Los frágiles fundamentos del marxismo: teoría del valor trabajo

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    Se puede argumentar que la naturaleza y el trabajo son las fuentes últimas de todo valor, argumento que Karl Marx planteó en su Crítica del Programa de Gotha. Una manzana tiene valor porque es nutritiva (naturaleza) y porque ha sido cosechada y transportada (trabajo). Pero Marx llevó esta idea a conclusiones irrazonables.

    En primer lugar, definió el trabajo de forma excesivamente restringida, incluyendo sólo a quienes participan directamente en la producción de un producto, mientras que excluyó a los capitalistas que planifican, financian y coordinan su producción. Por un lado, Marx creía que los capitalistas desempeñaban la función histórica necesaria de resolver el problema de la producción: acumular capital, hacer avanzar la tecnología, y crear el mundo post escasez, necesario para el socialismo. Por otro lado, caracterizaba sistemáticamente a los capitalistas como “parásitos” y “chupasangres”. ¿Cuál es la respuesta? Si el “trabajo” incluye la planificación, el financiamiento y la coordinación, entonces los capitalistas deberían ser considerados trabajadores, y la distinción de Marx se desmorona. Si el trabajo excluye estas actividades, entonces para la producción es necesario algo más allá del trabajo.

    En segundo lugar, Marx argumentó que el trabajo no sólo es la fuente del valor, sino también su medida adecuada. Para medir el trabajo y, por lo tanto, el valor, adoptó y desarrolló los conceptos económicos clásicos de “valor de cambio” y “valor de uso”. Definió el primero en términos del tiempo de trabajo socialmente necesario (TSN), que es la cantidad de tiempo de trabajo necesaria para producir una mercancía en condiciones normales, dado el nivel promedio de tecnología y eficiencia. La expresión “socialmente necesario” es muy concisa. Si un trabajador es ineficiente y producir una mercancía requiere más trabajo que el esperado, pero aun así es vendida al mismo precio que otras, el trabajo adicional es considerado innecesario, en lugar de una prueba en contra de la teoría. Si se invierte trabajo en bienes que no son vendidos, ese trabajo es declarado retroactivamente innecesario. De esta manera, el concepto protege de la falsificación a la Teoría del Valor Trabajo.

    A diferencia del valor de cambio, que Marx consideró objetivo y cuantificable, el valor de uso es subjetivo: depende de las necesidades, los deseos y las circunstancias individuales. Marx definió el valor de uso como la utilidad que proporciona una mercancía, es decir, su capacidad para satisfacer un deseo o cumplir una función. Sin embargo, dado que la utilidad varía de persona a persona y no puede ser medida, el valor de uso –a diferencia del valor de cambio– no puede determinar directamente el precio de un bien en el mercado.

    Los problemas económicos de la teoría del valor trabajo

    En realidad, el valor de cambio tampoco puede ser medido. Como explicó Marx en Valor, precio y ganancia (1865):

    Para calcular el valor de cambio de una mercancía, debemos sumar la cantidad de trabajo previamente invertido en la materia prima de la mercancía, y el trabajo invertido en los implementos, herramientas, maquinaria y edificios que respaldan dicho trabajo …

    Pero determinar el contenido de trabajo de un equipo de producción requiere determinar el contenido de trabajo de los materiales y herramientas utilizados para fabricarlo, el contenido de trabajo de los materiales y herramientas necesarios para fabricar esas herramientas, y así sucesivamente, presumiblemente hasta el primer martillo de piedra. Esta regresión infinita hace que el tiempo de trabajo socialmente necesario sea indeterminado.

    Si no se puede determinar el valor de cambio ni el valor de uso (y mucho menos ambos), no hay forma de saber si el valor de uso de un producto supera el valor del trabajo necesario para su fabricación. Sin este conocimiento, no hay forma de determinar si la producción crea o destruye valor. Marx rechaza los precios de mercado como medida de valor, y no ofrece un método alternativo para determinar cuánto trabajo debería invertirse en un producto determinado. De hecho, el sistema de Marx no ofrece ningún mecanismo para el cálculo económico racional, lo que imposibilita la asignación eficiente de recursos.

