Somalia, Libya, Mali, Syria, Irak de nuevo, Yemen, y gran parte de Pakistan y Ukraine, asesinando y provocando la muerte a más de cuatro millones de personas, desplazando a 40 millones más, y propagando el terrorismo y el caos como reacción por todo Medio Oriente, Asia Central, África del Norte y del Este, y ahora también Europa del Este.
¿Se han dado cuenta, verdad? El gobierno estadounidense no ha mostrado ningún interés en expandir la democracia a Kuwait, Saudi Arabia, Bahrain, Qatar, UAE, Oman, o Egypt, porque son aliados de Washington. Y cuando la gente vota mal, como en Algeria, Georgia, Ukraine, Kyrgystan, Iraq, Pakistan, Palestine o Egypt, tras derrocar al último dictador títere de EE.UU., EE.UU. actuará de inmediato para intervenir hasta con un golpe de estado para proteger lo que considera sus intereses.
Libertad y democracia, nada.
Ésto es lo que ha sucedido con la libertad del pueblo estadounidense durante este tiempo:
- Tuvimos 7.000 soldados muertos, junto con muchas decenas de miles más de heridos y muertos por sus propias manos.
- Tuvimos la Ley Patriota, el espionaje interno, el Departamento de Seguridad Nacional, incluyendo la TSA, los llamados Centros de Fusión, nacionalizando efectivamente a la policía local y estatal bajo autoridad federal, y también militarizándola con drones, M-4 y vehículos blindados ‒y aumentando el entrenamiento de nuestros agentes de paz locales por parte de las despiadadas fuerzas israelíes de ocupación.
- Implementaron un régimen de censura masiva: primero contra el reclutamiento por parte del califato del Estado Islámico que ayudaron a crear en Syria e Irak. Luego, le dieron la vuelta a la situación para censurar a los estadounidenses que discrepaban con sus mentiras sobre el Russiagate, el Ukrainegate, las elecciones de 2020, el covid y la guerra en Ukraine.
- El gobierno etiquetó a los estadounidenses que discrepaban de los inútiles y totalitarios confinamientos por el covid y las órdenes de inoculación como “extremistas domésticos violentos”, como pretexto para investigarnos y perseguirnos como a terroristas. Han hecho lo mismo con los católicos conservadores.
- Más de 250 ingenuos han caído en la trampa de falsos complots terroristas generados por el FBI para aterrorizar a sus familias y lograr que apoyen más guerra y una mayor autoridad policial nacional.
- Terroristas reales han asesinado a estadounidenses inocentes en atentados terroristas de represalia, como en Little Rock, Fort Hood, Boston, Orlando, San Bernardino, Corpus Christi y Pensacola.
- Los estadounidenses también han sufrido graves dislocaciones económicas, que han provocado una situación de indigencia y privaciones masivas, causadas por impuestos insoportables e inflación monetaria, lo que a su vez conlleva precios enormemente altos, así como catastróficos ciclos económicos de auge y caída que destruyen tanta riqueza y arruinan tantas vidas.
Con el imperio mundial, viene un imperio nacional que gobierna y regula nuestras vidas de maneras que desafían la tiranía del régimen del presidente Xi sobre el pueblo de China continental.
Pero como dijo William F. Buckley en la década de 1950, se supone que debemos sufrir esta “burocracia totalitaria en nuestras costas, incluso con Truman al mando”, en nombre de la defensa de la humanidad del comunismo soviético ‒para nosotros, desaparecido hace mucho tiempo. Ahora mi oponente y el resto del Partido de la Guerra exigen que sacrifiquemos los pocos recursos, vidas y libertad que nos quedan, en nombre de enfrentarnos a todos los gobiernos del mundo fuera de la esfera de influencia de EE.UU., invocando la Declaración de Independencia todo el tiempo. ¡Qué broma tan increíble!
¿Y qué beneficio podría derivar de la intervención del gobierno estadounidense en, por ejemplo, la política interna de China? Incluso si el gobierno estadounidense realmente creyera su propia propaganda sobre su preocupación por la gente de allí, ¿no es obvio que cualquier apoyo que EE.UU. brindara a los grupos más pro libertad, sólo serviría para desacreditarlos como títeres extranjeros? ¿Qué patriota chino que se precie aceptaría la ayuda de un estado extranjero para agitar contra el suyo, en primer lugar?
Los libertarios creen, como enseñó el gran Murray Newton Rothbard, en los derechos humanos individuales universales, impuestos localmente. Llamar a cualquier nación, incluso a la nuestra, al servicio de toda la humanidad, es invocar a un demonio. Como advirtió John Quincy Adams, el gobierno estadounidense se ha convertido en el dictador del mundo, y en el autor de la muerte de la libertad del pueblo estadounidense, aquélla que en realidad juraron proteger.
Nos iría mucho mejor si siguiéramos la política de los Padres Fundadores y de Ron Paul, y apoyáramos la paz, el comercio y la amistad honesta con todas las naciones, y nos mantuviéramos al margen de sus políticas internas.
Me gustaría decir que deberíamos predicar con el ejemplo, pero tenemos mucha libertad que recuperar antes de poder siquiera ser un ejemplo para alguien, y mucho menos para el rico que viola la soberanía de otras naciones con la excusa de que nuestra grandeza nacional nos hace tan excepcionales, que otros niveles de moralidad se vuelven nulos y sin valor, y con ello la guerra de agresión se convierte en una virtud.
¿Y cómo se atreve un extranjero a venir a nuestro país y exigir que nuestro mayor enemigo, el gobierno, confisque aún más de nuestro dinero y usurpe aún más poder para resolver sus problemas? Todos los exiliados chinos, iraníes y otros extranjeros que intentan abusar de nuestras fuerzas de seguridad de esta manera, deben escuchar bien: No tienen derecho a nuestras vidas ni a nuestra riqueza. Ni a un hijo, ni a un centavo. Ninguno.
Asuman la responsabilidad de sus propios problemas, y no se metan en problemas.
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Refutación
Durante más de un año y medio, el mundo ha presenciado cómo EE.UU. ha respaldado al régimen más criminal del planeta, Israel, tras asesinar a más de 50.000 personas, incluyendo miles de niños, todo en nombre del exterminio de “Amalec”, un pagano enemigo de los antiguos hebreos a quien Dios les ordenó erradicar hasta el último hijo. Es una excusa absurda para asesinar personas y robarles sus propiedades.
Es una campaña de limpieza étnica perpetrada con la mayor crueldad deliberada. Bajo la Doctrina Dayiha de Israel, destruyen deliberadamente ciudades enteras y asesinan a familias completas. Han bombardeado mercados, plantas de agua, de electricidad, alcantarillado, hospitales, escuelas, universidades y hasta la última oficina gubernamental que guarda registros públicos sobre propiedad de tierras y registros familiares, con el propósito declarado y explícito de erradicar la sociedad palestina y expulsar a los últimos palestinos del territorio. Por eso se lo llama genocidio.
Israel usa programas de inteligencia artificial para elegir a quiénes matar. Con el bot de inteligencia artificial llamado “Daddy’s Home”, la computadora espera a que el humano designado como supuesto “militante” regrese a casa con su familia antes de asesinarlos a todos.
Han asesinado deliberadamente a más periodistas que en cualquier otra guerra desde Vietnam todas juntas. Israel también asesina a familias enteras de periodistas como mensaje terrorista para cualquiera que se atreva a subir videos de sus atrocidades.
Atacan con fuego de tanques a los rescatistas que se apresuran a salvar a niños moribundos.
Atraen a personas hambrientas a emboscadas con promesas de comida, y luego las ametrallan hasta la muerte.
Atacan deliberadamente con fuego de francotiradores a niños pequeños y mujeres embarazadas.