    La teoría del valor trabajo conduce inevitablemente a otro problema: si el valor de cambio de un bien es fijo y está objetivamente determinado, el comercio es irracional. Consideremos dos bienes. Hay dos posibilidades:

    1. Uno contiene más trabajo socialmente necesario que el otro y, por lo tanto, tiene mayor valor de cambio.
    2. Ambos contienen la misma cantidad de trabajo.

    El intercambio carece de sentido en ambos casos. En el primero, una parte estaría explotando a la otra al intercambiar un bien menos valioso por uno más valioso. En el segundo caso, nadie incurriría en los costos de transacción necesarios para realizar un intercambio que no lo deje en mejor situación que antes. Sin embargo, sabemos por experiencia que el comercio voluntario resulta en beneficio mutuo: cada parte de un intercambio gana lo que valora más que lo que cede.

    Un posible contraargumento es que el comercio puede ser mutuamente beneficioso si se basa en el valor de uso. Si necesito sus zapatos más que mi maíz, y Ud. necesita mi maíz más que sus zapatos, entonces un intercambio puede beneficiarnos a ambos. Pero tal respuesta delata la situación, admitiendo que las ideas del valor de cambio y el valor subjetivo del trabajo son distracciones poco prácticas e irrelevantes, y que el valor subjetivo, no el trabajo, es la fuerza impulsora del intercambio.

    El valor de uso también conlleva otros problemas. Por ejemplo:

    • A diferencia de los precios de mercado, el valor de uso no ofrece ninguna forma de medir la demanda. Si el valor es una función únicamente de la mano de obra, producir 1.000 unidades en lugar de 100 debería multiplicar por diez la situación de la sociedad. Pero podría simplemente dejar a la “sociedad” con un problema de almacenamiento.
    • Si el valor de cambio está determinado por la mano de obra, entonces las industrias con mayor intensidad de mano de obra deberían producir bienes con el mayor valor y ser las más rentables, lo que no es necesariamente cierto.
    • Marx reconoció que los avances tecnológicos vuelven obsoletos los objetos previamente producidos, fenómeno que denominó “depreciación moral”. Sin embargo, dentro del marco de la teoría del valor trabajo, no existe una forma clara de explicar cómo ésto afecta el valor de cambio. Si el trabajo determina el valor de cambio, entonces un bien nuevo, producido de manera más eficiente, debe valer menos que su predecesor. Sin embargo, en la práctica los modelos nuevos y mejorados suelen tener mayor valor de uso.

    La teoría de la explotación de Marx y la tasa de ganancia decreciente

    La teoría del valor trabajo llevó a Marx a identificar lo que él consideraba las fallas fundamentales o “contradicciones” del capitalismo. Según Marx, los trabajadores crean valor a través de su trabajo, pero sólo reciben una fracción de ese valor como salario. La diferencia –que él llamó “plusvalía”– es apropiada por los capitalistas como ganancia. Sin embargo, si el valor no se deriva únicamente del trabajo, sino que es subjetivo, entonces la afirmación de Marx sobre la explotación inherente se derrumba.

    Marx también predijo que el capitalismo sufriría una caída en la tasa de ganancia a medida que la maquinaria reemplazara cada vez más a la mano de obra. Dado que, según la teoría del valor trabajo, sólo el trabajo crea nuevo valor, argumentó que las tasas de ganancia deben disminuir, lo que conduce a crisis económicas y al colapso final del capitalismo.

    Sin embargo, si la inversión de capital genera valor independientemente del trabajo –mediante la innovación, la eficiencia y las economías de escala–, las disminuciones en las tasas de ganancia no son inevitables. Y la evidencia empírica demuestra que las empresas a menudo aumentan su productividad y sus ganancias mediante avances tecnológicos.

    Conclusión

    Las teorías económicas de Marx se basan en la teoría del valor trabajo. Sus argumentos sobre la explotación, la caída de la tasa de ganancia y la lucha de clases se basan en el supuesto de que el trabajo es la única fuente de valor. Por ello, muchos pensadores marxistas siguen defendiendo la teoría del valor trabajo a pesar de sus defectos inherentes. Sin ella, la teoría marxista se desmorona.

     

     

     

    Traducido por: Ms. Lic. Cristian Vasylenko

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