Los israelíes disparan y asesinan a palestinos por “deporte”, porque están “aburridos”.
Entierran a personas vivas en los escombros de sus antiguas casas.
Oficialmente usan cautivos inocentes como escudos humanos. Lo llaman el “protocolo del mosquito”. Un alto oficial militar israelí afirmó que cuentan con un “subejército de esclavos palestinos”, a los que obligan a desalojar edificios y túneles, incluyendo a mujeres, niños y ancianos.
Violan en grupo y torturan a cautivos hasta la muerte en sus mazmorras.
Tanto bajo la administración anterior como bajo la actual, EE.UU. viola directamente las Convenciones de Ginebra, así como la legislación estadounidense, que prohíbe el apoyo a criminales de guerra.
Amenazan con otra catastrófica guerra de agresión contra Iran en este momento.
Podemos optar por “Estados Unidos primero”, o por “Israel en su lugar”. No es demasiado tarde para detenerse ahora mismo.
Pero EE.UU. sigue financiando a Israel y le proporciona sus aviones y bombas. Como ha dicho el ejército israelí, literalmente no podrían hacerlo sin nosotros.
Y así, los estadounidenses seguirán siendo asesinados por terroristas que buscan venganza por el apoyo de EE.UU. a los crímenes de Israel, al igual que el 11 de Septiembre y tantos otros atentados desde entonces, incluidos los de Washington D. C. y Boulder hace apenas unas semanas.
¿Son éstos los salvadores y redentores de la humanidad? ¿El gobierno estadounidense, los mayores generadores de violencia en el mundo actual? ¿Deberíamos pedirles que intervengan más en otros países pronto?
Muéstrenme a las personas en cualquier país ‒no a los exiliados‒ que exigen que los verdugos de Gaza bombardeen, ocupen y derroquen a su gobierno para liberarlos. Si encuentran a alguien, les diré que lo olviden, pero también les recomiendo que vean a un psiquiatra que les revise el cerebro.
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Declaración final
¿Qué podría hacer Beijing, armado con bombas de hidrógeno, en respuesta a un intento sincero de EE.UU. de derrocar su régimen?
Nada. O un precio que definitivamente vale la pena pagar, para poder tener un maravilloso sistema democrático como el nuestro, ¿o no?
¿No lo creen? EE.UU. se hizo amigo de China hace 50 años. Deng Shao Ping y los reformistas alejaron al país de la economía marxista poco después.
¿Tienen un estado autoritario de partido único? Sí, pero nosotros también, para cualquiera que tenga ojos para ver. Y en muchos sentidos, se dice que su economía, especialmente para las pequeñas empresas, es mucho más libre que la nuestra, con un millón de mandatos, regulaciones e impuestos menos que los que enfrentamos los estadounidenses aquí en casa. ¿Deberían invadirnos para liberarnos? ¿O son nuestros problemas, y los suyos son los suyos?
Nuestros intereses no siempre coinciden, pero no hay razón para que nuestra civilización y China sean enemigas, a pesar de todas las quejas y presiones de sus exiliados.
Como Machiavelli advirtió:
“En cuanto a las promesas vacías y las esperanzas engañosas que les presentan [a los exiliados], tan extremo es su deseo de regresar a casa que, naturalmente, creen muchas cosas falsas y tergiversan deliberadamente muchas otras; de modo que, entre sus creencias y lo que dicen creer, les infunden falsas impresiones, sobre las cuales, si construyen, su trabajo será en vano y se verán inducidos a involucrarse en empresas de las que sólo pueden resultar la ruina”.
Sr. Dan, ahora que está en la tierra de las oportunidades, quizá debería buscarse un trabajo de verdad y dejar la política exterior a quienes somos estadounidenses y tenemos un interés de largo plazo en su futuro. O quizá debería volver a casa e intentar hacer algo bueno por su gente sin perjudicar a la mía.
Traducido por: Ms. Lic. Cristian Vasylenko